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«El hombre que supo amar», una película sobre la obra humanitaria de Juan de Dios en Granada

Fernández Mariscal, Marta Andrea. «El hombre que supo amar», una película sobre la obra humanitaria de Juan de Dios en Granada. Gomeres: salud, historia, cultura y pensamiento [blog]. 18/12/2024. Disponible en https://www.fundacionindex.com/gomeres/?p=3837

En la época Moderna, en España, ante la cada vez más creciente pobreza y mendicidad, surgía la necesidad de retirar a los pobres del paisaje urbano.1,2 De aquí surge la cuestión de cómo controlar esa mendicidad en las calles. Debe tenerse en cuenta en este contexto el surgimiento y fuerza del mercantilismo, del utilitarismo, y de la búsqueda del progreso.3

Existía así el debate de qué hacer con los pobres y enfermos, que se percibían como un elemento molesto y problemático en las calles (Ley Tavera de 1540 sobre recogimiento de pobres).2 La disyuntiva, de la mano de la Reforma protestante luterana y la Contrarreforma católica, y de diversos autores que respaldaban una u otra visión con sus escritos y propuestas, se encontraba principalmente en quiénes, en qué circunstancias y de mano y control de quién, podían recibir limosnas.2-4

Cabe destacar que la asistencia sanitaria recaía casi exclusivamente sobre la Iglesia, pero ante el cisma de esta, se suscita este dilema con dos vertientes bien diferenciadas. De esta manera se establece una lucha entre la caridad cristiana frente a la utilidad, la entrega indiscriminada de limosnas frente a la clasificación y distinción de los verdaderos y falsos pobres (a diferencia de ociosos), entre si el control y regulación de todo ese sistema se debía dar desde la propia Iglesia o desde una institución civil, con una visión de justicia social.2,4

La Iglesia en este tiempo era una institución poderosa, más aún en España que era profundamente católica y un foco importante de la Contrarreforma tridentina. Por ello, en ese contexto, era muy difícil que se tuvieran en cuenta las tesis reformistas, aunque algunos autores españoles proponían llevarlas a cabo. Partidarios de controlar la mendicidad mediante iniciativas para emplear a los verdaderos pobres, y en contra de la limosna indiscriminada también a los pobres ociosos, destacarían autores como Juan Luis Vives (valenciano) con su obra “De subventione  pauperum”  (1526)2,3 y otros posteriores de corte vivista, como Juan  de  Robles, o los reformistas Giginta o Pérez de Herrera.2 Mientras que a favor de la caridad cristiana como tradición para salvar las almas de los creyentes, se posicionaron autores que defendían la caridad como derecho de los pobres y su libertad para mendigar, entre los que destacó el teólogo Domingo de Soto, que aunque reconocía el problema, se distanciaba de los anteriores respecto a los métodos.2,3

Como posibilidad para paliar el problema, surgen las casas de misericordia y los albergues. Además, aparece también la interesante figura de los llamados Venerables hospitalarios, piadosos caritativos que entregan su vida a ayudar a los necesitados, destacando aquí la figura de la que se ocupa este trabajo, San Juan de Dios.2,4

Granada era en este tiempo un lugar con muchos movimientos, cambios y disputas. A finales del siglo XV, ocurre la toma de la ciudad, finalizada el día 2 de enero de 1492. Este hecho conllevará el cambio de toda la cultura musulmana que estaba instaurada en el territorio, y la imposición forzosa del cristianismo que traían los autores de ese proceso, los Reyes Católicos.5 Parte de la población musulmana optó por el exilio mientras que otra parte optó por la asimilación. El crisol de culturas era inevitable, moriscos y conversos, mudéjares (aunque perseguidos en ocasiones), y también existían falsos conversos. Por otro lado, llegaban a poblar Granada gente de múltiples procedencias y, por tanto, era un enclave de diferentes culturas.

También cabe destacar que no solo por eso era una época de profundos cambios, se da el descubrimiento de América y todo lo que ello conlleva, además de cambios socio-económicos importantes, así como el avance gracias en parte a la imprenta, que permitía la transmisión del conocimiento, aunque aún muy poco accesible para la mayoría. Pero a pesar de los grandes avances en muchos campos sigue siendo una sociedad muy pobre en una gran mayoría, con desequilibrios y grandes disputas por temas religiosos y de otras índoles. Así como con una asistencia sanitaria muy precaria a pesar de los avances que se iban realizando, en la que todavía se llevaban a cabo prácticas altamente cruentas y de poca o ninguna base científica, con connotaciones mágicas y espirituales, y con un trato al enfermo muy deficiente, como ahora se analizará.1

Es necesario en este caso situarse en el contexto histórico de la España moderna. Más concretamente se analizarán sucesos ocurridos en Granada en el siglo XVI, de la mano de la figura de Juan Ciudad, en referencia a la asistencia hospitalaria que se daba en ese momento, la discusión que había sobre cómo enfocarla, y la que él quería ofrecer a todas las personas.

Primero se clasifica la obra que se analizará, en este caso la película “El hombre que supo amar”, estrenada el 10 de agosto de 1978 en España, por la General Films Corporation SA. El director de la obra cinematográfica fue Miguel Picazo (director importante en España, con películas como “La tía Tula” en su quehacer). El guion es de Santiago Moncada. Los actores que actúan en la película son, entre otros, Timothy Dalton (Agente 007, Licencia para matar, y Alta tensión, entre otras) en el papel de Juan Ciudad, Alberto de Mendoza (Juan de Ávila), José María Prada (Gran Inquisidor), Antonio Ferrandis (Dr. Cabrales), Jonathan Burn (Antón Martín), Ángela Molina (Jazmín), Fernando Hilbeck (Yusuf), Antonio Casas (alguacil), Luis Ciges, Pilar Bardem… Se rodó principalmente en Granada, qué mejor lugar que donde ocurrió la mayor parte de la historia de la película en la realidad, aunque hubo fragmentos rodados en otros lugares.1,6

Miguel Picazo, director de la película

Juan Ciudad Duarte, nacido en Montemor-o-novo (Portugal) en 1495, fue pastor, soldado, sufrió una serie de desventuras y terminó condenado a muerte por un incidente, de la cual al final fue liberado, posteriormente fue albañil, y librero en Granada.

