Autoras: Patricia García Garrido y Elisabeth Moreno Vico, 1º A (2014/15)
La capilla de San Vicente está ubicada en una casa, conocida como la casa del Santo (actual restaurante), situada cerca de la iglesia parroquial de La Malahá (Granada).
En cuanto a la descripción de la momia, podemos observar un uniforme llamativo, que puede pertenecer al ejército romano, que consta de una especie de malla, que le recubre los miembros superiores. Todo el vestido está decorado con bordados dorados, que denotan que podía tratarse de una persona importante. Además, tiene un casco, un cáliz y una espada. En su mano izquierda sujeta una pluma de color verde ya que se trata de un mártir, porque antiguamente los cristianos eran perseguidos y torturados para que renegaran de sus creencias, y él no renegó y lo hicieron mártir.
Hemos investigado y encontrado que para albergar las reliquias de estos santos se confeccionaban cuerpos de cera en cuyo interior guardaban los huesos y así exponerlos a la veneración pública. La habitación en la que se encuentra es un de las más antiguas del pueblo. Presenta un artesonado mozárabe original del año 1500 o 1600 aproximadamente.
Su origen no está aún verificado ya que realmente son historias que se han contado unos a otros, y no hay nada escrito. La historia más creíble de cómo llegó el santo a esta localidad es: “En la casa en la que se encuentra la momia, aproximadamente en el siglo XVIII, vivía una familia adinerada la cual hizo un donativo considerado al Vaticano para arreglar la capilla de San Pedro. En agradecimiento a este gesto, el Vaticano le mandó este santo, que estuvo unos 1500 años en Serna (Italia) en unas catatumbas, con el fin de protegerlos”.
Otras versiones cuentan: “Este santo fue un legionario romano, un capitán de las legiones romanas que desembarcó en Motril, conquistando todas las tierras de los alrededores hasta que llegó a La Malahá. Quedó enamorado de este pueblo, de sus salinas, que en ese tiempo eran muy valiosas y de sus aguas termales. Por esto decidió quedarse allí y al morir fue momificado”. “El señor de la casa, donde se encuentra el santo fue a Italia a luchar en una guerra y cuando regresó se trajo a la momia como trofeo de su victoria”.
Según los símbolos y vestimenta de la momia, se ha concluido que puede pertenecer al año 200 o 300 aproximadamente.
Entre los objetos que se encuentran en la capilla, podemos destacar:
-Sumario de indulgencias de 1784, concedidas por varios obispos y arzobispos de varias ciudades de España. Describe que a toda persona devota que rece un Padre Nuestro y un Ave María por la paz de la Iglesia y de los príncipes cristianos, se le conceden 80 indulgencias.
-Cuadro bordado de la Virgen del año 1724.
-Cuadros en los que se encuentran relicarios, que son de marfil tallado o cera. En ellos se encuentran uno o varios huesos de otros santos, cuyos nombres vienen escritos por la parte posterior en latín.
-Relicarios de la parte superior tienen en su interior tres huesos de tres santos diferentes. Los nombres de estos están traducidos al castellano y uno de ellos pertenece a San José.
-Antiguamente la gente le tenía mucha devoción, le rezaba, le ponía velas, flores… De hecho tiene votos, que eran una especie de chapas de metal en forma de piernas, brazos, etc., según la enfermedad o dolencia que tuvieran para que el santo les curara. También llaman la atención las chapas en forma de animales, por los que la gente rezaba para que no enfermaran, ya que animales como el burro, caballo, etc. eran su medio de transporte y trabajo.
-Cuadro de Alonso Cano, donativo que le hizo este al santo. Cuentan que antiguamente cuando en el pueblo había épocas de sequía lo sacaban en procesión.
Como curiosidad, este santo tiene un gran parecido con otro localizado en una catedral de México, San Hermión Mártir, cuya historia está verificada.