La realidad superó la ficción.

“Es desilusionante darse cuenta que no siempre lo de los libros es la realidad”

Isabel Valverde Carrasco
Estudiante de Enfermería. Centro Universitarios de Enfermería San Juan de Dios, Bormujos, Sevilla, España.

Comienzas el último año de carrera, ilusionada porque es un año lleno de prácticas, en el que acabaras coleccionando muchos momentos más de aprendizaje e incluso, te emocionas al saber que será la última vez que estés con tus compañeros y compañeras de clase, planeáis la graduación, la orla y el viaje de fin de carrera con mucha ilusión. De repente, todo eso ya no importa. Empiezas el último año de carrera, pero nunca te esperas un mensaje de la universidad avisándote de que debes dejar las prácticas. Cuando recibí ese mensaje a penas nos quedaban unos tres meses de prácticas, tres meses en los que todavía teníamos muchísimas ganas de aprender, se podría decir que más que al inicio del año, porque veíamos el final cerca. Después de esos tres meses seríamos oficialmente enfermeros y enfermeras, bueno, seremos enfermeros y enfermeras. Recuerdo que, en alguna clase de la asignatura de Atención a Múltiples Víctimas, nos reíamos, al inicio del curso, al imaginarnos supuestos sobre alguna que otra catástrofe y que el profesor acabara diciéndonos que a veces nuestro poder de imaginación supera la realidad.

Tristemente, ahora, la realidad ha superado a nuestra imaginación. Quien nos iba a decir que recordaríamos el último año de carrera, por esta razón, una pandemia. Una situación que nos ha hecho dejar nuestros lugares de prácticas para quedarnos en casa con nuestras familias. Una pandemia que ha hecho que todo el mundo reorganice sus vidas. Hemos pasado al teletrabajo, al gym virtual, a la educación online, sin guarderías, sin colegios, sin institutos o universidades, y a quedar para hacer videollamadas. Hemos comenzado a apreciar cosas que antes eran insignificantes o dábamos por hechas, porque las veíamos como parte de la rutina. Reconozco que no ha sido fácil caer en la cuenta que la próxima vez que entre en un hospital o centro de salud seré enfermera, ya no habrá más Practicums, ni rotatorios que elegir. Cuando eres consciente de que tu periodo de aprendizaje ha terminado, es imposible no pensar en si habré aprendido todo lo suficiente estos años para ser una buena enfermera. Aunque no han parado de repetírmelo, ahora es cuando más sentido le encuentro a la frase de ‘en esta profesión nunca se deja de aprender’.

Prueba de ello son todos los profesionales sanitarios que han tenido que adaptarse a trabajar con este nuevo virus, a tener protocolos nuevos, cada día, según se fuera actualizando la información. De un día a otro, dejaron de ser profesionales de medicina o de enfermería para ser ‘superhéroes’ y ‘superheroínas’. La población, a través de los aplausos de las 20:00, ha sido capaz de reconocer el esfuerzo que han, y siguen, realizando todos y cada uno de los profesionales. Pero nunca lo han dejado de realizar, sin pandemia o con ella, todos los profesionales de la salud trabajan, a diario, para ofrecernos los mejores cuidados. Como futura profesional, durante estos meses he tenido momentos en los que me he emocionado en cada aplauso. Pensaba en todos los compañeros y compañeras que estaban trabajando, en todos los esfuerzos que estaban haciendo para brindar de la mejor manera una buena asistencia sanitaria. En otros momentos, sentía que debía ser frustrante y desesperador ver que, en un corto periodo de uno/dos meses, tantos pacientes se quedaban a mitad de la lucha por superar su situación clínica, y fallecían. Fallecían solos, sin sus familiares, cuando nos enseñan, a lo largo de la carrera, lo importante que es ver al paciente como ser integral. Es decir, tratar al paciente, pero sin olvidarnos de su entorno, de su familia. Por otro lado, sentía indignación. Indignación cada vez que ponía las noticas y veía, veo, que el número de profesionales que se han contagiado no deja de aumentar.

Soy consciente de que al trabajar “cara a cara” con el virus los pone frente a cierto riesgo de contagio. Aunque sigo sin entender como se ha incrementado ese riesgo, al no facilitarles los equipos de protección individual (EPI) adecuados. Cuando todo esto comenzó, en las noticias se veía como los sanitarios de China iban perfectamente equipados con sus EPIs, a ningún se les veía con bolsas de basuras a modo de protección, como hemos podido ver aquí. Lo que hace que me cuestione porqué uno de los mejores sistemas de sanidad, en el mundo, no es capaz de abastecer con el material indicado a sus profesionales. Cuando el día de mañana trabaje, me encantaría disponer del material necesario para ello y es desilusionante darse cuenta que no siempre lo de los libros es la realidad. Sin embargo, admiro como, frente a una situación de crisis, todos los profesionales han sido lo más creativos y resolutivos posibles para no dejar de brindar una asistencia sanitaria tan necesaria. Además, me alegra ver que la población se ponga de igual manera a ayudar, se hayan creado campañas de recopilación de pantallas faciales, de mascarillas, de alimentos para los más necesitados entre otras.

Entre tantos sentimientos y emociones, también ha habido tiempo para la incertidumbre. No saber qué va a pasar en mi futuro próximo y esperar a ver cómo evolucionaba la situación, creo que ha sido lo más difícil. ¿Necesitaran la ayuda del alumnado en los Hospitales? ¿Nos contagiaremos en mi familia? ¿Podré acabar la carrera? Si algo he aprendido en estos meses, como mucho de los que me estéis leyendo ahora, es a valorar las pequeñas costumbres de la rutina, además de a ser paciente. Al principio del curso, me moría de ganas por estar tantos meses de prácticas, con el paso del tiempo reconozco que, cuando la crisis sanitaria me impidió seguir en el centro de atención primaria, en el que estaba en mi penúltimo rotatorio, llevaba varios días quejándome “mi vida solo se resume en ir a las prácticas”.

Tras pensar en lo que echo de menos de la rutina, sin lugar a dudas, entre las cosas que más echo de menos está el tener que ir a las prácticas. No solo por salir de casa, sino por ejercer lo que más me gusta, la Enfermería. Este año, es el Año Internacional de la Enfermería. No creo que fuera necesaria una pandemia para visibilizar la gran labor que hacemos todos los profesionales de enfermería. Pero ya que este virus ha hecho que la población sea más consciente de nuestro trabajo, espero que el día de mañana, cuando volvamos a la normalidad, a nadie se le olvide lo profesionales que somos.

Cómo citar este documento
Valverde Carrasco, Isabel. La realidad superó la ficción. Narrativas-Covid. Coviviendo [web en Ciberindex], 19/05/2020. Disponible en:  https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=1172

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