
Este artículo explora los fundamentos históricos y la riqueza cultural de los saberes populares en salud en España, destacando su relevancia para comprender y promover una atención más transcultural e integral en el ámbito sanitario.
Referencia
Herrera Justicia, Sonia; Amezcua, Manuel. Los estudios sobre el saber popular en salud en España: fundamentos de un área de conocimiento en construcción. Cultura de los Cuidados 2025; 70: 169–182. https://doi.org/10.14198/cuid.28643. LEER

Resumen de la autoría
Introducción: A partir del siglo XIX, académicos e investigadores han documentado y valorado las prácticas y conocimientos familiares, poniendo de manifiesto un diálogo continuo entre la medicina oficial y las tradiciones populares. Objetivo: Describir las aportaciones y los autores, que durante el siglo XIX y hasta la actualidad, han mostrado interés por el saber popular en salud. Metodología: Revisión de obras impresas y electrónicas, integrando contribuciones desde el ámbito de la etnografía y antropología y excluyendo el ámbito literario y costumbrista. Resultados: Los estudios identificados muestran cómo las prácticas populares de salud, que incluyen desde el uso de plantas medicinales hasta rituales mágicos-religiosos, varían según la región. En muchas áreas, especialmente en Andalucía, estas prácticas han evolucionado, pero mantienen su relevancia cultural y su influencia en la salud familiar. Conclusión: Se subraya la necesidad de un reconocimiento más profundo de los saberes populares como elementos esenciales para comprender la historia cultural de la salud y su influencia en la sociedad contemporánea. Además, las futuras investigaciones deben enfocarse en el dinamismo de estos saberes, especialmente en el contexto de una sociedad en constante evolución.
Palabras clave: medicina Popular; folclore; historia; cambio social; cuidado familiar; salud de la familia.
El contexto histórico de los saberes populares en salud
En este artículo analizamos cómo los conocimientos y prácticas populares han moldeado la los cuidados de salud en distintas regiones de España. Este trabajo se centra en destacar las aportaciones de estudiosos y académicos desde el siglo XIX hasta la actualidad, mostrando la riqueza y diversidad de este patrimonio cultural.
El cuidado de la salud en el ámbito familiar ha sido una constante a lo largo de la historia, desarrollado a través de prácticas transmitidas de generación en generación. Desde el uso de plantas medicinales hasta rituales mágico-religiosos, estas tradiciones han coexistido y dialogado con la medicina oficial. Sin embargo, con el avance de la medicalización y la tecnología, muchas de estas prácticas han sido relegadas, aunque aún conservan su valor cultural y social en comunidades específicas.
En su contenido destacamos que, a lo largo de los siglos, regiones como Andalucía han sido clave en la conservación y evolución de estos saberes. En esta comunidad, las prácticas populares relacionadas con la salud no solo han demostrado su utilidad pragmática, sino que también reflejan una cosmovisión cultural única.
El trabajo identifica varias líneas de investigación clave:
- Diversidad regional: Desde las prácticas mágico-religiosas en Andalucía hasta los remedios tradicionales del País Vasco y Galicia, se subraya cómo cada región aporta matices únicos a los saberes populares.
- Conexión con la antropología y la etnografía: Desde mediados del siglo XX, disciplinas como la antropología han contribuido significativamente al estudio sistemático de estas prácticas, destacando su dinamismo y capacidad de adaptación a contextos cambiantes.
- Transmisión generacional y globalización: Las tradiciones populares han evolucionado mediante un proceso de transmisión oral enriquecido por la interacción cultural, como lo ejemplifica el caso de Canarias y su conexión con América Latina.
En el artículo concluimos que los saberes populares en salud no deben considerarse como simples reliquias del pasado, sino como una fuente viva de conocimientos que puede enriquecer la práctica sanitaria contemporánea. Este enfoque invita a reconocer la importancia del contexto cultural en la atención a la salud, promoviendo una visión más inclusiva y sensible hacia las necesidades de comunidades diversas.
Además, subrayamos la necesidad de fomentar investigaciones futuras que aborden el equilibrio entre la preservación de estas tradiciones y su integración en un mundo globalizado. Metodologías participativas que involucren a las comunidades en la documentación de sus propios saberes son esenciales para garantizar su relevancia y continuidad.
El reconocimiento y la integración de los saberes populares en la atención sanitaria pueden estimular la sensibilidad transcultural de los profesionales de la salud. Estos conocimientos permiten una mejor comprensión de las prácticas y creencias de los pacientes, favoreciendo una comunicación efectiva y una atención más humanizada.
En un contexto donde la diversidad cultural es cada vez más evidente, pensamos que con este trabajo ofrecemos un marco valioso para que los profesionales de la salud no solo respeten las tradiciones de sus pacientes, sino que también encuentren formas de incorporarlas de manera ética y efectiva en el cuidado. Así, los saberes populares en salud no solo enriquecen la práctica clínica, sino que también refuerzan el vínculo entre los profesionales y las comunidades a las que sirven.

TELA DE ARAÑA: extraño, ¿verdad? La tela de araña se usa en los pueblos indígenas como coagulante. Al producirse una herida o corte, se aplica un pedazo de esta sustancia resistente y pegajosa sobre la zona de sangrado, coagulando la sangre y acelerando el proceso de cicatrización. La tela en concreto se extrae de la viuda negra, una de las arañas más exóticas y venenosas del mundo. Se ha demostrado que la fibroina (proteína estructural) presente en la tela del arácnido es la encargada de realizar la función médica. Científicos de la universidad de California han logrado aislar la secuencia genética necesaria para la síntesis de fibroina para producirla a nivel comercial y elaborar medicamentos.
LA CHIRIMOYA: esta fruta procede del continente americano, y su nombre significa ¨semillas frías¨, ya que germina a elevadas altitudes. Comenzó a cultivarse en Europa con la conquista de América, y de ahí fue llevada a Oriente por los exploradores españoles. Tiene una infinidad de propiedades beneficiosas para la salud: refuerza la memoria, reduce el estrés diario, se digiere con facilidad debido a la cantidad de enzimas hidrolíticas que contiene, además de vitamina C, proteínas, azúcares, fósforo, antioxidantes, etc. Sin embargo, esta fruta es de gran ayuda durante el parto, una propiedad asombrosa. Las semillas de la chirimoya se ponen a hervir con un poco de agua y se le da a las mujeres indígenas justo antes del parto y durante este, con el fin de apresurarlo. Actúa como las prostaglandinas, contrayendo el tejido muscular liso del útero durante el parto. Además, quedó demostrado el efecto citotóxico de las semillas de chirimoya, previniendo el cáncer de cuello uterino, cáncer de mama y leucemia. Esto les llevó al premio Nobel de Medicina Abeefe Brystol Meyers a un grupo de estudiantes en 2007. En definitiva, un auténtico superhéroe con propiedades anticancerígenas, antioxidantes, laxantes, etc.