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Saberes que sanan: redescubriendo la medicina popular

Publicado por José Espinosa de los Monteros. Noosfera 1/1/2025

Jódar (Jaén), 31 de enero de 2025. La Casa de la Juvetud de Jódar acogió en la tarde de ayer la conferencia “Creer y Curar: Aproximación a la Medicina Popular”, impartida por el Dr. Manuel Amezcua, catedrático de la UCAM y profesor de Historia de la Ciencia en la Universidad de Granada. En el marco del programa cultural 53ª Cita Folk, coordinado por el grupo Andaraje, la ponencia ofreció una visión crítica y documentada sobre la medicina popular, sus raíces históricas y su evolución hasta la actualidad. El conferenciante fue presentado por el Dr. José Nieto Serrano, presidente de la Asociación Cultural Andaraje, quien destacó su dilatada trayectoria en el campo de la antropología de la salud, compartiendo también algunos recuerdos de la época en que ambos coincidieron en el mismo pueblo al tiempo de iniciar su ejercicio como sanitarios rurales. La conferencia se desarrolló ante un público que completó el aforo de la sala y con la presencia de la alcaldesa de la ciudad, Juana Cazorla Ruíz, acompañaba del teniente de alcalde Juan Ruiz Ráez.

José Nieto, Manuel Amezcua, Juana Cazorla Ruiz, Jesús Barroso y Juan Ruiz Ráez

Desde una perspectiva interdisciplinar, el Dr.  Amezcua exploró la relación entre los saberes ancestrales y la biomedicina contemporánea, destacando que los límites entre lo científico y lo popular no siempre han estado claramente definidos. “La medicina popular no debe entenderse como un arcaísmo, sino como un sistema dinámico en constante transformación, capaz de adaptarse a nuevas realidades culturales y tecnológicas”, afirmó el conferenciante. Uno de los ejes centrales de la conferencia fue la coexistencia de la diversidad de sistemas de atención en salud, desde la biomedicina hegemónica hasta las terapias alternativas, pasando por los cuidados domésticos y la medicina tradicional. A través de ejemplos históricos y etnográficos, el Dr.  Amezcua mostró también cómo las creencias religiosas y la magia han jugado un papel fundamental en la construcción de prácticas curativas a lo largo del tiempo. “El sincretismo entre lo nuevo y lo viejo, lo popular y lo académico, lo devocional y lo científico es una constante en la historia de la salud”, explicó, ilustrando cómo en algunas regiones se siguen utilizando remedios tradicionales a la par que se integran conocimientos biomédicos.

“Santos populares» como mediadores

Un aspecto singular de la medicina popular en Andalucía es el fenómeno de los “santos populares«, figuras que, sin reconocimiento oficial por parte de la Iglesia, han sido objeto de veneración en numerosas localidades de la Sierra Sur. El Dr.  Amezcua destacó la importancia de estas figuras en el imaginario colectivo y su rol como mediadores entre la fe y la salud. A través de relatos locales, se expuso cómo estos “hombres y mujeres santas” han sido considerados por la comunidad como intercesores en procesos de curación, utilizando prácticas como la imposición de manos, las bendiciones, los soplos o las insalivaciones. Su capacidad sanadora, atribuida a la gracia divina, los convirtió en figuras clave en la vida de muchas aldeas, donde sus casas y tumbas siguen siendo hoy centros de peregrinación de sus devotos.

“El reconocimiento de estos personajes no dependía de instituciones religiosas ni científicas, sino del consenso popular. Eran figuras respetadas, muchas veces perseguidas por los poderes establecidos, pero aclamadas por quienes veían en ellas una esperanza para sus desdichas”, explicó el conferenciante.

Esta tradición, aunque en proceso de transformación, sigue presente en la memoria de muchas comunidades de la Sierra Sur. En algunos casos, sus prácticas han encontrado continuidad en nuevas formas de espiritualidad o en la resignificación de lugares sagrados. “La Ruta de los Milagros”, la obra divulgativa en la materia más conocida del Dr. Amezcua, muestra cómo estas creencias han perdurado y se han adaptado a los nuevos tiempos”.