En la película se ve cómo, siendo librero, conoce a Yusuf y a su familia, donde por cierto se puede apreciar el rechazo de la Iglesia y de la sociedad ante algunos descubrimientos y avances científicos. Tras ver la barbarie cometida contra esa familia por ser falsos conversos, el arresto y posible tortura de Yusuf, la muerte de su hijo pequeño (tan solo un niño) entre otros muchos de ellos, la desaparición de la hija, queda destrozado.1

Aunque no es la única barbaridad que observa, también la brutalidad con que se juzga a ladrones (a veces ni siquiera por cuenta propia sino por encargos de otros), a otros delincuentes, además del hambre y pobreza que hay, y la degeneración en la sociedad.1

Tras ver tanta desigualdad e injusticia, lo toman por loco al quejarse de ello en público visiblemente alterado, siendo así ingresado en el Hospital Real, pasando una estancia poco confortable cuanto menos. Esto es debido a que el trato recibido en dicho hospital era bastante pobre, y las técnicas utilizadas eran duras y sin base médica, además de que la intención del hospital no era atender al enfermo y mantenerlo cómodo.1

El Hospital Real en aquella época era una institución donde se atendían enfermos generales, pero sobre todo dementes y con sífilis.5 Estaba en el poder de la monarquía.5 Hoy día el Hospital Real es sede del Rectorado de la UGR y de la Biblioteca Universitaria. En la película podemos ver cómo realizaban prácticas cruentas y basadas en creencias no científicas, como expulsar demonios, o castigos para expiar culpas. También se hacían sangrías, y algunos procedimientos para eliminar los malos humores. Además, se torturaba a algunos pacientes como parte de esa expiación de los pecados. Realmente se observan imágenes perturbadoras.1,5

Es tras esa estancia en el Hospital Real, que Juan Ciudad decide ponerse a disposición de los necesitados, tratando por todos los medios a su alcance de buscar unas mejores condiciones para los ingresados en hospitales, mendigos que viven en la calle, pobres inocentes y enfermos, así como toda persona que necesitase ayuda y mejorar su vida, o simplemente cubrir sus necesidades básicas. No haría distinción además de sexo, edad, condición social, religión, etc.1

Justo en ese contexto mantiene conversaciones con Juan de Ávila, que en el papel de su mentor podría decirse, le ayuda a poder lograr el objetivo que se propone Juan Ciudad, ayudar a los necesitados, tener su propio hospital. Entonces es cuando recomendado por Juan de Ávila viaja para formarse en cuidados en el Monasterio de Guadalupe, volviendo a Granada ya con unos conocimientos de lo que podríamos asemejar a la profesión de enfermería.1

Es así que funda su primer hospital, donde recoge a pobres y enfermos, buscando ayuda de los más pudientes en todos los rincones, y ocupándose de tareas como dar de comer a los necesitados, hospedarlos, mantener su higiene, cuidarlos, curar sus heridas, consolarlos, enterrar a los muertos, y mantener toda esa actividad pidiendo todas las limosnas posibles1.Además, podemos ver en la película otras acciones que llevaba a cabo, como hablar con prostitutas para intentar sacarlas de esa vida.1

En la película se puede apreciar cómo tiene dificultades y oposiciones de todas las clases, intentos de cerrar su hospital, enfrentamientos con el “doctor” que operaba en el Hospital Real que se queja de su poca profesionalidad, cuando según él, a diferencia de Juan Ciudad, él sí podía curar a los enfermos porque sabía de medicina. Esto termina en la película en una escena tremenda también, en la que un paciente, originalmente de Juan Ciudad, termina muriendo a manos del otro Dr. Cabrales, con la testarudez de que iba a curarlo e iba a salir andando por su propio pie. Sin embargo, termina saliendo en brazos de Juan Ciudad para ser enterrado, lo había matado el supuesto doctor con su práctica.1

La película también refleja, entre otras muchas buenas obras de Juan Ciudad, su acto heroico en el incendio del Hospital Real, en el cual, jugándose su propia vida, rescata a muchos ingresados de las llamas1, además de ayudar a mitigar el fuego sacando muebles por las ventanas tras sacar a las personas, cosa que es útil para lidiar contra el fuego pero que entonces no se hacía como hoy día pueden hacerlo los bomberos (es el patrón de los bomberos en España). Finalmente se ve cómo recibe el apoyo de la Iglesia y conciudadanos.1

Destaca el hecho de que Juan Ciudad, más tarde santificado como San Juan de Dios, no solo fue fundador hospitalario e inspiró la Orden Hospitalaria que lleva su nombre (vigente actualmente en muchos lugares del mundo) con voto de hospitalidad,2 sino también y más importante, supuso un punto de inflexión para renovar la asistencia hospitalaria en España y por ende en todo el orbe católico. En este nuevo modelo de asistencia hospitalaria se dignifica al paciente, se le respeta y realmente se trata de cuidarlo y curarlo. Su dedicación incondicional no solo es un modelo a seguir, sino que supone un impacto en la sociedad, en la gestión de los hospitales, en la enfermería, supone un cambio de paradigma en la atención sanitaria.2 Es un claro ejemplo del humanismo por el que se sigue luchando día a día, para intentar lograr una mejor atención al paciente, más humana, más cercana y poniendo en valor y como centro a la persona, que sufre y que necesita ayuda, que necesita ser bien atendida en todos los sentidos. Por supuesto ya se ha avanzado muchísimo, pero todo ello es en parte gracias a ese germen que él sembró para una mejor calidad de vida del paciente, sus derechos, la gestión de los hospitales, en cuanto a profesionales su formación y la de los estudiantes, la higiene, la separación de enfermos, la enfermería y cuidados, cubrir las necesidades básicas del paciente, la actuación ética de los sanitarios.1,2,4

1. Picazo M. El hombre que supo amar [película]. España: General Films Corporation SA; 1978. Disponible en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=4-F2y-nq7wo.

2. Amezcua M. Cuidados y sociedad en la España Moderna. Granada: Fundación Index, 2019. https://ciberindex.com/c/proT/pt20192.

3. Pérez García P. Municipalización hospitalaria y reforma de la beneficencia en De subventione pauperum: una nota valenciana al programa vivesiano sobre la organización de la asistencia pública. Saitabi 1996; Extra 1: 115-139.

4. Girón Irueste FM. El hospital de San Juan de Dios y la medicina granadina del siglo XIX. Actual. Med. 2013; 98: (790). Supl. 22-24.

5. Valenzuela Candelario J. El Hospital Real y la medicina renacentista. Actual. Med. 2013; 98: (790). Supl. 19-21.

6. Amezcua, Manuel. Síntesis CAI (clasificar-analizar-interpretar). Gomeres [blog], 24/09/2015. Disponible en https://index-f.com/gomeres/?p=108.

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Esta entrada ha sido realizada por alumnado de 3º de Medicina de la Universidad de Granada en el marco de las prácticas de la asignatura “Historia de la Medicina”, curso 2023-24.

El hospital en llamas: cuando la ciencia resurge de la ceniza

Publicado por José Espinosa de los Monteros. Noosfera 25/11/2024.

 “Un hospital, un incendio, un enfermero. Génesis de una heroicidad” es el título de la ponencia presentada por Manuel Amezcua dentro de los actos conmemorativos del 125 aniversario del Colegio de Enfermería de Cádiz. El 21 de noviembre de 2024 y en el salón de actos de dicho colegio tuvo lugar la Mesa-Coloquio “Juan de Dios, patrón y reformador de la Enfermería”, con la participación del Dr. Francisco Ventosa Esquinaldo, director del Centro Universitario San Juan de Dios de Sevilla, que glosó la biografía del fundador hospitalario hasta su llegada a Granada, y del Dr. Manuel Amezcua, presidente de la Fundación Index y profesor de historia de la Ciencia de la Universidad de Granada, con la moderación de Manuel Cano Leal, Secretario de la institución convocante.

