G8 La medicina en la Ilustración: textos

Asignatura: Historia de la Medicina
Profesor: Dr. Manuel Amezcua
Materiales de prácticas
Guía para realizar el comentario de textos: Síntesis CAI

Referencia del documento: Alfonso Limón Montero. Espejo cristalino de las aguas de España, 1692.

     Hanse traído de la India en este nuestro siglo, entre otras cosas muy útiles el cacao de que se hace la bebida que llamamos chocolate, y el tabaco, ambas dos cosas de mucho provecho si se usaran con la moderación debidas; mas por su inmoderado uso son ambas causadoras de graves daños, las utilidades del chocolate tomado con moderación son muy manifiestas porque, aunque no soy de parecer exceptuar y excluir a pocos, y aun si a cada uno de aquellos naturales se le preparará de diverso modo les conviniera a todos, conforta el estómago, excita la apetencia, quita la sed, y conforta las fuerzas, de suerte que en algunos obra en orden a esto último sin embarazar lo que pudiera obrar, el más excelente alimento: pues con una corta cantidad que toman por la mañana le hallan tan fuertes, que pasan a las veces casi todo el día sin necesitar de otro alimento, y finalmente para las personas dadas a los estudios no se experimenta cosa más excelente, pues tomando una xícara de dicha bebida se confortan, y preparan de suerte, que pueden estudiar muchas horas continuadas sin daños de la cabeza, ni parte alguna del cuerpo… Estas utilidades las obscurece el desordenado uso de estas dos excelentes cosas, porque una, y otra se usa con tanta inmoderación comúnmente, que no puede dejar de seguirse de ellas gravísimos daños. Experimentamos por el inmoderado uso del chocolate muchas hipocondrias, opilando las venas lácteas, y mesentéricas, de que siguen calientes destemplanzas, y a las veces cancrosas durezas en aquella región; de allí depende en las corrupciones indecibles de los alimentos, de las cuales se causan molestas evaporaciones al corazón, y celebro, indigestiones, y crudezas en el estómago, que no es bastante toda la Medicina, y sus muchos remedios para corregir, ni curar de raíz, y así es fuerza por dar a tantos males algún alivio, llevar a dichos sujetos de fuentes; para que por ellas tenga naturaleza algún desahogo; mas que hay que maravillar sucedan estos, y otros gravísimos daños del uso del chocolate, si es tan excesivo el desorden, que hay personas, que no excusarán el tomarle ocho o diez veces al día si se les ofrece ocasión.

Referencia del documento: Carta al Diario de Valencia dando cuenta de las medidas para extender la inoculación de la viruela. Diario de Valencia, 29 de diciembre de 1796.

Castellón de la Plana 18 de Diciembre.
No permitiendo ya la experiencia dudar de la utilidad de la inoculación de las Viruelas, resolvió Don Tomás Bernat Cirujano actual de esta Villa [Castellón de la Plana] practicarla en el año 93. Principió por dos sobrinos suyos (para quitar todo el temor a las gentes) el uno de dos meses y medio, y el otro de dos años, y aunque no lo consiguió enteramente por un efecto de la preocupación e ignorancia, que hay todavía en este punto, logró sin embargo inocular con el más feliz suceso a más de cien personas de dicho Pueblo, y cinco en los lugares inmediatos desde la edad de 3 meses hasta de 5 años, sin haber muerto ninguno, ni ocurrir Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid 405 resulta alguna. Contribuyó mucho a vencer las preocupaciones, y desterrar el miedo, el exemplo del Brigadier D. Antonio Bermúdez de Castro, Gobernador en la dicha, inoculando dos hijas y un hijo, D. Luis Morquera Alcalde mayor, un hijo, D. Fausto Valles, Barón de la Puebla, cinco, D. Francisco Giner, Barón de Benicásim, después de haberle muerto siete hijos de viruelas naturales, inoculó a dos hijas, las que tuvieron felices, D. Antonio Vera, un hijo. D. Mariano Ferrer, uno. D. Christoval Mas, dos. D. Felipe Catalá, Regidor perpetuo, tres. D. Leandro Espín y D. Josef Sarti, ambos Ministros de Marina, un hijo cada uno. D. Miguel Pérez, Administrador del Correo, dos. El Dr. D. Bernardo Falcó, y el Dr. D. Vicente Goda, sin embargo de la preocupación que tenían sobre la inoculación, aquél inoculó dos hijas, y éste una. Advirtiendo que algunos de estos inoculados padecían una expulsión de erpes, y otros estavan en la dentición, y todos no sólo lograron unas viruelas felices, si que quedaron libres de sus accidentes, como en el día están robustos, y buenos.
Remitiendo la inserción de este artículo en su Diario al Sr. Editor su apasionado seguro servidor, y Subscriptor. Q. S. M. B. Pedro Vicente Galabert