Las mujeres como transmisoras del saber popular

Otro de los temas abordados fue la relevancia de las mujeres como agentes clave en la preservación y transmisión del conocimiento sobre el cuidado de la salud. Parteras, curanderas y cuidadoras han desempeñado históricamente un rol fundamental en la sanación y el bienestar comunitario. “Las prácticas de salud doméstica no solo han garantizado la supervivencia de generaciones, sino que también han generado un rico patrimonio inmaterial que aún pervive”, destacó  Amezcua. En este sentido, el ponente cuestionó hasta qué punto la progresiva dependencia de los sistemas de salud institucionalizados ha desplazado estos conocimientos, y si es posible recuperarlos y actualizarlos, en condiciones controladas, para fortalecer la autonomía de las familias en el cuidado de su salud.

En el marco de esta reflexión, el Dr.  Amezcua presentó el proyecto Sabias, una iniciativa de la  Fundación Index liderada por la Dra. Sonia Herrera Justicia que busca rescatar, documentar y difundir los conocimientos tradicionales sobre el cuidado de la salud, en particular aquellos transmitidos por generaciones de mujeres. Este proyecto no solo pretende preservar estas prácticas como parte del patrimonio cultural, sino también explorar su vigencia en la sociedad actual. A través de testimonios de mujeres que han ejercido como referentes en sus comunidades, Sabias pone en valor el conocimiento empírico heredado y su contribución a la salud familiar. “Muchas de estas prácticas no han desaparecido, sino que han sido relegadas o invisibilizadas. Recuperarlas y analizarlas desde una perspectiva contemporánea puede aportar claves valiosas para un modelo de atención más humano y sostenible”, explicó el conferenciante.

Una reflexión contemporánea sobre medicina popular y consumo

A lo largo de su intervención, el Dr.  Amezcua vinculó la evolución de la medicina popular con los cambios en los modelos de consumo y las transformaciones sociales contemporáneas. Citando al sociólogo Zygmunt Bauman, subrayó cómo el paso del “saber hacer” al “saber comprar” ha redefinido la forma en que las personas se relacionan con su salud y bienestar. “El problema según Bauman no es consumir, sino el deseo insaciable de continuar consumiendo”, advirtió, sugiriendo que la mercantilización de la salud ha desplazado muchas de las prácticas tradicionales que, lejos de ser obsoletas, podrían complementar los sistemas sanitarios actuales y contribuir a aliviar la saturación de los servicios de urgencias.

Como conclusión, el Dr.  Amezcua enfatizó la importancia de preservar los saberes y habilidades cuidadoras de la familia como parte del patrimonio cultural inmaterial. En esta línea, presentó una iniciativa que está coordinando dentro de la Casa de Mágina, la Casa-Museo de la Medicina Popular, un espacio dedicado a la investigación, divulgación y puesta en valor de estos conocimientos en un contexto de innovación y reapropiación comunitaria. “La medicina popular no es un vestigio del pasado, sino un recurso vivo que sigue evolucionando”, concluyó, dejando abierta la reflexión sobre cómo integrar estos saberes en el mundo actual sin perder su esencia.

La conferencia finalizó con un animado coloquio, en el que los asistentes compartieron experiencias y opiniones sobre la relación entre tradición y modernidad en el cuidado de la salud.

En el siguiente enlace puedes acceder a la entrevista realizada por la SER al conferenciante, así como al audio con la conferencia completa: ENTRAR

Los saberes populares son un legado cultural para el cuidado contemporáneo

Herrera Justicia, Sonia; Amezcua, Manuel. Los estudios sobre el saber popular en salud en España: fundamentos de un área de conocimiento en construcción. Cultura de los Cuidados 2025; 70: 169–182. https://doi.org/10.14198/cuid.28643. LEER