El prof. Amezcua se apoyó en relatos históricos de testigos para describir cómo el fuego comenzó en la cocina de los aposentos del capellán mayor del hospital, tras un convite celebrado en honor de una dama de alta alcurnia. Las llamas, avivadas por el calor de un asado desmedido, se propagaron rápidamente por las techumbres y artesonados de madera, convirtiendo el hospital en un infierno. La magnitud del desastre atrajo a gran parte de la población de Granada, que, impotente, observaba cómo el fuego arrasaba con todo.

Participantes en la Mesa-Coloquio “Juan de Dios, patrón y reformador de la Enfermería”

Fue entonces cuando Juan de Dios, un hombre ya conocido por su entrega a los más necesitados, se convirtió en el protagonista de una hazaña inolvidable. Ignorando el peligro, entró al hospital en llamas para rescatar a los enfermos más vulnerables. Sacó ropa, camas y personas y su determinación y valentía parecían desbordar los límites humanos. Testigos del momento narraron cómo desapareció entre las llamas y el humo, y cómo después emergió ileso, con solo las pestañas y cejas chamuscadas. Para muchos, su supervivencia fue poco menos que un milagro.

Para el Dr. Amezcua, la acción de Juan de Dios no solo salvó vidas aquella jornada, sino que demostró el poder del compromiso y la intuición en los momentos más críticos. Más allá de ser un acto heroico, su intervención representa un ejemplo para la enfermería ante las catástrofes: responder con rapidez ante la adversidad, con un conocimiento práctico fundamentado en la experiencia y guiado por el compromiso.

San Juan de Dios en el incendio del Hospital Real, de Manuel Gómez Moreno

El impacto del incendio fue múltiple. Para el Hospital Real supuso años de reconstrucción y una redefinición de su actividad, en adelante con dificultades para conciliar su función asistencial y limosnera y completar las obras del edificio. Para Juan de Dios, reafirmó su lugar como figura ejemplar, convirtiéndose en un símbolo de dedicación y sacrificio. Y también tuvo repercusión en la propia enfermería, de manera que orientó hacia un modelo de compromiso sustentado en el conocimiento. Su legado como fundador hospitalario continuó durante siglos, reflejándose en manuales y textos que instruían a los nuevos enfermeros, consolidando así el carisma de la hospitalidad en el núcleo de la formación enfermera.

Todavía en el siglo XIX, textos como el Arte de Enfermería de José Bueno y González continuaban innovando, adaptándose a los nuevos tiempos y reclamando por vez primera la enfermería como una ciencia particular, con principios claros y prácticas específicas. Fue el comienzo de una profesionalización que aún hoy se sigue construyendo. Para el prof. Amezcua, el mensaje de Juan de Dios resuena con fuerza a más de cuatro siglos del incendio: la capacidad de un solo individuo para cambiar el destino de muchos. Su gesta es un recordatorio de que la enfermería no solo es una profesión, sino una vocación que, cuando se ejerce con compromiso y conocimiento, tiene el poder de transformar vidas.

Granada conmemora este año el 475 aniversario de esta heroica intervención como parte de su rica historia, destacando el papel decisivo de la enfermería en la sociedad y recordándonos que, como sugirió Juan de Dios, la conjunción de la acción con la palabra es la base del conocimiento. Una ecuación que, en forma de teoría y práctica, sigue iluminando el camino de miles de enfermeras en todo el mundo.

A continuación puedes visualizar la mesa redonda completa.

Nos ha dejado el prof. Francisco Herrera

Estoy triste, porque ha muerto un hombre feliz.

La bondad, la sonrisa, la generosidad, la amistad, la cultura, la sabiduría, hoy están de luto porque Paco Herrera nos ha dejado. Lo ha hecho con la discreción de siempre, evitando en lo posible las molestias. Los birretes de su familia académica se tornan oscuros para honrarle con la solemnidad que merece. Sus amigos buscamos en el recuerdo la última vez que compartimos ese momento siempre memorable que nos ha procurado con tanta largueza.

Necesito llorar un rato, a solas y a escondidas, porque nunca te han gustado las lágrimas.

Pero luego me repondré con el sabor de tu recuerdo. El de aquellos días estivales que pasaste junto a tu compañera Mª Carmen en Casa de Mágina. ¡Cuánto aprendimos con tus enseñanzas! La de aquel instante que compartimos con nuestra común amiga Elena G. Iglesias surcando la bahía de Cádiz en el vaporcito del Puerto de Santa María ¿se pueden concentrar tantas evocaciones juntas?

Lo dejaste todo dispuesto para que te sigamos encontrando. Lo haremos en las calles de tu ciudad natal, porque en cada recodo nos dejaste una historia para evocarte. En las viejas calles de la ciudad portuaria nos presentaste a músicos insignes y a comparsas irreverentes, a liberales decimonónicos y a mujeres turbadoras, a banderas, cañones, fenicios y filibusteros.

Tu tacita de plata echará en falta tus pasos, y tus pasos serán añorados por quienes los seguimos con deleite.

Pero nos has dejado demasiados aprendizajes como para no evocarte en cada esfuerzo intelectual, en cada brisa de luz del conocimiento, en cada gesto de erudición que podamos intentar. Es lo que nos dejáis los sabios.

Y tu sonrisa, y tus palabras de aliento, es lo que nos dejáis los amigos inquebrantables.

DEP mi buen amigo

El Dr. Francisco Herrera ha sido profesor de Historia de la Medicina y de la Enfermería en la Universidad de Cádiz, maestro de todos los que amamos estas nobles disciplinas.
https://www.uca.es/noticia/fallece-francisco-herrera-rodriguez-profesor-jubilado-de-la-uca/

Un matemático homenajea a las enfermeras a través de un cómic sobre Florence Nightingale

Santi Selvi escribió el guion de ‘Florence Nightingale, la dama de la lámpara’ inspirado por una conferencia del catedrático de Investigación Aplicada en Salud de la UCAM y presidente de la Fundación Index Manuel Amezcua. “Su vocación, su voluntad de servicio, su entrega… han sido faros de luz en la oscuridad de esta crisis”, ha declarado Selvi sobre las enfermeras.

Santi Selvi es matemático y profesor del Máster de Educación y Cómic de la Universidad de Valencia. Además, es doctorando en Historia de la Ciencia y Comunicación Científica. Su tesis versará sobre el uso del cómic como herramienta didáctica para la enseñanza de las ciencias. Un currículo que, entre otras muchas cosas, le ha servido para crear el comic ‘Florence Nightingale. La dama de la lámpara’, junto al ilustrador José Pérez Zarzo.

Este cómic forma parte de la colección ‘Mamut Listo’, compuesta por un conjunto de biografías de grandes personajes de la matemática. Gauss, Arquímedes, Emmy Noether y Galois son los otros títulos de esta colección. “Al empezar la pandemia, Zarzo y yo decidimos ir al personaje de Florence porque conjugaba la matemática con el mundo sanitario que había adquirido una notoriedad tan grande desde la crisis sanitaria de la covid-19”, señala Santi Selvi.

