En este estudio, publicado en la Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, hemos analizado las prácticas familiares relacionadas con la salud en Jaén y Granada en el periodo de entre siglos.
Herrera Justicia, Sonia; Amezcua Martínez, Manuel. El cuidado familiar entre dos siglos: Granada y Jaén en testimonios de viajeros románticos y escritores costumbristas. Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, 2024; 1(36): 189-207. https://www.cehgr.es/revista/index.php/cehgr/article/view/418.
El este artículo intentamos ofrecer un panorama sobre cómo la tradición y el conocimiento popular han influido en los cuidados de salud en el entorno familiar de las provincias andaluzas de Granada y Jaén entre los siglos XIX y XX. A través de los testimonios de viajeros románticos y escritores costumbristas, se documentan las prácticas cotidianas de salud, remedios caseros y costumbres locales que aún tienen resonancia en la actualidad.
Durante el siglo XIX, los viajeros románticos llegaron a España buscando lo exótico y lo auténtico, especialmente en Andalucía. En sus escritos, relataron no solo las bellezas naturales de lugares como Granada y Jaén, sino también las prácticas de vida y cuidados de salud del pueblo andaluz, que iban desde el uso de plantas medicinales hasta rituales y amuletos para prevenir enfermedades. La literatura de viaje de estos viajeros se ha convertido en una rica fuente para entender la relación de las familias con la salud y la enfermedad en esta época.
La salud en el ámbito doméstico
Los testimonios de la época reflejan cómo, ante la falta de acceso a medicina oficial, las familias recurrían a los remedios caseros y a los «terapeutas populares», como las comadres, curanderos o barberos, que realizaban pequeñas intervenciones. Las prácticas de salud también incluían el uso de recursos naturales y elementos simbólicos, como amuletos o rituales asociados con creencias populares.
Granada y Jaén contaban con una biodiversidad rica en plantas medicinales y, en lugares como Sierra Nevada, se recolectaban hierbas con fines curativos, incluyendo manzanilla, lavanda y genciana. Este uso de plantas fue transmitido a lo largo de generaciones y aún persiste, aunque hoy en día es más común encontrar estos remedios en tiendas especializadas o supermercados.
Los viajeros documentaron el uso de baños y aguas termales, especialmente en lugares como Alhama y Lanjarón en Granada o Marmolejo en Jaén. Estas aguas eran apreciadas no solo por sus propiedades curativas, sino también por su importancia en la higiene diaria de las personas. Estos baños termales han evolucionado hasta ser hoy destinos recreativos.
Se cuidaba la ventilación y limpieza de las habitaciones como método preventivo contra las enfermedades. Las familias comprendían la importancia del aire fresco y, en la fiesta del Corpus, era común ventilar y limpiar las habitaciones para renovar el ambiente.
La alimentación tenía un papel destacado en la vida diaria y en los cuidados de salud. Los viajeros documentaron la fascinación por los mercados, el consumo de alimentos como el chocolate o el jamón, y prácticas culinarias que favorecían la salud, como el consumo de caldos para aliviar las indigestiones.
Lecciones aprendidas
En el estudio llegamos a la conclusión que muchas de las prácticas de salud descritas en estos relatos de viajeros románticos y escritores costumbristas siguen siendo relevantes hoy en día. Constatamos que el saber popular ha logrado adaptarse y evolucionar, manteniendo su esencia en nuestra sociedad. Igualmente resaltamos la importancia de revalorizar y preservar estos conocimientos como parte de la identidad cultural y el legado de las familias, y planteamos que, frente a la modernización, el rescate de lo cotidiano puede ofrecer una alternativa saludable y más consciente en el autocuidado contemporáneo.