Introducción: A partir del siglo XIX, académicos e investigadores han documentado y valorado las prácticas y conocimientos familiares, poniendo de manifiesto un diálogo continuo entre la medicina oficial y las tradiciones populares. Objetivo: Describir las aportaciones y los autores, que durante el siglo XIX y hasta la actualidad, han mostrado interés por el saber popular en salud. Metodología: Revisión de obras impresas y electrónicas, integrando contribuciones desde el ámbito de la etnografía y antropología y excluyendo el ámbito literario y costumbrista. Resultados: Los estudios identificados muestran cómo las prácticas populares de salud, que incluyen desde el uso de plantas medicinales hasta rituales mágicos-religiosos, varían según la región. En muchas áreas, especialmente en Andalucía, estas prácticas han evolucionado, pero mantienen su relevancia cultural y su influencia en la salud familiar. Conclusión: Se subraya la necesidad de un reconocimiento más profundo de los saberes populares como elementos esenciales para comprender la historia cultural de la salud y su influencia en la sociedad contemporánea. Además, las futuras investigaciones deben enfocarse en el dinamismo de estos saberes, especialmente en el contexto de una sociedad en constante evolución.
Palabras clave: medicina Popular; folclore; historia; cambio social; cuidado familiar; salud de la familia.

En este artículo analizamos cómo los conocimientos y prácticas populares han moldeado la los cuidados de salud en distintas regiones de España. Este trabajo se centra en destacar las aportaciones de estudiosos y académicos desde el siglo XIX hasta la actualidad, mostrando la riqueza y diversidad de este patrimonio cultural.

El cuidado de la salud en el ámbito familiar ha sido una constante a lo largo de la historia, desarrollado a través de prácticas transmitidas de generación en generación. Desde el uso de plantas medicinales hasta rituales mágico-religiosos, estas tradiciones han coexistido y dialogado con la medicina oficial. Sin embargo, con el avance de la medicalización y la tecnología, muchas de estas prácticas han sido relegadas, aunque aún conservan su valor cultural y social en comunidades específicas.

En su contenido destacamos que, a lo largo de los siglos, regiones como Andalucía han sido clave en la conservación y evolución de estos saberes. En esta comunidad, las prácticas populares relacionadas con la salud no solo han demostrado su utilidad pragmática, sino que también reflejan una cosmovisión cultural única.

El trabajo identifica varias líneas de investigación clave:

  1. Diversidad regional: Desde las prácticas mágico-religiosas en Andalucía hasta los remedios tradicionales del País Vasco y Galicia, se subraya cómo cada región aporta matices únicos a los saberes populares.
  2. Conexión con la antropología y la etnografía: Desde mediados del siglo XX, disciplinas como la antropología han contribuido significativamente al estudio sistemático de estas prácticas, destacando su dinamismo y capacidad de adaptación a contextos cambiantes.
  3. Transmisión generacional y globalización: Las tradiciones populares han evolucionado mediante un proceso de transmisión oral enriquecido por la interacción cultural, como lo ejemplifica el caso de Canarias y su conexión con América Latina.

En el artículo concluimos que los saberes populares en salud no deben considerarse como simples reliquias del pasado, sino como una fuente viva de conocimientos que puede enriquecer la práctica sanitaria contemporánea. Este enfoque invita a reconocer la importancia del contexto cultural en la atención a la salud, promoviendo una visión más inclusiva y sensible hacia las necesidades de comunidades diversas.

Además, subrayamos la necesidad de fomentar investigaciones futuras que aborden el equilibrio entre la preservación de estas tradiciones y su integración en un mundo globalizado. Metodologías participativas que involucren a las comunidades en la documentación de sus propios saberes son esenciales para garantizar su relevancia y continuidad.

El reconocimiento y la integración de los saberes populares en la atención sanitaria pueden estimular la sensibilidad transcultural de los profesionales de la salud. Estos conocimientos permiten una mejor comprensión de las prácticas y creencias de los pacientes, favoreciendo una comunicación efectiva y una atención más humanizada.

En un contexto donde la diversidad cultural es cada vez más evidente, pensamos que con este trabajo ofrecemos un marco valioso para que los profesionales de la salud no solo respeten las tradiciones de sus pacientes, sino que también encuentren formas de incorporarlas de manera ética y efectiva en el cuidado. Así, los saberes populares en salud no solo enriquecen la práctica clínica, sino que también refuerzan el vínculo entre los profesionales y las comunidades a las que sirven.