“En el cómic de ‘Florence Nightingale, la dama de la lámpara’, los lectores van a encontrar una biografía de Florence que pone un especial acento en su desarrollo matemático, estadístico, del Diagrama de la Rosa con el que consiguió convencer a las autoridades británicas de la necesidad de implementar medidas higiénicas y de reforma del sistema sanitario en hospitales y centros de salud. Además, como en el resto de los álbumes de la colección, hay un apartado final de curiosidades que trata de ubicar al personaje en su contexto histórico y también hay algunos ejercicios matemáticos en forma de juegos para que los más pequeños de la casa trabajen y desarrollen sus habilidades matemáticas; en esta ocasión, en relación con la estadística”, explica su autor.

El lado matemático de Florence Nightingale es quizás uno de los aspectos más desconocidos por las enfermeras sobre esta figura histórica. “De hecho, este ha sido el comentario más habitual que he recibido de parte de los enfermeros y enfermeras que han tenido ocasión de leer el cómic”, asegura Selvi. Aunque no es el caso de Manuel Amezcua (en la imagen), catedrático de Investigación Aplicada en Salud de la UCAM y presidente de la Fundación Index, ya que precisamente impartió una conferencia sobre el Diagrama de la Rosa de Nightingale, con motivo del Día Internacional de las Enfermeras, en el año que se conmemoraba el bicentenario de su natalicio, en plena pandemia; captando la atención de Santi Selvi hacia este personaje. A raíz de esta ponencia, el guionista se puso en contacto con Amezcua para solicitarle que escribiera el prólogo. “Lo cierto es que me encanta la divulgación de la ciencia, así que no me costó aceptar. Y al final, yo mismo me he visto caricaturizado como parte de la obra. Sin duda ha sido una experiencia singular y satisfactoria”, asegura orgulloso este catedrático.

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El sentido homenaje a un enfermero humanista

El Grupo Oseira de historia de la Enfermería reconoce la trayectoria investigadora de Cecilio Eseverri Chaverri

El 21 de octubre de 2022 tuvo lugar en Granada, en el salón de actos del Hospital Universitario San Rafael, el homenaje a uno de los enfermeros que más ha influido en la Enfermería en la última mitad de siglo. Se trata de Cecilio Eseverri Chaverri, enfermero, trabajador social y teólogo que, en su dilatada actividad profesional, ha alternado el cuidado a los pacientes con la administración de servicios de enfermería y una intensa actividad docente, incluso con la creación de una importante escuela de gerencia en Barcelona. En su trayectoria destaca la gran aportación que ha realizado a la historia de la Enfermería, siendo autor de numerosos artículos y varios libros que son de obligada lectura para conocer el verdadero pasado de nuestra profesión.

Como colofón del 2º Coloquio sobre San Juan de Dios y la reforma de la enfermería, organizado por el Colegio de Enfermería de Granada, el grupo Oseira de historia de la Enfermería, adscrito a la Fundación Index, en colaboración con el mencionado colegio, le tributaron un homenaje a su trayectoria como enfermero y como historiador de la Enfermería. Los conductores del acto fueron el Dr. Manuel Amezcua, Catedrático de la UCAM y presidente de Index, y la Dra. Laura Martínez Rodríguez, profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Lleida.

En el discurso de presentación del homenajeado, el prof. Amezcua glosó la trayectoria biográfica de Cecilio Eseverri, natural de la histórica ciudad de Sangüesa, en Navarra, de la que salió siendo joven para encaminar un itinerario intelectual, a medio camino entre su condición de hermano de la orden hospitalaria de San Juan de Dios, y como inquieto profesional de la enfermería y del trabajo social, entregado a la causa de los más desfavorecidos. Lo singular de Eseverri es que supo compaginar su actividad asistencial con la gestión hospitalaria, la enseñanza y una continuada actividad investigadora que llega hasta nuestros días. Es por ello que su presentador le catalogó como “el perfecto enfermero, pues aúna como nadie los cuatro puntos cardinales que las teóricas asignan al ejercicio de nuestra profesión: asistencia, administración, docencia e investigación”.

El presentador finalizó su glosa sobre el homenajeado destacando la prolífica actividad investigadora de Cecilio Eseverri en la historia de la Enfermería, condensada en decenas de libros y centenares de artículos, con los que ha reconstruido la historia profesional explorando con denuedo los archivos generales y locales, obteniendo evidencias históricas que cuestionaban un pasado profesional distorsionado por falsos mitos y falacias. Eseverri se inscribe como uno de los precursores de la nueva historia de la Enfermería, que se activó en la década de los 80, al tiempo de reformarse los estudios de Enfermería en España. Su “Historia de la Enfermería Española e Hispanoamericana”, con varias ediciones, es sin duda el texto más rompedor y clarificador de nuestro pasado profesional y fuente de referencia para historiadores y profesoras de la carrera.

La Dra. Laura Martínez Rodríguez, el homenajeado Cecilio Eseverri y el Dr. Manuel Amezcua

El acto culminó con la exposición de un videoclip realizado por la Dra. Laura Martínez Rodríguez, a partir de los testimonios de historiadores de la Enfermería en España que quisieron adherirse a este homenaje, que sin duda resultó el momento más emotivo para el homenajeado. Unas breves palabras de agradecimiento de Cecilio Eseverri, claramente emocionado, que recordó que cumpliría 92 años en los próximos días, pusieron el broche final a tan merecido reconocimiento.

Ver el discurso de presentación del homenaje AQUI
Ver el videoclip con los testimonios de historiadores de la Enfermería AQUI

Un grupo de investigadores sigue los pasos del enfermero Juan de Dios

Seis emplazamientos geográficos permiten conocer nuevos rasgos de la personalidad del inspirador de la Enfermería moderna

Vinculado a las celebraciones del Día Internacional de la Enfermera, tuvo lugar el 11 de mayo de 2022 el webinario “Paisajes y paisanajes del enfermero Juan de Dios. Los itinerarios geográficos que forjaron la personalidad de un reformador hospitalario”, que se ha hecho coincidir con el V Movamos el Conocimiento Enfermero, organizado conjuntamente por el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA) y la Fundación Index. Es la segunda actividad del ciclo JD dignitas hominis, que tendrá continuidad en octubre de este año con la celebración en Granada los días 20 y 21 del II Coloquio sobre Juan de Dios y la reforma de la Enfermería, organizado por el Colegio de Enfermería de Granada.

Con una duración aproximada de dos horas, este webinar se planteó como un itinerario turístico e histórico rastreando los principales lugares por los que transitó en que es sin duda uno de los personajes más andariegos de su siglo. De nacimiento probablemente portugués, Juan Ciudad o Juan de Dios fue pastor en Oropesa, soldado en Fuenterrabía y en Viena, albañil en Ceuta, aprendiz de enfermero en Guadalupe, librero y fundador hospitalario en Granada, convirtió a esta ciudad en el epicentro de una reforma de la enfermería cuyos fundamentos explican en parte por qué las enfermeras de nuestro tiempo somos como somos. Juan de Dios no era un teórico, su personalidad arrolladora se expresaba a través de sus gestos. Por ello resulta tan atrayente seguir su huella en los lugares que transitó, porque aún están señalados con los reflejos de su edificante presencia.