Referencia del documento: Marqués de Condorcet. Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano (1793).

La perfectibilidad o la degeneración orgánica de las razas en los vegetales, en los animales, pueden considerarse como una de las leyes generales de la naturaleza.
Esta ley se extiende a la especie humana, y nadie dudará, evidentemente, de que los progresos en la medicina preventiva, el uso de viviendas y alimentos más sanos, una manera de vivir que desarrollaría las fuerzas mediante el ejercicio, sin destruirlas con los excesos, y, en fin, la destrucción de las dos causas más activas de degradación —la miseria y la excesiva riqueza— deben prolongar la duración de la vida común de los hombres, asegurándoles una salud más constante, una constitución más fuerte.
[…] Indudablemente, el hombre no llegará a ser inmortal, pero la distancia entre el momento en que comienza a vivir y la época normal en que, de un modo natural, sin enfermedad, sin accidente, experimenta la dificultad de ser, ¿no puede aumentar incesantemente?

Referencia: Ramón de Huesca: Nueva instancia a favor de los cementerios contra las precauciones del vulgo (1792).

Su objeto fue prevenir al pueblo para remover los obstaculos y facilitar la observancia del nuevo reglamento, y evitar el escandalo de los frágiles y menos instruídos, que por carecer de las luces que subministran la historia y la física, no se persuaden del riesgo en que está nuestra salud respirando frequentemente un ayre infecto y contagiado con las emanaciones que exhalan los cadáveres, quando se disuelven y corrompen en los sepulcros; creen que es cosa nueva excluir de los templos los cuerpos de los fieles, juzgan sacrificio violento el verse privar de los sepulcros de sus padres, miran con horror los Cementerios en que han de ser sepultados; y no pocos blasfemando lo que ignoran, califican de novedad, y aun de impiedad, las justas providencias de los superiores relativas á este asunto.

Referencia: Ramón López Mateos. Pensamientos sobre la razón de las leyes derivada de las ciencias físicas, o sea, sobre la filosofía de la legislación (1810).

«El hombre es de fibra más fuerte, de menos texido celular y ménos humores que la muger: sus miembros son proporcionalmente más enxutos, su alzada mayor, su musculatura mas demarcada, y mas encorvados sus huesos; porque la contractilidad espontánea de la fibra, y la vigorosa y continua agitación de sus funciones, exprime los líquidos de la carnosidad de los músculos, los señala y doma los huesos que le sirven de puntos de apoyo. El sistema glandular es ménos numeroso, mas estrecha la cavidad de la pelvis, mayor el espacio de hombro a hombro, mas pequeños los pechos, las venas mas capaces, el pulso mas ancho y lento, grave la voz, y la piel mas bellosa»
«La firmeza de sus fibras le inspiró desde luego -al varón- aquella inclinación decidida por esfuerzos violentos que se descubre aun en las travesuras pueriles: él observó sus fuerzas superiores en mover grandes masas, y resistir á impulsos enormes ( … ): vio su constancia en tolerar exercicios de postura recta o en pie, de saltar, correr, andar (… ): él sé probó en trabajos duros: se arrojó con ímpetu al peligro; en fin, él se formó hombre antes de saber que lo era.
Su constitución física le hizo de un carácter entero y sostenido, de un genio profundo, de un espíritu dominante y ambicioso, que arrogándose al supremo poder sobre la tierra, convenció que aun la muger era sombra suya en la sociedad, y no alzaba más figura que la que él quería darle»
«Lo muy débil y sensible de la muger la inutilizó para grandes fatigas, y para negocios de discusión séria y detenida; al paso que la proporcionó a impresiones las mas ligeras, y á que tomase interés en cosas despreciables o de poca importancia. La conformación particular de los huesos de las caderas y demás que conforman la pelvis facilitaba la postura sentada, como también lo mas abultado de sus músculos por su gran texido celular, y mayor diámetro de su base, haciéndola declinar a ocupaciones sedentarias y tranquilas. Sintió su flaqueza, reconocio el poder en el varon, y fió el dominarle á otro imperio que el de la fuerza. De aquí su propensión á ocupaciones de mas paciencia que talento, su comprehension pronta, pero variable, su carácter blando, insinuante y susceptible de infinitas modificaciones, su genio perspicaz para conocer y manejar los resortes del corazón del hombre, su economía moral y política»