Románticos y costumbristas nos muestran la herencia del cuidado familiar

Herrera Justicia, Sonia; Amezcua Martínez, Manuel. El cuidado familiar entre dos siglos: Granada y Jaén en testimonios de viajeros románticos y escritores costumbristas. Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, 2024; 1(36): 189-207. https://www.cehgr.es/revista/index.php/cehgr/article/view/418.

El este artículo intentamos ofrecer un panorama sobre cómo la tradición y el conocimiento popular han influido en los cuidados de salud en el entorno familiar de las provincias andaluzas de Granada y Jaén entre los siglos XIX y XX. A través de los testimonios de viajeros románticos y escritores costumbristas, se documentan las prácticas cotidianas de salud, remedios caseros y costumbres locales que aún tienen resonancia en la actualidad.

Durante el siglo XIX, los viajeros románticos llegaron a España buscando lo exótico y lo auténtico, especialmente en Andalucía. En sus escritos, relataron no solo las bellezas naturales de lugares como Granada y Jaén, sino también las prácticas de vida y cuidados de salud del pueblo andaluz, que iban desde el uso de plantas medicinales hasta rituales y amuletos para prevenir enfermedades. La literatura de viaje de estos viajeros se ha convertido en una rica fuente para entender la relación de las familias con la salud y la enfermedad en esta época.

Los testimonios de la época reflejan cómo, ante la falta de acceso a medicina oficial, las familias recurrían a los remedios caseros y a los «terapeutas populares», como las comadres, curanderos o barberos, que realizaban pequeñas intervenciones. Las prácticas de salud también incluían el uso de recursos naturales y elementos simbólicos, como amuletos o rituales asociados con creencias populares.

Granada y Jaén contaban con una biodiversidad rica en plantas medicinales y, en lugares como Sierra Nevada, se recolectaban hierbas con fines curativos, incluyendo manzanilla, lavanda y genciana. Este uso de plantas fue transmitido a lo largo de generaciones y aún persiste, aunque hoy en día es más común encontrar estos remedios en tiendas especializadas o supermercados.

Los viajeros documentaron el uso de baños y aguas termales, especialmente en lugares como Alhama y Lanjarón en Granada o Marmolejo en Jaén. Estas aguas eran apreciadas no solo por sus propiedades curativas, sino también por su importancia en la higiene diaria de las personas. Estos baños termales han evolucionado hasta ser hoy destinos recreativos.

Se cuidaba la ventilación y limpieza de las habitaciones como método preventivo contra las enfermedades. Las familias comprendían la importancia del aire fresco y, en la fiesta del Corpus, era común ventilar y limpiar las habitaciones para renovar el ambiente.

La alimentación tenía un papel destacado en la vida diaria y en los cuidados de salud. Los viajeros documentaron la fascinación por los mercados, el consumo de alimentos como el chocolate o el jamón, y prácticas culinarias que favorecían la salud, como el consumo de caldos para aliviar las indigestiones.

En el estudio llegamos a la conclusión que muchas de las prácticas de salud descritas en estos relatos de viajeros románticos y escritores costumbristas siguen siendo relevantes hoy en día. Constatamos que el saber popular ha logrado adaptarse y evolucionar, manteniendo su esencia en nuestra sociedad. Igualmente resaltamos la importancia de revalorizar y preservar estos conocimientos como parte de la identidad cultural y el legado de las familias, y planteamos que, frente a la modernización, el rescate de lo cotidiano puede ofrecer una alternativa saludable y más consciente en el autocuidado contemporáneo.

Santos y curanderos en la Casa de Cervantes

Publicado por José Espinosa de los Monteros. Noosfera 3/06/2024.