El webinar estuvo moderado por el Dr. José Antonio Ávila, secretario del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana, que introdujo la temática destacando la necesidad de continuar abordando la figura del que fue declarado patrón de la enfermería en España y cuya labor reformadora ha de ponerse en valor a través de encuentros como este. A continuación tomaron la palabras los ponentes invitados, que resumieron en unos minutos los principales contenidos del videoclip con su ponencia que había sido alojado unos días antes en la web del evento. Lo hicieron por este orden: el Dr. Carlos Louzada Lopes Subtil, de la Sociedade Portuguesa de História da Enfermagem, nos situó en las primeras noticias de Juan de Dios en su periodo portugués: “Montemor-o-Novo, el terreiro del menino João Cidade”; a continuación el prof. Dr. Manuel Amezcua, director de la Cátedra Internacional Index ICS, UCAM-Fundación Index habló sobre la infancia del personaje en Castilla: “La Oropesa que apacentó la personalidad de un renovador”; continuó la profesora María Abellaneda Millán, de la Universidad Católica de Murcia UCAM recreando la vertiente miliciana de Juan de Dios: “Fuenterrabía: el soldado en busca de un incierto destino”; mientras que la Dra. Mila Olmedo, profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta, habló sobre “Ceuta, un albañil construyendo solidaridad”; el Dr. Francisco Ventosa Esquinaldo, director del Centro Universitario San Juan de Dios de Sevilla, introdujo el tema “Guadalupe: el aprendizaje como enfermero de los pobres”; para finalizar D. Francisco Benavides, director del Archivo-Museo Casa de los Pisa de Granada que abordó la etapa granadina del personaje en “Granada será tu cruz y escenario de tu reforma hospitalaria”.

El coloquio se abrió relanzando las preguntas y comentarios que los participantes habían alojado en la web de los videoclips de los ponentes, complementándose con las que progresivamente fueron realizando a través del chat de la sesión en directo, discurriendo de una forma amena y participativa. La actividad registró un total de 174 inscripciones de profesionales del ámbito clínico, académicos y estudiantes de otras universidades. Se registraron un total de 12 países de procedencia, siendo los más numerosos España, México y Portugal.

En cuanto a la actividad desarrollada durante el periodo previo al desarrollo del coloquio relacionada con el consumo de los videoclips de las ponencias alojadas en la web, los participantes realizaron un total de 267 visualizaciones y 262 descargas de los mismos a través de la revista Temperamentvm, alojando un total de 112 comentarios. Mientras que la plataforma YouTube registró 262 visualizaciones. El seguimiento del coloquio ha registrado también una importante repercusión en Twitter, con 1423 personas alcanzadas y 55 reacciones y comentarios, así como en Facebook, con 875 impresiones y 15 interacciones.

La revisión de los itinerarios geográficos de Juan de Dios ha servido para mostrar aspectos no demasiado conocidos sobre la biografía del inspirador de la Enfermería moderna, algunos tan enigmáticos como su verdadero lugar de nacimiento o su origen converso, o el hecho de que fuera condenado a muerte en la campaña de Fuenterrabía, cuya salvación Lope de Vega atribuye al Duque de Alba. Otros episodios de su vida resultan especialmente sugerentes para conocer la vertiente enfermera del personaje, como fue su estancia en el monasterio extremeño de Guadalupe, en cuyo hospital y prestigiosa escuela de Medicina pudo iniciarse en las técnicas terapéuticas más adelantadas del momento. También resultan estremecedores algunos procedimientos que sus coetáneos oropesanos describen sobre la forma en que Juan de Dios utilizaba su propio cuerpo como agente terapéutico, como el hecho de lamer las heridas o succionar con su boca los materiales purulentos. Estas técnicas hoy resultan chocantes, pero en su tiempo estaban muy aceptadas, de hecho, eran muy populares curanderos como los saludadores que utilizaban su saliva para curar la rabia, siendo autorizados para ello por el protomedicato.

Finalmente, este segundo webinar sobre Juan de Dios ha servido para despertar el interés sobre la figura compleja del impulsor de una reforma de la Enfermería en el siglo de Oro que introdujo innovaciones importantes en el desarrollo de la enfermería hospitalaria y de las que hoy nos sentimos continuadores. También para mostrar el desafío que supone para los historiadores e historiadoras de la enfermería la necesidad de explorar nuevas fuentes que nos permitan conocer en mayor profundidad la vertiente enfermera de Juan de Dios y el modelo de la hospitalidad que logró extender por el mundo.

Tanto las intervenciones de los ponentes como el desarrollo del coloquio pueden accederse a través del número 18 de la revista Temperamentvm (https://ciberindex.com/index.php/t/issue/view/261).

¿Te gustaría participar en el 2º Coloquio sobre San Juan de Dios y la reforma de la Enfermería?

Inscríbete gratis en desde la web del evento

Seis mujeres ilustran la versión femenina del modelo de la hospitalidad

El primer webinar JD dignitas hominis reivindica a las mujeres fundadoras de hospitales y organizaciones enfermeras

El 7 de marzo de 2022 tuvo lugar el webinario “Inquietas, comprometidas y renovadoras: reivindicando a las mujeres de la hospitalidad”, realizado en la víspera del patrón de la Enfermería en España, San Juan de Dios, y del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, siendo el primero del ciclo JD dignitas hominis, que continuará realizando nuevas convocatorias para divulgar la figura del inspirador de la reforma de la enfermería llevada a cabo en la zona católica durante la época moderna. El acto aunó también el IV Seminario de Historia de la Enfermería organizado por la Cátedra Internacional Index de Investigación en Cuidados de Salud para alumnos de la UCAM-Murcia.

Con una duración de dos horas y media, la actividad fue inaugurada por la Dra. Paloma Echevarría, Decana de la Facultad de Enfermería de la UCAM, y por D. Jacinto Escobar, Presidente del Colegio de Enfermería de Granada, como coorganizadoras de la actividad junto a la Fundación Index. A continuación, tuvo lugar el cinefórum “Mujeres en los hospitales”, conducido por el Dr. Jesús García Hourcade, profesor vinculado a la Cátedra de Cine de la UCAM, que realizó una revisión sobre la presencia de la mujer en la filmografía sobre ambientes hospitalarios. En esta actividad se debatieron aspectos como la identidad profesional, las relaciones con la medicina o los valores y contravalores que se transmiten a través del cine, que unas veces son reflejo de la realidad y otras, según el prof. Hourcade, una manipulación interesada, al servicio de una ideología de la dominación.

