La gesta de Juan de Dios en el Hospital de Real de Granada marcó un hito en la transformación de la enfermería moderna
En el corazón de Granada, el Hospital Real (hoy sede del rectorado de la Universidad de Granada) ha sido testigo de siglos de historia, pero pocos episodios han dejado una huella tan profunda como el incendio de 1549. Aquel 3 de julio, un desafortunado accidente desató un fuego voraz que no solo consumió parte del edificio, sino que marcó para siempre el legado de un hombre. La heroica intervención de Juan de Dios trascendió su tiempo y sentó las bases de la enfermería en situaciones de adversidad.
“Un hospital, un incendio, un enfermero. Génesis de una heroicidad” es el título de la ponencia presentada por Manuel Amezcua dentro de los actos conmemorativos del 125 aniversario del Colegio de Enfermería de Cádiz. El 21 de noviembre de 2024 y en el salón de actos de dicho colegio tuvo lugar la Mesa-Coloquio “Juan de Dios, patrón y reformador de la Enfermería”, con la participación del Dr. Francisco Ventosa Esquinaldo, director del Centro Universitario San Juan de Dios de Sevilla, que glosó la biografía del fundador hospitalario hasta su llegada a Granada, y del Dr. Manuel Amezcua, presidente de la Fundación Index y profesor de historia de la Ciencia de la Universidad de Granada, con la moderación de Manuel Cano Leal, Secretario de la institución convocante.
El prof. Amezcua se apoyó en relatos históricos de testigos para describir cómo el fuego comenzó en la cocina de los aposentos del capellán mayor del hospital, tras un convite celebrado en honor de una dama de alta alcurnia. Las llamas, avivadas por el calor de un asado desmedido, se propagaron rápidamente por las techumbres y artesonados de madera, convirtiendo el hospital en un infierno. La magnitud del desastre atrajo a gran parte de la población de Granada, que, impotente, observaba cómo el fuego arrasaba con todo.
Fue entonces cuando Juan de Dios, un hombre ya conocido por su entrega a los más necesitados, se convirtió en el protagonista de una hazaña inolvidable. Ignorando el peligro, entró al hospital en llamas para rescatar a los enfermos más vulnerables. Sacó ropa, camas y personas y su determinación y valentía parecían desbordar los límites humanos. Testigos del momento narraron cómo desapareció entre las llamas y el humo, y cómo después emergió ileso, con solo las pestañas y cejas chamuscadas. Para muchos, su supervivencia fue poco menos que un milagro.
Para el Dr. Amezcua, la acción de Juan de Dios no solo salvó vidas aquella jornada, sino que demostró el poder del compromiso y la intuición en los momentos más críticos. Más allá de ser un acto heroico, su intervención representa un ejemplo para la enfermería ante las catástrofes: responder con rapidez ante la adversidad, con un conocimiento práctico fundamentado en la experiencia y guiado por el compromiso.
El impacto del incendio fue múltiple. Para el Hospital Real supuso años de reconstrucción y una redefinición de su actividad, en adelante con dificultades para conciliar su función asistencial y limosnera y completar las obras del edificio. Para Juan de Dios, reafirmó su lugar como figura ejemplar, convirtiéndose en un símbolo de dedicación y sacrificio. Y también tuvo repercusión en la propia enfermería, de manera que orientó hacia un modelo de compromiso sustentado en el conocimiento. Su legado como fundador hospitalario continuó durante siglos, reflejándose en manuales y textos que instruían a los nuevos enfermeros, consolidando así el carisma de la hospitalidad en el núcleo de la formación enfermera.
Todavía en el siglo XIX, textos como el Arte de Enfermería de José Bueno y González continuaban innovando, adaptándose a los nuevos tiempos y reclamando por vez primera la enfermería como una ciencia particular, con principios claros y prácticas específicas. Fue el comienzo de una profesionalización que aún hoy se sigue construyendo. Para el prof. Amezcua, el mensaje de Juan de Dios resuena con fuerza a más de cuatro siglos del incendio: la capacidad de un solo individuo para cambiar el destino de muchos. Su gesta es un recordatorio de que la enfermería no solo es una profesión, sino una vocación que, cuando se ejerce con compromiso y conocimiento, tiene el poder de transformar vidas.
Granada conmemora este año el 475 aniversario de esta heroica intervención como parte de su rica historia, destacando el papel decisivo de la enfermería en la sociedad y recordándonos que, como sugirió Juan de Dios, la conjunción de la acción con la palabra es la base del conocimiento. Una ecuación que, en forma de teoría y práctica, sigue iluminando el camino de miles de enfermeras en todo el mundo.
A continuación puedes visualizar la mesa redonda completa.