Visualizar el videoclip de la conferencia en https://funjdiaz.net/acervo-comun-videos.php?serie=15

Valladolid, España. En la emblemática Casa de Cervantes de Valladolid, dentro del ciclo “El acervo común” de la Real Academia de Bellas Artes, tuvo lugar el 31 de mayo de 2024 la conferencia titulada «Creer y curar: la medicina popular», pronunciada por el catedrático Manuel Amezcua, presidente de la Fundación Index y profesor del Departamento de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada. El acto reunió a un nutrido público interesado en la evolución y el sincretismo de la medicina popular a lo largo de la historia.

La presentación del conferenciante corrió a cargo del académico Joaquín Díaz, que destacó su trayectoria investigadora en el campo de la antropología, mencionando algunas de las colaboraciones que entre los años 80 y 90 realizó en la Revista de Folklore. El Dr. Amezcua por su parte inició su intervención rindiendo homenaje a Joaquín Díaz, reconocido folklorista de proyección internacional, por su amor por las tradiciones populares y su método riguroso para transformarlas en un legado cultural contemporáneo. El conferenciante reconoció la influencia que Joaquín Díaz ejerció en su abordaje de la cultura popular, asentada a través de numerosos escritos y grabaciones musicales, además de una afectuosa relación cultivada durante años.

La conferencia exploró cómo la medicina popular, lejos de ser un arcaísmo, ha demostrado una notable capacidad de adaptación y transformación cultural, integrando saberes y creencias diversas. Y, teniendo en cuenta el lugar donde tuvo lugar el acto, el conferenciante aludió a las numerosas referencias que Cervantes realiza en su obra sobre prácticas medicinales de su tiempo. Desde la hospitalera Cañizares del Coloquio de los Perros, claro exponente de la mezcla de superstición y medicina rudimentaria en la España barroca, hasta los conocimientos herbolarios de Don Quijote y las recomendaciones de su fiel escudero Sancho Panza, que ilustran la importancia de los saberes populares en el cuidado de la salud durante siglos.

Durante su conferencia, el Dr. Amezcua dedicó un apartado especial a las prácticas de curanderismo en la Sierra Sur de Jaén, destacando la figura de los «santos» populares, cuyos principales exponentes fueron el santo Aceituno, el santo Custodio y el santo Manuel. Estos personajes, venerados por su supuesta gracia divina y capacidad para realizar curaciones, jugaron un papel crucial en las comunidades rurales desde el siglo XIX hasta nuestro tiempo. Vivían en emplazamientos remotos de la Sierra Sur de Jaén y eran aceptados por consenso popular, actuando como mediadores entre lo humano y lo divino, unas veces como proveedores de milagros y las más de ellas como consejeros ante las aflicciones cotidianas de la gente. Utilizaban métodos como la imposición de manos, bendiciones, soplos e insalivación, y su influencia se perpetúa más allá de la muerte a través de la tradición oral y la devoción local, convirtiéndose sus casas y sus tumbas en centros de peregrinación.

Fruto de las vivencias personales en su incursión por el estudio de estas formas de curanderismo andaluz, el prof. Amezcua publicó su libro “La Ruta de los Milagros”, con múltiples ediciones y diversos galardones. En esta obra, su autor intenta desentrañar desde una perspectiva cultural algunas claves de esta modalidad de curandería, a medio camino entre el ejercicio de las prácticas tradicionales y un misticismo popular no exento de elementos esotéricos. A pesar de la modernización, estas figuras continúan siendo un referente para muchos, integrándose en un complejo entramado de prácticas religiosas y esotéricas que enriquecen el panorama de la medicina popular.

El Dr. Amezcua, que reconoció los peligros que supone relegar estas prácticas a posiciones marginales e incontroladas, subrayó la necesidad de superar la visión de la medicina popular como un simple vestigio del pasado. En su lugar, propuso reconocerla como un sistema en constante transformación, capaz de integrar conocimientos probados y saberes tradicionales. Ejemplos de esta integración se encuentran en la medicina doméstica y en las prácticas familiares de salud que han perdurado y evolucionado hasta nuestros días. La intervención culminó con una reflexión sobre la estructura social de la medicina popular y la coexistencia de múltiples actores en el ámbito de la salud, testimonio de la riqueza y complejidad de las prácticas de cuidado en nuestras sociedades.

