Autores: Carmen Suarez Urquiza, Mariluz Jijón Carretero, Manuel Jesús Cardona Expósito, Daniel Castro Moral, Ana Isabel Campos Sánchez, 1º B (2014/15)
Vida de San Juan de Dios
Juan Ciudad Duarte nació en Montemor (Portugal) en 1495. Siendo aún un niño, se trasladó a Toledo, ejerciendo de pastor y otras labores del campo hasta los 27, cuando decidió enrolarse en las tropas españolas al mando del capitán de infantería Juan Ferruz que estaba a su vez al servicio del emperador Carlos I.
Su etapa como soldado fue para él una dura experiencia siendo salvado en el último momento de ser ahorcado, por lo que desde entonces Juan Ciudad vivió como aventurero incansable en permanente búsqueda de una vocación desconocida hasta el momento. De regreso volvió a ejercer de pastor en tierras de Sevilla desde donde se desplazó hasta Ceuta para trabajar como peón en la construcción de sus murallas. Poco después regresó a Andalucía y comenzó a recorrer los caminos desde Algeciras a Granada como vendedor ambulante de libros de distintos géneros. Una vez en Granada montó una pequeña tienda de libros en la calle Elvira.
A Juan de Dios le gustaba escuchar predicar al maestro y predicador Juan de Ávila en la ermita de los mártires, fueron sus predicaciones las que le hicieron pensar y encontrar su verdadera vocación que era la de prestarse a los demás, sobre todo a aquellos que menos tenían.
Esta experiencia le hizo confrontar su vida, los años perdidos, el vacío interior, y sintió tan profundo arrepentimiento que con abundantes lágrimas y grandes muestras de dolor recorrió las calles de la ciudad gritando sus muchos pecados , deseos de penitencia y criticando a los ricos y poderosos de esa época que no hacían nada por los más desfavorecidos hasta el punto de que algunas personas compadeciéndose de él y otras incomodas por sus palabras lo consideraron enfermo mental y lo condujeron al Hospital Real, que se usaba como manicomio en el año 1540 aproximadamente.
Juan de Dios fue conducido a una pequeña celda de apenas dos metros cuadrados con un pequeño ventanuco y le pusieron un cepo inmovilizándole manos y cabeza. Allí estuvo aproximadamente un año en esa celda donde el tiempo que pasó le hizo reflexionar sobre las condiciones en las que se encontraban los enfermos de su época, en los que enfermos de diferentes patologías estaban en la misma estancia. Según parece Juan de Dios consiguió salir del Hospital Real gracias a que San Juan de Ávila intercedió por él para sacarlo de allí.
Tras su salida del hospital empieza a crear pequeños hospitales en diferentes casas particulares de Granada (como el que estaba en la cuesta Gomeres) donde aloja principalmente a enfermos pobres y a la vez que va creando estos pequeños hospitales va acogiendo a varios seguidores, que luego fundarían la orden hospitalaria de San Juan de Dios.
San Juan de Dios no solo se conformaba con fundar hospitales y darse a los demás prestando un servicio sanitario sino que en todo lo que él podía ayudar se implicaba, un ejemplo de esto es la causa de su muerte, se dice que San Juan de Dios vio como un niño se estaba ahogando en el rio Genil y sin pensárselo dos veces se tiró al agua para salvarlo con la mala suerte que enfermó de pulmonía y murió.
Hospital Real y la celda sanjuanista
Recién reconquistada Granada por los Reyes Católicos solo existía un hospital en la ciudad y era musulmán, hospital cristiano como tal no había, tan solo existía un hospital de campaña cerca de la Alhambra por lo que los Reyes Católicos mandan construir en 1492 el Hospital Real, el cual fue construido sobre un antiguo cementerio musulmán. Este hospital se fundó principalmente para asistir a enfermos con bubas y sífilis y a los pocos años de su funcionamiento se comenzó a alojar a los inocentes (enfermos con patologías psiquiátricas, locos). Un dato curioso a destacar es que a medida que se iba construyendo se iban ocupando las habitaciones.
Desde su construcción el Hospital Real ha sufrido diferentes incendios, en uno de ellos cabe destacar la acción de San Juan de Dios ya que él al haber estado en este hospital como enfermo conocía la estructura del hospital real y cómo estaba distribuido, por lo que tuvo la capacidad y la valentía de adentrarse dentro del hospital y entre las llamas ir salvando a muchas de las personas que estaban encerradas y a punto de morir, sacrificándose a sí mismo y teniendo como resultado numerosas quemaduras por todo el cuerpo. Este hecho ha provocado que una de las imágenes con las que se representa a San Juan de Dios sea la del santo con un hombre en brazos.
El Hospital Real tras la Guerra Civil deja de ser manicomio y pasa a ser el hospital de Maternidad dependiente de la Diputación. Es en los años sesenta cuando se queda casi vacío y por lo que es cedido a la universidad que tenía problemas de espacio y es en 1980 cuando el Rectorado se traslada al Hospital Real.
La única celda que se conserva en el Hospital Real es la celda de San Juan de Dios, ya que la Orden de San Juan de Dios toma este lugar como lugar de peregrinación y hacen por conservarla.
Para hacer un homenaje a la figura de San Juan de Dios, se decidió que en la celda se pusieran todos los libros que hablan de él, su vida, la Orden hospitalaria, sus obras, sus actos… formando así lo que se conoce como biblioteca Sanjuanista, donde no solo encontramos libros en español sino que nos los podemos encontrar en otros idiomas como portugués (lengua materna de San Juan de Dios).