El coloquio fue moderado por la Dra. Sonia Herrera Justicia, coordinadora de la Cátedra Index ICS, que introdujo la temática “De liderazgos, mujeres y hospitalidad”, y presentando a los ponentes, que en unos minutos resumieron la trayectoria biográfica de la mujer que previamente habían trabajado en sus ponencias, previamente alojadas en la revista Temperamentvm. Lo hicieron por este orden: Mª Lorena Marín Torres (Universidad de Granada, España) habló sobre “María Lorenza Longo, libertadora de mujeres explotadas y madre de incurables en Nápoles”; por su parte, el Dr. Manuel Amezcua (Cátedra I. Index ICS, UCAM-Fundación Index) expuso la trayectoria de “Marta Carrillo y la conciencia femenina de la desigualdad”; el Dr. Aarón Muñoz Devesa (Servicio Murciano de Salud, Murcia, España) trató sobre “Luisa de Marillac y la universalización del cuidado femenino”; a continuación la Dra. Yolanda Martínez Santos (Universidad de Zaragoza, España) abordó la biografía de “María Rafols Bruna, ¿conspiradora o heroína de la caridad?”; mientras que Mª. Elena González Iglesias (Servicio Galego de Saúde. Ourense, España) lo hizo de “María Soledad Torres Acosta, ministra de los enfermos”; para finalizar con la Dra. Mildred Guarnizo Tole (Universidad El Bosque, Colombia), quien introdujo a “Mère Pauline y la institucionalización del cuidado femenino en Colombia”.

A continuación, se dio paso a las preguntas que realizaron los participantes a través del chat de la sesión en directo, además de relanzar a los ponentes los comentarios y preguntas alojadas en la página de cada videoclip de las ponencias. Como viene ocurriendo en ciclos anteriores, el coloquio se desarrolló de una manera muy fluida, con una intensa participación de los asistentes virtuales, por lo que no hubo suficiente tiempo para que los ponentes respondieran a todas las preguntas planteadas.

La actividad registró un total de 333 inscripciones, de las cuales el 18 % eran estudiantes de la UCAM. El resto se distribuye principalmente entre profesionales del ámbito clínico, académicos y estudiantes de otras universidades. Se registraron un total de 16 países de procedencia, siendo los más numerosos España, México y Perú. En cuanto a la actividad desarrollada durante el periodo previo al desarrollo del coloquio relacionada con el consumo de los videoclips de las ponencias alojadas en la web, los participantes realizaron un total de 761 visualizaciones y 853 descargas de los mismos a través de la revista Temperamentvm, alojando un total de 77 comentarios. Mientras que la plataforma YouTube registró 1612 visualizaciones, a los tres días de su emisión. El seguimiento del coloquio ha registrado también una importante repercusión en Twitter, con 6194 personas alcanzadas y 105 reacciones y comentarios, así como en Facebook, con 5114 impresiones y 255 interacciones.

Son múltiples los aspectos que fueron introducidos por los asistentes y ponentes invitados durante el coloquio, que dieron lugar a sustanciosos debates y que aportaron algunas ideas que sugieren verdaderas líneas de investigación de cara al futuro. Entre ellas, la necesidad de profundizar en las causas y repercusiones del silencio producido tradicionalmente en torno al papel desempeñado por las congregaciones religiosas femeninas en la historia de la enfermería, la distorsión que ha supuesto el hecho de que estas mujeres líderes hayan sido biografiadas principalmente por autores eclesiásticos, que han enfatizado su vertiente religiosa, cuando en realidad fueron, en su mayor parte, mujeres laicas que utilizaron las fórmulas de la Iglesia como única vía posible para materializar sus obras; la cuestión del empoderamiento de estas mujeres y su capacidad para introducir transformaciones en los sistemas asistenciales de su tiempo; su gran creatividad y habilidad al utilizar recursos e ideologías que hoy resultan difíciles de comprender para lograr financiar y dar sustento a sus proyectos asistenciales; o el posible legado que los estilos de trabajo y liderazgo de estas mujeres han dejado en la enfermería de nuestro tiempo.

En suma, el coloquio sobre las mujeres de la hospitalidad ha servido para llamar la atención sobre la necesidad de hacer visibles a estas mujeres en su papel de fundadoras hospitalarias. Sobre el desafío que supone para los historiadores e historiadoras de la enfermería explorar nuevas fuentes que nos permitan conocer a tantas mujeres que entregaron su vida al cuidado de las personas socialmente más frágiles de cuya existencia aún no tenemos noticia. En cierta forma, estas mujeres nos miran desafiantes desde la tribuna de la historia, esperando recibir el reconocimiento que la estrecha mirada de su tiempo les negó.

Tanto las intervenciones de los ponentes como el desarrollo del coloquio pueden accederse a través del número 18 de la revista Temperamentvm (https://ciberindex.com/index.php/t/issue/view/261).

Las mujeres de Mamarta y la asistencia a los desfavorecidos en Mágina

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ACACYR. Programada por la Asociación cultural Arturo Cerdá i Rico (Acacyr) junto con el Ayuntamiento de Cabra y la Fundación Index, tuvo lugar el 12 de marzo, coincidiendo con la semana en que se conmemora el día internacional de la mujer, una conferencia sobre la madre Marta de Jesús. Un personaje cuya figura se agiganta a medida que se van conociendo detalles de su vida y obra, que protagonizó algunos de los episodios más bellos de la historia de Cabra del Santo Cristo. Aunque esa obra trascendió mucho más allá de las ásperas montañas de Mágina, llevando al personaje a pedir limosna en ciudades como Sevilla, Cádiz y Sanlúcar de Barrameda, a cuyos puertos llegaban las riquezas de Indias y en cuyos palacios supo granjearse la amistad de no pocas familias de la nobleza, lo que convierte a esta mujer en una de las figuras más desconocidas y fascinantes del Siglo de Oro en Andalucía.

Aprovechando que el cuadro, copia del que se conserva en el sevillano hospital del Pozo Santo está en la sede de Acacyr mientras se acometen las obras de rehabilitación del hospital de la Misericordia, se colocó en lugar preferente de la sala. Y el Dr. Manuel Amezcua (presidente de la Fundación Index) fue el encargado de dar la charla, que también fue retransmitida en directo por redes sociales.

Amezcua desgranó la vida de esta mujer, cordobesa de Priego que casó muy joven y que cuando enviudó comenzó sus fundaciones piadosas. Primero en Granada, donde erigió la convalecencia en el hospital Real, para después, cuando Cabrilla se convirtió en un importante centro de peregrinación tras la llegada del lienzo del Cristo de Burgos, fundar el hospital de la Misericordia y una escuela de primeras letras. Aunque su estancia en el pueblo se prolongó por casi tres décadas durante las que, no solo ayudó a los transeúntes, sino que también se dedicó a los cabrileños más desfavorecidos, siempre acompañada por algunas fieles compañeras. Como Beatriz Gerónima de la Concepción, a quien conoció en Sevilla y quien se terminaría haciendo cargo de ella durante su última etapa vital en el hospital que ambas fundaron en la actual capital de Andalucía. Un lugar donde permanece el espíritu de sus fundadoras, pues aún en nuestros días se mantiene aquí el compromiso con la sociedad hispalense gracias al tesón de las hermanas de la Tercera Orden Franciscana.

