Una intervención improvisada con motivo de la inauguración de la nueva sede del Colegio de Enfermería granadino

Eran las nueve de la tarde-noche cuando recibo una llamada de socorro del presidente del ilustre Colegio de Enfermería de Granada. Estaba recién sentado en un velador frente al antiguo hospital de San Juan de Dios. Al día siguiente se inauguraba la nueva sede colegial y, en los actos oficiales, se le cayó una mesa compuesta por los profesionales que ostentaron la presidencia en las últimas décadas. Los achaques propios de la edad. Así que la propuesta era que supliera su ausencia hablando de la historia de la Enfermería en Granada. Y el problema es que soy incapaz de declinar una invitación de mi entrañable amigo Jacinto Escobar. Así que sustituí la copa de rioja por un vaso de mosto sin alcohol, porque adivinada el trasnoche.
Una asistencia multitudinaria acudió el último día de abril a la nueva sede colegial de la Ribera del Genil para participar en un día histórico. Las autoridades que presidieron el acto se extendieron en alabanzas hacia un edificio moderno y funcional, que dignifica a las enfermeras granadinas, a la vez que dice mucho del modelo renovado de enfermería que la sociedad espera reconocer en los próximos tiempos. Y me dieron entrada.

Resulta complicado apelar a la historia desde un espacio proyectado para nuestro siglo, salvo apelando a otro espacio invisible que de manera implícita está en la conciencia de los asistentes. Una especie de templo interior que alberga todo el conocimiento y experiencia que durante siglos cultivaron las enfermeras y enfermeros que nos precedieron. Las enfermeras de hoy somos una síntesis de siglos de evolución de una profesión comprometida con la sociedad de su tiempo, depositarias de un legado sobre el cuidado de la salud que tenemos que preservar y enriquecer para transferir en las mejores condiciones posible a las generaciones que nos sucedan.
La nueva sede colegial, con sus magníficas instalaciones adaptadas a las necesidades de sus colegiados y colegiadas, es todo un símbolo de ese compromiso social que ha de procurar proyectar un colectivo con las mejores competencias y valores éticos capaz de dar respuesta a los grandes desafíos que la sociedad nos pone por delante.

La Enfermería como profesión siempre ha sabido adaptarse a las necesidades de cada momento. En Granada, encontramos profesionales del cuidado desde que existen rasgos de la presencia humana, aunque es a partir de la época cristiana cuando contamos con evidencias documentales más concretas de la presencia de enfermeras y enfermeros, unas veces con hábito y otras sin él, cuidando desde las instituciones hospitalarias, pero también ejerciendo oficios como sangradores, barberos flebotomianos, cirujanos romancistas, ministrantes, practicantes, parteras… unas veces ejerciendo bajo la regulación de ordenamientos eclesiásticos y otras bajo el control gremial.
¿Désde cuando el colegio enfermero en Granada?
A la hora de constituirse como grupo profesional organizado, al menos por esta vez, fueron ellas más adelantadas. En noviembre de 1895, un grupo de profesoras en partos de Granada se reúnen para elegir la junta directiva del colegio profesional cuya autorización para constituirse tenían solicitada. Merece la pena conocer los nombres de aquellas pioneras:
- Presidenta: Rosario Albox García.
- Secretaria: Pilar Ortiz Grimaud.
- Tesorera: Matilde Martínez García.
- Vocales: Amalia Rubio Orellana y Angustias Sánchez.
No parece que su intento resultase exitoso, pues no volvemos a tener noticias hasta 1927 en que se constituye oficialmente el colegio de Matronas de Granada con 36 colegiadas y domicilio social en la calle Elvira número 5:
- Presidenta: Carlota Caballero Vázquez.
- Vicepresidenta: María Alhama Herrera.
- Secretaria: Carmen Vaquero Serrano.
- Vicesecretaria: Rafaela López Bejarano.
- Tesorera: Antonia Berrueso.
- Contadora: María Estrella Fernández Ortega.
- Vocales: Eloisa Bueno García, Amalia Gallego Pérez, Matilde Martínez Martínez y Josefa Vargas Alhama.

