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Guerrero, Adrián . El estigma en la enfermedad mental. Gomeres: salud, historia, cultura y pensamiento [blog]. 5/11/2017. Disponible en https://index-f.com/gomeres/?p=2087
En los últimos tiempos, se le ha dado más importancia a la enfermedad de sintomatología física, pero no tanta a la salud mental, a pesar de que la OMS define la salud como el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Podemos remontarnos a finales de siglo I y comienzos del siglo II cuando el autor romano Juvenal escribió esta cita latina perteneciente a sus sátiras “Mens sana in corpore sano”. Algo que podemos interpretar como la necesidad de una mente sana para un equilibrio de vital importancia.
El sociólogo canadiense Erving Goffman es autor de una obra titulada “Estigma”, en la cual definió estigma como el proceso en el cual la reacción de los demás estropea la “identidad normal”, reconociendo la experiencia de una enfermedad mental como forma de estigma, que se da en una gran variedad de contextos sociopolíticos en muchas partes del mundo.1
Para abordar sobre el estigma que causan las enfermedades mentales, debemos explicar que es una enfermedad mental. La enfermedad o trastorno mental puede definirse como la alteración de tipo emocional, cognitivo o comportamental, en el que quedan afectados procesos psicológicos básicos como la emoción, la conducta o el aprendizaje. Existen gran cantidad de enfermedades y trastornos mentales, entre los que podemos mencionar: esquizofrenia y trastornos psicóticos, trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos disociativos, trastornos de la personalidad, trastornos adaptativos, trastorno bipolar, trastornos somatomorfos y trastornos facticios.2
Las enfermedades mentales son un gran estigma en nuestra sociedad y sobre todo en el mundo desarrollado del hemisferio norte. Tras una entrevista con un especialista en la materia, y en la que este dicte su diagnóstico, el paciente ya vive con ese estigma, el estigma de ser visto diferente al resto de la sociedad, el no encajar en ella, vivir aislado socialmente, y aprender a vivir con una enfermedad que en muchas ocasiones cursa de manera crónica, con sus consecuentes recaídas y brotes. Otro de los problemas a los que los enfermos mentales se enfrentan, es encontrar un trabajo, según un artículo del periódico El Mundo solo el 5% de los afectados por trastornos mentales graves tiene un trabajo.3
Muchas personas que padecen algún trastorno mental, evitan hablar de ello, para así evitar el rechazo social, aun así en este enlace se muestra un vídeo en el que diversos pacientes cuentan acerca de su experiencia con la enfermedad y las dificultades que han tenido a lo largo de su enfermedad.
Es digno de alabar que programas de televisión, como Gente Maravillosa, emita un programa especial contra la discriminación a las personas que padecen algún trastorno o enfermedad mental, en el cual mediante la puesta de cámaras ocultas en distintos lugares, se ven las reacciones de numerosas personas ante la presencia de un enfermo mental.
La mayoría de la sociedad ve a estos enfermos desde términos despectivos, calificándolos de ‘locos’, junto con la creencia de que el enfermo mental debe de estar ingresado en un psiquiátrico.
Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro personas sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida, y en 2020 la depresión será la segunda causa mayor de incapacidad en el mundo después de las enfermedades coronarias. Sobre todo en los países desarrollados y economías más fuertes del hemisferio norte. Las personas con enfermedad mental crónica tienen numerosas experiencias de rechazo, especialmente en el ámbito laboral, en las relaciones sociales y grupos de amigos: el 44% afirma haber tenido experiencias de discriminación en el área laboral, el 43% en las relaciones con los amigos y el 32% con los vecinos o su entorno.
Algunas medidas para la prevención de las enfermedades mentales pueden ser: respecto a la alimentación se recomienda el consumo de vitamina B y DHA que es un ácido graso que forma parte del Omega-3 y puede encontrarse en pescados como el salmón o también en nueces, almendras y cacahuetes; respecto al ejercicio se recomienda realizar actividades físicas permitiendo así la correcta circulación sanguínea en los vasos cerebrales optimizando la función mental; además del ejercicio se recomiendan actividades intelectuales como leer y practicar juegos de memoria.