Como el conferenciante expresó, aquel legado se mantuvo en Cabra hasta las primeras décadas del pasado siglo y aunque hoy apenas queda una sencilla fachada blasonada, no por modesto ese edificio deja de ser grande para quienes conocen lo que aquello significó. Lo que nos da pie a terminar con un texto del propio Manuel Amezcua…

Apenas unos escudos en piedra en la portada de lo que fue una vieja edificación en la calle Palma nos recuerdan que allí hubo una voluntad férrea que luchó por un sueño imposible. Toda una lección de convivencia y solidaridad que hoy llama a las puertas de cada cabrileño en una invitación a construir un mundo mejor.

AMEZCUA MARTÍNEZ, MANUELEL HOSPITAL DE LA MISERICORDIA Y LA OBRA PÍA DE LA MADRE MARTA DE JESÚS EN CABRA. CONTRALUZ. REVISTA DE LA ASOCIACIÓN CULTURAL ARTURO CERDÁ Y RICO. NÚM. 5 – 2008. PÁG. 372

Isabel Zendal y la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna

AGREGATORIO

Primera enfermera de la historia en misión internacional

Isabel Zendal fue una enfermera, mujer y transgresora, pero también olvidada por la historia. Aunque no ha sido reconocida por la historia de la Enfermería en España, realizó la hazaña de llevar la vacuna de la viruela a América en el año 1803. ¿Sabéis cómo lo hizo?

En 1803 zarpa del puerto de A Coruña la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna para frenar el avance de la viruela en América. Entre el personal sanitario, una joven enfermera se encarga de la tarea más difícil: mantener viva la cadena de vacunación entre los 22 niños expósitos. Su nombre: Isabel Zendal. Conozcamos su historia a través del siguiente video. VER

Javier Moro escribió una novela sobre los acontecimientos que llevaron a la gesta realizada por Isabel Zendal, su título A flor de Piel, puedes visualizar una amplia entrevista con el autor

Otra aproximación a Isabel Zendal desde la novela histórica es «Ángeles custodios», de Almudena de Arteaga. Ver vista previa del libro.

En 2016, Miguel Bardem con guión de Alicia Luna dirigió la película 22 ángeles, basada en la expedición filantrópica que llevó la vacuna de la viruela a las Américas a comienzos del siglo XIX, donde Isabel Zendal (María Castro) aparece como protagonista de la historia junto a los niños que portaban ‘brazo a brazo’ la linfa de la vacuna.

Ver película

Isabel Zendal: la desconocida heroína de la expedición de la vacuna

Isabel Zendal fue enfermera y rectora del Orfanato de la Caridad de La Coruña. En 1803, participó en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, cuidando de los veintidós niños de la c​​oruñesa Casa de Expósitos que viajaron a América y de los veintiséis que fueron a Filipinas. La Organización Mundial de la Salud la reconoció como la primera enfermera de la historia en una misión internacional. Su actividad profesional en la expedición filantrópica se prolongó durante los diez años que duró para llevar la vacuna de la viruela a los territorios españoles de ultramar.
El Círculo de Orellana, en colaboración con el Instituto Cervantes, le rindió un homenaje con esta primera conferencia de la tercera edición del ciclo «Españolas por descubrir». La actividad corrió a cargo del escritor Javier Moro, formado en Antropología e Historia en París; y el periodista Antonio López Mariño, que fue quien descubrió los primeros documentos que mencionan a Isabel Zendal de manera oficial, precisamente cuando Javier Moro estaba empezando su libro «A flor de piel» sobre la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna.

Hasta Los Lunnis se han hecho eco de la importancia de Isabel Zendal

https://youtu.be/ZPgBR3etmXo

Merece la pena conocer la obra gráfica «Nuevo Mundo. Isabel Zendal en la Expedición de la Vacuna» MÁS INFORMACION

El blog Mujeres con Ciencia nos ofrece otras entradas sobre Isabel Zendal:

Otros materiales sobre Isabel Zendal

San Juan de Dios, o la pasión por los enfermos

Cómo citar esta entrada

Molina Valverde, Sandra. San Juan de Dios, o la pasión por los enfermos. Gomeres: salud, historia, cultura y pensamiento [blog]. 18/12/2016. Disponible en https://index-f.com/gomeres/?p=1780

Pastor, soldado y librero

Juan Ciudad Duarte, que pasaría a la historia como San Juan de Dios, nació en 1495 en Montemor-O-Novo, una próspera villa del Alentejo, en Portugal. Siendo niño un clérigo lo llevó a la villa de Oropesa (Toledo), donde vivió una parte de su juventud dedicándose al servicio de un noble, como pastor de su ganado. A sus veintidós años se alistó como soldado en el asedio de Fuenterrabía. Siendo expulsado del campo de batalla regresó a la casa donde h46148138_22616016abía vivido en Oropesa y allí pasó cuatro años, hasta que volvió a la guerra, en esta ocasión a Viena en la lucha contra los turcos.

Tras esta batalla regresó a la península ibérica, donde estuvo peregrinando durante un tiempo. Su siguiente destino fue Ceuta, allí trabajó en la construcción de la muralla de la ciudad y se ocupó de ayudar a una familia de exiliados portugueses con el sueldo que ganaba. A continuación se fue a Gibraltar, donde desempeñó diversos trabajos, y con sus ahorros compró libros y estampas religiosas para dedicarse a la venta ambulante. Más tarde decidió trabajar como librero en Granada, estableciéndose en un pequeño local cercano a Puerta Elvira.

Loco o iluminado

Juan de Ávila era uno de los predicadores más relevantes en Andalucía, y el librero decidió un día asistir a su sermón en la Ermita de los Mártires. A partir de este acontecimiento, Juan Ciudad experimentó un gran cambio en su actitud: salió de la ermita gritando, pidiendo misericordia, y se dirigió a su librería para destruir aquellos libros que no eran sagrados. Desde entonces, era visto por las calles con comportamientos extravagantes, mostrando arrepentimiento por las malas acciones que había cometido en su vida pasada, presentaba un aspecto muy descuidado, lo que dio lugar a que lo tomaran por loco, y como tal, fue ingresado en el Hospital Real.

Aquí fue víctima del maltrato que recibían los enfermos mentales en aquella época, pues eran atados, azotados y encerrados en celdas, esto se justificaba como lo adecuado para hacerles volver en sí. Dicha experiencia hizo que se revelara reclamando a los enfermeros que ofrecieran un trato humano a los enfermos, pero resultó en vano. Tuvo que aceptarlo sin otra alternativa, hasta que mejoró y dejaron de atarle y encerrarle en la celda, lo que aprovechó para cuidar a otros enfermos de forma amable y considerada.

Sintiéndose recuperado, Juan Ciudad optó por salir del hospital y encontrarse con Juan de Ávila. Aconsejado por este se marchó al Real Monasterio de Santa María de Guadalupe (Cáceres) para aprender sobre el cuidado de los enfermos, ya que en este lugar existía una relevante Escuela de Medicina, y el cuidado se basaba en técnicas científicas. Además, aquí se llevaba a cabo un cuidado caritativo.