Pero el origen de la institución que hoy nos alberga podemos situarla en plena época del charlestón. Una nota de la revista “El Practicante Gaditano” de febrero de 1920, dice textualmente: “Un compañero nuestro, colegiado en Cádiz y domiciliado en la ciudad morisca, D. José Calero López, de cuyos entusiasmos teníamos las mejores noticias, ha logrado, de acuerdo con el presidente de la Federación Andaluza de Practicantes, señor Ceballos, constituir para siempre y de una vez, la organización de aquel Colegio”.
Y es que desde noviembre de 1917, una comisión promotora andaba intentando organizar el colegio de Granada, a la par que otros colegios provinciales de Andalucía. De justicia es conocer los nombres de aquellos practicantes que dieron lugar al nacimiento de la institución que nos alberga:
- Presidente: Manuel García Melgar.
- Secretario-contador: José Calero López.
- Tesorero: Manuel Navarro Sánchez.
- Vocales: Luis Molina de Haro, Ricardo Rueda Ramírez y Eduardo Murcia.
Y esto ocurría tres meses antes de morir Florence Nightingale. Cuando se cumplen 105 años de la institución que hoy estrena esta magnífica sede, se nos ocurre pensar que aquellos pioneros estarían sumamente orgullosos de la evolución que ha alcanzado la institución por ellos fundada. Un quinquenio atrás, cuando se cumplía el centenario de la fundación del colegio, nos encontrábamos en plena pandemia, por lo que se hizo inviable una conmemoración oficial. Sin embargo, el presidente Jacinto Escobar me planteó un desafío: componer un libro que recogiese la historia de la Enfermería en Granada. El encargo no calló en saco roto y hoy contamos con una abundante documentación original proveniente de archivos y testimonios orales que harán posible contar con esta publicación y que podremos presentar en esta nueva sede.
Comparto ahora la planificación de la obra, cuya orientación no solo incorpora la historia netamente profesional, sino también la historia de los cuidados en la provincia de Granada. Con ello pretendemos dar cabida a todos los hitos históricos que han hecho evolucionar el cuidado de enfermería profesional, entre los que destaca la presencia del enfermero más universal, San Juan de Dios, cuyo modelo de la hospitalidad tuvo su origen en el hospital granadino que lleva su nombre.
Plan de la obra
Historia de la Enfermería y de los cuidados en Granada
1. El granadino y la salud: los cuidados del cuerpo
La higiene. La alimentación. El ejercicio físico. El autocuidado: el ciclo vital desde el punto de vista popular.
2. El rostro del necesitado: expresiones y arquetipos
El pobre el marginado. El huérfano. La preñada. La beata. El peregrino. El loco. El enfermo. El viejo. El apestado. El colérico.
3. La profesionalización del cuidado
Enfermeros y enfermeras. Comadres. Barberos y sangradores. Practicantes y cirujanos. Los heterodoxos: ensalmadores, brujas, santiguadores… Visitadores. Iluminados y visionarios: SJD. El enfermero como gestor.
4. Los cuidados institucionales: organización y modelos asistenciales
Los Hospitales. Los asilos. Las casas de Expósitos. Los Beaterios. Los manicomios. La Beneficencia. Las Cofradías. Seguridad Social y Servicio Andaluz de Salud. La oferta alternativa: Los balnearios.
5. Enfermeras y otras equivalencias: formación y colectividad
Escuelas de Enfermería. Los colegios profesionales: practicantes, matronas y enfermeras. Asociacionismo y sindicalismo.
6. Memoria viva: la historia a través de sus protagonistas
Relatos biográficos de profesionales
Para dar continuidad a la obra hacemos una llamada a todos los colegiados y colegiadas que deseen contribuir a esclarecer y documentar nuestra historia. Lo pueden hacer de dos maneras:
a) Como informantes, estando dispuestos a narrar sus vivencias como profesionales de otros tiempos: sus motivaciones al elegir la profesión, su formación, la incorporación al mundo profesional, el desempeño a lo largo de su vida laboral, sus enseñanzas y aprendizajes, etc.
b) Aportando materiales históricos que puedan ser reproducidos, como por ejemplo documentos, fotografías, utensilios, etc., que servirán para ilustrar la obra.
Les animamos a colaborar poniéndose en contacto con el colegio y concertaremos una cita para valorar la importancia de sus aportaciones.