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El Hospital del Cardenal Salazar en la Judería de Córdoba

Autora: Ana María Serrano Moya, 1º A (2014/15)

En estas vacaciones de navidad nos hemos reencontrado los amigos que estamos estudiando fuera de nuestra ciudad, Linares, Jaén. Y hablando de cómo nos habíamos adaptado, de lo que cada uno hacíamos en la carrera, salió el tema de hacer trabajos y yo hablé de lo que hacemos en esta asignatura. Entonces, una de mis amigas que está estudiando en Córdoba, me comentó una leyenda de su facultad, que me gustaría compartir.

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Ella está estudiando en la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba, un edificio antiguo que todavía guarda algunas reliquias de la época en la que se fundó y de la antigua actividad que se desarrollaba en él. En la antigua capilla que ahora es el aula V se hacían operaciones médicas y las contraventanas de la parte superior están marcadas con los nombres de los enfermos, algo que llama la atención y que algunos alumnos se plantean el porqué. Cuestión a la que los profesores contestan con una leyenda de que todavía se encuentran en esta Facultad los espíritus de los pacientes que residían en lo que antes era un Hospital.

Esta anécdota me resultó interesante y he estado buscando información sobre ella para averiguar si se trataba realmente de un antiguo hospital. Esta es la información que he podido encontrar y algunas imágenes reales del edificio.

El edificio del que he hablado, actual Facultad de Filosofía y Letras se encuentra en la plaza del Cardenal Salazar, antigua del Hospital del Cardenal Salazar, también llamado Hospital de Agudos, situado en el corazón del barrio de la Judería y muy cercano a la Catedral, es uno de los ejemplos más interesantes de la arquitectura civil del siglo XVIII en la ciudad. Dentro de recinto de la facultad también se encuentra la Capilla de San Bartolomé, de estilo gótico-mudéjar.

Los estudios que se cursan en esta Facultad son: Filología Hispánica, Filología Inglesa, Historia, Historia del Arte, Humanidades, Traducción e Interpretación.

Aunque desempeñó durante siglos las funciones de Hospital, la idea original de su fundador no fue esa, sino la de levantar en ese espacio un Colegio para los acólitos y niños de Coro de la Catedral. Con este motivo el promotor de la obra, el Cardenal fray Pedro de Salazar y Toledo, perteneciente a la Orden de la Merced, compró en 1701 la casa solariega de don Antonio Carlos del Corral, situada frente al Convento de San Pedro de Alcántara. El proyecto para esta obra se encargó al arquitecto Francisco Hurtado Izquierdo, quien por entonces desempeñaba el cargo de Maestro Mayor de la Catedral.

Los trabajos se iniciaron con gran celeridad, sin embargo, en 1704 Córdoba se vio asolada por una terrible epidemia de peste y ello puso de manifiesto la escasez de centros asistenciales que tenía la ciudad, lo que impulsó a los dos Cabildos -municipal y eclesiástico- a solicitar del Prelado que desistiera de su primitiva idea y convirtiese su primer proyecto en un hospital que sirviera para remediar la precaria situación sanitaria de la ciudad, idea que el Cardenal, por entonces Obispo de Córdoba, aceptó de buen grado, dotando a la nueva fundación de rentas cuantiosas.

Con la muerte del Cardenal Salazar y Toledo y la sucesión del señorío al Deán de la Catedral, don Pedro Salazar y Góngora, se hicieron entonces algunos añadidos al proyecto original, buscando la mejor adecuación a sus nuevas funciones, inaugurándose finalmente el hospital en 1724. En sus salas tienen acogida al principio, además de los enfermos pobres, los presos y dementes e incluso transitoriamente, es hospital militar durante la Guerra de Independencia.

Cuando en 1837 se produce la fusión de los múltiples hospitales que en Córdoba existían, siguiendo lo ordenado en el Reglamento General de Beneficencia Pública de 1836 que dispone la separación de los orates en hospitales adecuados, así como la ubicación de los enfermos crónicos en departamentos diferentes a los agudos, el Hospital del Cardenal es destinado precisamente para este último tipo de enfermos, de cuya coyuntura tomará el nombre con el que se le conocía hasta su extinción en 1969: Hospital de Agudos.

Desde 1853, durante su época como Hospital, la asistencia directa de los enfermos corrió a cargo de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Entre 1871 y 1874 fue sede de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Córdoba, ya que era el único de los existentes en su época que reunía todas las características necesarias para hacer compatible la docencia teórica con la práctica y con la labor asistencial.

En las contraventanas del segundo cuerpo del patio principal pueden verse todavía nombres y fechas de pacientes que allí estuvieron ingresados. Algunas de ellas se remontan al siglo XVIII, pudiendo apreciarse tipo de grafía, distinto al actual. Existe la creencia de que hay fantasmas que se pasean de noche por los pasillos de la actual facultad, espíritus de enfermos que murieron allí. Destaca el hecho de que, todavía a principios del siglo XXI, las limpiadoras que entraban a primera hora al edificio, lo hicieran por parejas, no dejando pasar a los estudiantes que iban llegando hasta que las luces estaban encendidas.