Referencia: Carta del Ayuntamiento de Alicante al Consejo de Castilla exponiendo la situación del hospital municipal (1766)

«…que este pueblo es bastante numeroso, que son el frecuentes las enfermedades de tercianas y calenturas ardientes, las que regularmente contraen los más pobres por faltarles el preciso alimento y recurrir a frutas que le son nocivas, y si en estos tiempo les falta la asistencia de médicos que tiene la ciudad asalariados con este fin será abandonarles en su trabajo y exponerles a perder sus vidas sin el menor alivio. Son las rentas de este Hospital sumamente cortas y por consecuencia es imposible mantener más camas que las diez a que se obligó en su fundación al Convento de San Juan de Dios, y son por esta razón muchísimos los enfermos pobres que sufren en sus casas sus enfermedades y si a estos no tuviesen de visitar los médicos de ciudad asalariados se verificaría lograr un pingüe salario sin trabajo alguno, pues los pobres del Hospital son visitados graciosamente y sin paga alguna por Don José Sáez, médico que asiste a 18 años en el…»

Referencia: Orden dada por Fernando VI el 13 de marzo de 1753 para la fundación del Real Hospicio de Granada.

“Manda el rey nuestro señor y en su real nombre el limo. Sr. Presidente de la Real Chancillería de esta Corte que ninguna Persona con pretexto alguno, pida ni demande Limosna por las Calles, Casas, Porterías ni Iglesias de esta Ciudad, ni ande mendigando por ellas con título de su Necesidad y Pobreza, y que dentro de tercero día, que ha de empezar a correr, y Contarse desde la publicación de esta bando se presenten, y acudan todos los verdaderos pobres que o por su edad, o por sus defectos, y enfermedades no puedan trabajando ganar para su sustento, al Hospicio General de Pobres establecido en virtud de Reales Órdenes de S.M. en el Hospital real de esta Ciudad, donde hallarán su mantenimiento, y buena acogida, y que todos los demás mendigos y Pobres que por el Vicio y la libertad, han tomado como por oficio el de pedir limosna, se apliquen y busquen destino, y oficio, con que deben, y pueden mantenerse, sin ser molestos y gravosos a la República, todo lo cual ejecuten con apercibimiento de que pasado el referido, se recogerán, prenderán y asegurarán a los que se hallasen, que pública o secretamente piden limosna o para retenerlos en el Hospicio si fuesen incapaces de servir en otra parte, o para considerarlos como díscolos, Holgazanes y Vagantes, y darles el destino que por Reales Pragmáticas está señalado, y con las mujeres se tomarán iguales correspondientes Providencias, para lo cual, y que pueda tener cumplido efecto esta prevención tan útil al Publico, ninguna Persona de cualquier estado, o condición que sea impida en manera alguna, que los soldados, y ministros, que pasado el expresado término aprehendiesen algún Pobre pidiendo limosna, lo aseguren y prendan, bajo pena de cuatro años de presidio”.