Fue duro

“Me sentía más frágil e incomprendida que nunca”

Elsa Rodríguez
Enfermera. SACYL, Castilla y León, España.

Aún me cuesta hablar sobre el tema, después de un año y medio de pandemia, no logro pensar en lo vivido sin soltar alguna lágrima.
Soy enfermera en SACYL, me dieron la interinidad en las consultas. Las consultas son un servicio tranquilo, sin mayores incidencias generalmente. Hasta el 15 de marzo de 2020 cuando, desde dirección de enfermería, pidieron profesionales con experiencia anterior en cuidados intensivos para poder atender en UVI a los pacientes con Covid, ya que en el hospital estaban aumentando camas de cuidados intensivos como podían.

En mi caso, me ofrecí para trabajar en UVI Covid puesto que ya había trabajado en UVI en otros hospitales; lo cierto, es que los cuidados intensivos siempre me han parecido interesantes y, con la mínima experiencia que había adquirido, decidí que tenía que ayudar. Aunque en realidad, creo que no hubiese tenido otra opción, la mayoría de los sanitarios tendríamos que trabajar en unidades Covid.

Lo más difícil en el primer momento de la pandemia, fue la falta de información, la información sin calidad y desestructurada hacía mucho daño. Se oía de todo, y creo que la mayoría de lo que se transmitía, no se hacía de manera correcta. Bajo mi punto de vista, se debería de haber realizado más educación sanitaria en los medios; no se puede basar todo en infundir miedo y luego mostrar cómo la gente “se vuelca” con el Covid haciendo dibujos y saliendo a aplaudir. Hubiera sido más productivo educar que mal informar. El desconocimiento puede llegar a hacer mucho daño.

Mi familia, también se dedica a la sanidad, por lo que también les tocó atender a pacientes Covid desde el primer momento. Creo que esto también fue muy difícil para mí. Solo pensaba en que a cualquiera de la familia nos podría pasar algo terrible, y yo deseaba que si a alguien de mi familia le tenía que pasar algo, fuese a mí. La sensación que tuve al iniciarme en UVI Covid, fue una de las peores experiencias de mi vida. Sentí como que me iba a la guerra.

En marzo de 2020 comencé a trabajar en UVI Covid. Convivía con mi pareja y decidimos llevar unas medidas de higiene muy específicas en casa. Además decidimos no juntarnos con nadie más durante mucho tiempo. Las videollamadas se convirtieron en nuestra nueva vida social.

Al comenzar en un servicio nuevo, donde no conoces a nadie, es complicado. En la UVI Covid donde me tocó trabajar, desde el primer día nos informaron de que no había prácticamente enfermeros veteranos, puesto que se habían contagiado. En mi primer turno, eran únicamente tres enfermeras veteranas y el resto (otros 9 enfermeros más) comenzábamos de nuevas en ese turno. Además, había compañeros ingresados en esa misma UVI. No me parecieron muy buenas noticias.

Los ánimos, los primeros días, eran bajos. Se trabajaba mucho, nos ayudábamos entre nosotros como nunca antes había visto. Cuando llegabas al turno, te ponías el EPI y no te lo quitabas ni para comer, ni para ir al baño, ni para nada, hasta que no finalizabas tu turno. Las mascarillas hacían daño tanto tiempo en la cara, la pantalla hacía daño en la frente y las gafas también dañaban. Tuve heridas en la cara. El EPI daba mucho calor, sudabas por debajo, pero no podías quitártelo. Lo mejor eran las duchas después de terminar la jornada laboral.

Con el paso de los días, los compañeros del mismo turno nos íbamos conociendo y confiando más los unos en los otros. Me tocaron unos compañeros estupendos. Fuimos aprendiendo, mejorando e incluso nos reíamos durante el turno cuando la situación mejoraba. Cuando la pandemia nos dio un respiro y se aflojaron las medidas, salimos juntos a celebrar y a recordar.

Me acuerdo de llorar, de reír, de cantarle a los pacientes para tenerlos entretenidos, de ponerles la radio, de hacer videollamadas con sus familiares, de darles la mano en sus últimos momentos… Trabajamos muchas horas con los mismos pacientes. Tantos sentimientos en cada turno, que eran muy difíciles de gestionar. Fue duro.

La salud mental es importante, no creo que puedas cuidar bien si tú no estás bien. En mi opinión, a los sanitarios no se nos trató como se debía. Los aplausos no me ayudaban, todo lo contrario, me ponían la piel de gallina. Tampoco catalogar de “héroes” ayuda porque al pensar en un héroe, te viene a la cabeza alguien fuerte, sin miedo, que puede con todo y lucha contra todo, y yo no me sentía así. Me sentía más frágil e incomprendida que nunca. Quizá los sanitarios necesitábamos ayuda de profesionales para poder sobrellevar la situación.

Tampoco sentía empatía, no creo que pueda sentir empatía de la gente que no ha vivido una situación parecida. Pienso que es una de esas ocasiones en las que una situación te marca tanto que nunca la olvidarás y espero que con el tiempo, se atenúen los sentimientos que causa acordarse de esos momentos.

Cómo citar este documento

Rodríguez, Elsa. Fue duro.  Narrativas-COVID. Coviviendo [web en Ciberindex] 21/12/2021. Disponible en:  https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=2372

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