Concluyo con una frase del escritor Ray Bradbury que dice así “La locura es relativa. Depende de quién tiene a quién encerrado en qué jaula”; no es motivo de infamia padecer una enfermedad mental, la verdadera infamia es no ser tolerante con aquellas personas que padezcan algún trastorno mental.
Bibliografía
1. Goffman, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. 2ª edición. Buenos Aires: Amorrortu, 1998.
2. Black, Andreasen. Introducción a la Psiquiatría. 5ª edición. Buenos Aires: Panamericana; 2012.
3. Sin autor. Enfermos mentales que triunfan en la vida. (19 de diciembre de 2011). Disponible en: https://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/28/neurociencia/1322501921.html [acceso: 14 de octubre de 2017].
Esta entrada ha sido realizada por alumnado de 1º B de Enfermería de la Universidad de Granada en el marco de la asignatura “Evolución Histórica de los Cuidados. Teorías y Modelos”, curso 2017-18.
Me ha parecido una entrada de un gran valor emocional, aunque me hubiera gustado que hubiera sido más profunda. Normalmente se habla de los problemas mentales a nivel médico: causas, síntomas, diagnósticos, medicamentos… De cifras: como a qué cantidad de población afecta, a qué sexo con mayor prevalencia… Sin embargo nunca se habla de esto, del tabú que es en nuestras sociedades a pesar de tratarse de algo de una prevalencia tan alta. Dudo que haya muchas personas que no tengan casos cercanos de personas con trastornos alimenticios, trastornos de ansiedad, depresión, etc. Y es muy complicado -porque es más, nunca se nos ha enseñado- aprender a tratar o a ayudar a personas con este tipo de problemas, cuando lo que más necesitan es un apoyo emocional, dejar de sentirse «bichos raros», y sentirse integrados en un círculo social. Yo misma en numerosas ocasiones he intentado recopilar información sobre cómo poder ayudar a alguien con trastorno alimenticio, y más que eso, intentar entender cómo se siente, qué problemas y obstáculos enfrenta a nivel emocional, qué partes de su actitud se deben a la enfemedad y cuáles no, etc, y sin embargo, lo único que he encontrado siempre como respuesta son los datos diagnósticos: qué es la bulimia y qué tipos de comportamientos de atracones siguen como patrón, que si pierden el esmalte de los dientes a causa de los vómitos, etc etc.
Por otra parte, los problemas de depresión que están tan a la orden del día, y que todo el mundo finge desconocer. O si conocen a alguien en ese estado, su aporte consiste en «arréglate y píntate, y sal a dar un paseo», como si es que la persona se encontrara mal por su propia voluntad.
Adjunto un enlace al programa que emitió precisamente ayer Salvados, acerca de este tema, que viene muy al caso, aunque no sé si desaparecerá el acceso en unas semanas. Espero que sirva de algo, porque me parece, cuanto menos, interesante.
https://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-14/capitulo-1-uno-cada-cinco_2018012600238.html
Esta interesante entrada hace reflexionar realmente sobre el estigma que la sociedad tiene contra las personas que sufren trastornos mentales o de personalidad.
Realmente, y por desgracia, hoy en día sigue existiendo este prejuicio sobre las personas que consideramos fuera de lo «normal», y en lugar de escucharla e intentar ayudar, les hacemos caso omiso, les damos la espalda, nos mofamos e incluso ponemos impedimentos para que desarrollen una vida normal.
Me parece muy apropiada la entrada, pues hay que dar a conocer con normalidad, los trastornos mentales, las personas que los sufren y su lucha interna. Con ello conseguiremos su normalización en la sociedad, y donde es mas importante, en el personal sanitario que debe apoyar a las personas con cualquier tipo de desorden físico o mental contribuyendo a su recuperación, pero debemos aplicarlo tanto a nuestro ámbito laboral como en nuestro día a día, familia… etc.
Enhorabuena por la entrada, muy buen trabajo.
Laura Mancilla Pérez 1ºA (3)