Los primeros hospitales

Tras regresar a Granada, se dedicó recoger leña y a venderla para repartir lo que recaudaba entre los pobres que encontraba. Comenzó a plantearse dónde podría alojar a los pobres sin hogar cuando conoció al Señor Venegas, uno de los descendientes de una familia real nazarí que se convirtieron al cristianismo, y consiguió que este diese cobijo a los pobres (en la Casa de los Venegas, hoy conocida como la Casa de los Tiros).
Más adelante, con la ayuda de gente de buena posición económica, instituyó un hospital en la calle Lucena. Aquí se ocupaba de las tareas necesarias para el mantenimiento del hospital y el cuidado de los enfermos y pobres, así como de procurarles los recursos necesarios; salía a caminar con una capacha de esparto a pedir limosna gritando su célebre frase: “Hermanos, haceos el bien a vosotros mismos”. Así conseguía comida y dinero tanto para los necesitados del hospital como para cualquier pobre. Su concepción del cuidado contemplaba la atención individualizada y meticulosa de los enfermos, se encargaba de conversar con ellos para conocer cómo se sentían, qué necesitaban y reconfortarles.

Otras de las labores de Juan Ciudad fue prestar ayuda a las prostitutas para que se alejasen de ese tipo de vida, y encargarse de conseguir limosna para el enterramiento de los pobres. También logró convencer a un malhechor llamado Antón Martín para que abandonara su vida como proxeneta y desistiera de la idea de vengar la muerte de su hermano, asesinado por Pedro de Velasco. Antón Martín perdonó a Pedro, y tal fue la transformación de estos que acabaron encargándose junto a Juan Ciudad del cuidado de los necesitados. Por todas sus obras caritativas, Juan era llamado popularmente Juan de Dios, hasta que llegó a recibir oficialmente este nombramiento por el Obispo de Tuy.

El hospital de Gomeres

La cantidad de personas acogidas en el hospital creció enormemente, de modo que el espacio disponible en él fue insuficiente, a lo que Juan de Dios respondió estableciendo un hospital más grande y con mejores prestaciones que ofrecer a los pobres y enfermos. Se situaba en la Cuesta Gomeres y disponía de mejores recursos y terapias novedosas: camas individuales para enfermos, sala de pacientes infecciosos, técnicas de diagnóstico, usos de ungüentos, etc.

Ante la gran cantidad de costes que suponía el mantenimiento del hospital y la ayuda que prestaba a los necesitados, Juan de Dios tenía grandes deudas; esto le condujo hasta Valladolid para pedir limosna al Príncipe Felipe II, quien lo recibió y donó una aportación económica. También durante su estancia en Castilla pudo recaudar limosnas de personalidades de la nobleza, con lo que pudo solventar algunas deudas y afrontar ciertas necesidades.

Una de sus hazañas más conocidas fue la que ocurrió durante el incendió que se produjo en el Hospital Real. Cuando Juan de Dios vio la humareda que salía del hospital, fue hasta allí y entró en el lugar de las llamas para sacar a los enfermos, salvando a muchos. Afortunadamente, consiguió salir ileso.

Reconocimiento a su labor

Juan de Dios era una persona que se daba a los demás sin condición. Prueba de ello fue el acontecimiento en el que se involucró cuando se encontraba junto al río Genil y vio a un joven que se estaba ahogando, entonces se lanzó al agua para salvarlo, lamentablemente sin éxito. En consecuencia, padeció una pulmonía que le dejó en muy mal estado, y por ello decidió dejar en orden todas las deudas que tenía pendientes haciéndolas constar en dos libros.

La esposa de García de Pisa, Ana Osorio, convenció a Juan de Dios para que se hospedara en su casa y estuviera mejor atendido. En su estancia recibió la visita del Arzobispo, quien se comprometió a que la labor de ayuda a los necesitados seguiría adelante y se haría cargo de sus deudas. Juan de Dios pidió a Antón Martín que se ocupara del hospital y de cuidar a los necesitados. Su estado de salud empeoró hasta que murió el 8 de marzo de 1550. Recibió un entierro multitudinario en la Iglesia de la Victoria de Granada; hoy en día, sus restos se encuentran en la Basílica de San Juan de Dios.

En 1572, los compañeros de Juan de Dios que se encargaron junto a él de prestar sus servicios a pobres y enfermos, lograron que el Papa Pío V aprobara la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que continúo funcionando con la filosofía de este y se extendió por otros continentes.

En 1630 fue beatificado por el Papa Urbano VII, y en 1690 canonizado por el Papa Alejandro VIII. Más tarde recibió nombramiento a nivel mundial como patrón de los enfermos y los hospitales por el Papa León XIII en 1886, así como el nombramiento de patrón de las enfermeras y personal sanitario y asociaciones sanitarias (Papa Pío XI, 1930). También fue reconocido como copatrono de la ciudad de Granada.

Fuentes bibliográficas

  • Amezcua, Manuel. Juan de Dios el Santo, el Iluminado, el Enfermero. Bol Inf CP Granada, 1994; 35:28-29.
  • De Castro, Francisco. Historia de la Vida y santas obras de San Juan de Dios y de la Institución de su Orden y principios de su Hospital, Edición facsímil, Córdoba, 1995.
  • De Mina, M. Visitar la Granada de San Juan de Dios. 1994
  • Gómez Moreno, M. Primicias históricas de San Juan de Dios. Reeditada, Granada, 2010.
  • Eseverri Chaverri, Cecilio. Juan de Dios, el hombre. Un acercamiento a la dimensión antropológica del personaje. Index de Enfermería, 1995; IV(14): 19-22.
  • García Pedraza, A. Una relación ignorada: Juan de Dios y los moriscos. Index de Enfermería, 1995; IV(14):23-26.
  • Hernández Torres, JJ. Vida de San Juan de Dios. Granada: Clave Granada Editorial, 2003.
  • Martín Casares, A. Cuidar descarriadas sanando su alma. Juan de Dios y las prostitutas granadinas del siglo XVI. Index de Enfermería, 1995; IV(14):27-30.
  • Martínez Gil, José Luis. Sobre el nacimiento y procedencia de San Juan de Dios y su obra. Hispania sacra, estudios de edad moderna, 2006; 58(117): 69-100.
  • Ventosa Esquinaldo, Francisco. Juan Ciudad, reflejos de la personalidad humana de un reformador. Index de Enfermería, 1995; IV(14): 15-18.
  • Ventosa Esquinaldo, Francisco. Pensamiento de San Juan de Dios y la Orden Hospitalaria y su relación con la Enfermería: Conceptos y valores. Granada: Ediciones Alsur, 2012.

Esta entrada ha sido realizada por alumnado de 1º B de Enfermería de la Universidad de Granada en el marco de la asignatura “Evolución Histórica de los Cuidados. Teorías y Modelos”, curso 2016-17.