La experiencia del dolor crónico: una aproximación desde la historia

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Aquí os dejamos el enlace al vídeo del círculo narrativo. Os animamos a que dejéis vuestros comentarios al final de la entrada, pero recordad que estamos en un espacio académico que compartimos con la ciudadanía, por tanto nos gustaría centrar el debate en los objetivos para la que fue programada. La participación está abierta a todos. Pedimos especialmente a los alumnos que se identifiquen indicando el grado y curso al que pertenecen, al objeto de poder contabilizar la actividad del proyecto. Que lo disfrutéis.

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¿Quiénes pueden participar?

Profesores y estudiantes de cualquier titulación impartida en la Universidad de Granada, con preferencia de los grados de Medicina, Enfermería y Antropología. Profesionales de la salud y ciudadanos interesados en conocer el fenómeno del dolor desde una perspectiva histórica y cultural.

Esta actividad será emitida por streaming para que pueda ser seguida por las personas interesadas que no logren plaza o que no puedan acudir presencialmente.

Del convencimiento de que el dolor no solo se enseña sino que también se aprende se sigue la necesidad de rastrear las formas culturales que adopta la experiencia del daño. El dolor ha sido estudiado por las teorías médicas y psicológicas al proponerlo como un dolor físico, un síntoma asociado a una enfermedad y del que se pueden conocer sus causas orgánicas.

Nuestro ponente

Javier Moscoso

Profesor de Investigación de Historia y Filosofía de la Ciencia en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). A lo largo de su carrera, ha trabajado en tres áreas principales: la historia de las ciencias de la vida en el siglo XVIII, la historia de los signos y las singularidades en la Europa Moderna y la historia del dolor en Occidente entre los siglos XV y XX. Su libro, Historia cultural del dolor, ha sido considerado por los críticos como un ejemplo de historia cultural (Prof. Johanna Bourke) o de humanidades médicas (Fay Bound, Medical History). Su último libro, Promesas incumplidas, relee tratados de medicina, de filosofía moral y política, con textos biográficos y autobiográficos, y con material iconográfico.

La temática

Pero al estudiarlo a la luz de la historia, el dolor aparece bajo la forma de experiencia; pertenece a la historia interior de la humanidad, es decir, a la historia de lo que es al mismo tiempo propio y ajeno, de uno y de otros, individual y colectivo. Bajo el concepto de experiencia no caben las dicotomías sobre las que se ha construido en Occidente la conciencia moderna. Al abrigo de este término el cuerpo no se separa del alma, ni la materia del espíritu, ni el yo del nosotros, ni la expresión de la comprensión.

La representación, la simpatía, la imitación, pero también la coherencia, la confianza o la narratividad son algunos de los recursos retóricos y argumentativos que hemos ido utilizando y todavía usamos, para sentir nuestro dolor, pero también para expresarlo y dotarlo de significado y valor colectivo. Esta articulación intersubjetiva constituye una unidad que puede cristalizar en expresiones culturales diversas y que traen al ámbito de la conciencia pública la experiencia desapercibida. La historia del dolor hace posible la sustitución del viejo mito de objetivación progresiva de la experiencia subjetiva por una aproximación holística que reconoce la subjetividad de la experiencia como un hecho objetivo de la cultura.

La experiencia del dolor se ha materializado en modalidades artísticas, jurídicas o científicas, que tienen un comienzo, un desarrollo y un fin: estas unidades históricas permiten la comprensión cultural del sufrimiento humano. Constituyen el entramado de este círculo narrativo.

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