Joaquín Díaz y Manuel Amezcua

Tras la conferencia se abrió un animado coloquio, en el curso del cual el conferenciante mencionó la creación de una Casa-museo de la Medicina Popular por la Fundación Index, cuya inauguración se prevé para el año próximo.  Este museo será un espacio dedicado a la preservación y divulgación de los saberes y prácticas de la medicina popular, y contará con diversas salas temáticas, talleres y un jardín medicinal. La conferencia «Creer y curar: la medicina popular» no solo ofreció una visión histórica y cultural de las prácticas médicas tradicionales, sino que también invitó a reflexionar sobre su relevancia y vigencia en la actualidad.

“No regresarán los santos, pero mucha gente seguirá encomendándose a ellos»

Manuel Amezcua, en su casa de Cabra del Santo Cristo, hace unos días

Cuando van a cumplirse veinte años de la publicación de la célebre obra “La Ruta de los Milagros”, entrevistamos a su autor, Manuel Amezcua

Juan José Montiel en Alcalá la Real Información, el 22.08.2023 Leer completo

Se cumplen veinte años de la publicación de una obra que, con el pasar del tiempo, se ha ido convirtiendo en mítica en nuestra comarca, como es “La Ruta de los Milagros”, donde dio usted testimonio de un fenómeno como el del curanderismo en la Sierra Sur. ¿Por qué surge aquí con esta fuerza, fue diferente nuestra tierra de otras partes de la España profunda? 

Gracias por la calificación, es cierto que “La Ruta de los Milagros” lleva múltiples ediciones y no parece que el interés decaiga, hasta el punto que estoy trabajando sobre una edición especial con tal motivo. El que haya personas que se dediquen al arte de curar al margen de la medicina oficial es un fenómeno social y cultural que se ha dado en todas las culturas desde tiempos inmemoriales. En Alcalá, por ejemplo, aparece testimoniada su presencia desde el siglo XV, gozando en algunos casos de un gran prestigio social, como era el caso de los “saludadores”, que eran contratados por los municipios para actuar ante plagas como la langosta o la rabia. La particularidad del modelo de curanderismo en la Sierra Sur es que su ejercicio está desempeñado por líderes populares, fuertemente anclados al territorio y con singulares connotaciones religiosas. El sincretismo es sin duda su principal hecho diferenciador, pues a las habilidades terapéuticas se une una función espiritual que explica por qué fueron considerados popularmente como verdaderos “santos”, y así les llamaron en vida y tras su muerte. En cuanto a la razón de su presencia en la zona se pueden manejar diversidad de argumentos, pero entre ellos pesan mucho las características del territorio, su secular apartamiento y la pervivencia de rasgos culturales de tipo arcaico que el sistema de creencias ha permitido que lleguen hasta nuestros días, desempeñando funciones que nos pueden parecer extemporáneas.

¿Quiénes fueron personas como el “Santo Manuel” o el “Santo Custodio”? ¿Fueron personas especiales? 

La tríada Luisico, Custodio y Manuel asentó el arquetipo de Santo-curandero de la Sierra Sur y la que logró mayor eficacia en su proyección exterior. Actuando durante un siglo, supieron mantenerse como alternativa en el abordaje de las aflicciones humanas, a la vez que se adaptaron a las necesidades cambiantes de la sociedad. Luisico Aceituno actuó principalmente en el cambio del siglo XIX al XX en su cortijo del Cerrillo del Olivo y de atender a las bestias pasó pronto a asistir a las personas. Custodio extendió el modelo asistiendo no solo males del cuerpo, sino también actuando como consejero ante las decisiones que podían comprometer la supervivencia de las familias. Y Manuel, desde su esquiva presencia, cerró el ciclo de un modelo de taumaturgo anclado en su casa-santuario que recuerda a otras formas de santería muy extendidas en otras culturas, especialmente las de tradición animista en África y en algunos entornos latinoamericanos. Todas ellas se afirman en la influencia que el líder ejerce sobre sus adeptos, que, como es el caso que nos ocupa, terminan convirtiendo sus casas en santuarios y sus tumbas en centros de peregrinación.

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