Páginas en las que se puede ampliar información y donde podemos ver que incluso se utiliza como lugar turístico cultura al cual se hacen visitas.

https://viejospapeles.blogspot.com.es/2012/10/una-muerte-en-el-hospital-de-agudos.html

https://www.cordobamisteriosa.es/rutas/especial-sanatorio/

Bibliografía

-Jurado Marín, Lucas. Una muerte en el Hospital de Agudos. Hechos curiosos y reseñables delmundo de la investigación (blog). 1 de octubre de 2012. VER

-Sin autor. Facultad de Filosofía y Letras. Córdobapedia. VER

-Sin autor. Hospital del Cardenal Salazar. Wikipedia. VER

-Sin autor. Hospital del Cardenal Salazar. Córdobapedia. VER

El hospital que nunca fue en Cogollos Vega

Autora: Sheyla María León Ortega, 1º B (2014/15)

El IES Emilio Muñoz es un instituto de la localidad de Cogollos Vega en Granada, que fue construido con fin hospitalario. Este instituto, situado en las afueras del pueblo, fue concebido para albergar enfermos de tuberculosis. El lugar donde se encuentra era idóneo para el tratamiento de la enfermedad y para prevenir la transmisión de esta, debido a que dicho edificio se encuentra alejado de los núcleos urbanos, rodeado de jardines, al cual le confiere un ambiente limpio y sano.

Este centro se gestó a mediados de la década de los cincuenta en un concurso público, se encontraba dentro de los propósitos y planes de las autoridades que gobernaban nuestro país pasada la Guerra Civil.

El edificio terminó de construirse en 1961 y nunca llegó a inaugurarse debido a que la enfermedad ya estaba prácticamente desaparecida en España. Las pocas afecciones pulmonares que aparecían en la época se trataban en centros más pequeños. Es por esto por lo que el edificio no llegó a funcionar con el fin que impulsó su construcción.

Poco a poco el centro se fue deteriorando porque ningún ministerio de la época sabía qué hacer con él. Posteriormente, una institución religiosa propuso montar un colegio en él, pero finalmente consideró el proyecto ineficaz. Fue entonces cuando el rector de la Universidad de Granada de la época, el cual era catedrático de la Facultad de Medicina propuso convertir el centro en un Instituto de Enseñanza Media, junto con una residencia-internado para aquellos alumnos que no conseguían plaza en los escasos institutos de Granada y sus alrededores.

El centro se abrió en 1967, el cual adquirió el nombre del promotor de la idea: D. Emilio Muñoz Fernández. El instituto tuvo mucho éxito.

Tras varios años de su construcción e inauguración como instituto, se procedió a la reforestación de sus jardines, de la cual quedó constancia de ello con la colocación de un hito dedicado a D. Francisco Clares, el promotor de esta idea.

Durante la década de los noventa, se otorgaron unas becas de residencia al establecimiento, por lo que la residencia pasó a funcionar independientemente del instituto.

En la actualidad, el centro recoge a alumnos becarios en régimen de residencia, así como a alumnos de los pueblos de Cogollos Vega, Nívar y Guevéjar.

Una visita al pueblo natal de San Juan de Dios en Portugal

Autor: Manuel Amezcua, profesor

Muy cerca de la ciudad de Lisboa, donde he pasado unos días estas navidades, se encuentra el pueblo de Montemor-o-Novo (Montemayor el Nuevo), que tiene la particularidad de ser el lugar de nacimiento de San Juan de Dios. Como hemos dedicado nuestras últimas visitas pedagógicas en Granada a este personaje, aproveché la oportunidad de pasar por allí y detenerme para conocer el lugar donde se encontraba la casa donde vivió su infancia Juan Ciudad, que hoy es una iglesia parroquial, la principal de la villa. Era una  mañana brumosa de finales de diciembre, poco proclive a la fotografía, pero aquí cuento mis impresiones sobre el lugar con una galería fotográfica de los lugares más singulares de este precioso pueblo portugués.

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Se llega a Montemor o Novo a través de la autopista que enlaza la ciudad de Badajoz con Lisboa, pasado Evora, a cuya demarcación pertenece este pueblo de unas cinco mil almas. Se encuentra en pleno corazón del Alentejo, una prolongación de Extremadura, donde abundan los vinos y las villas de fuerte sabor histórico, tan pobladas como sus verdes campos de alcornocales, que proveen la materia prima con la que los alentejamos transforman el corcho en las más increíbles artesanías. Montemor se asoma al horizonte coronada por un esbelto castillo moruno, en cuyos arrabales se desparrama el caserío, blanco como los pueblos andaluces, si no fuera por las robustas chimeneas con que son rematadas hasta las casas más humildes, según costumbre inmemorial del país.

Encontrar el Terreiro de San Joao de Deus no es difícil si pides al GPS que te coloque en el centro de la ciudad. Aparece de pronto, tras una sucesión de plazoletas y callejones empedrados, entre fachadas humedecidas por el invierno, en la soledad de una fría mañana que retiene a sus habitantes al cobijo de sus casas. La iglesia y lo que fuera antiguo convento-hospital ocupan todo un costado de la que es sin duda la plaza más grande del casco antiguo, flanqueada toda ella de nobles edificios. En el centro de la plaza se erige una escultura en bronce de San Juan de Dios, con su enfermo a cuestas, que parece vigilar con gesto trascendente a los que entran y salen de la iglesia.

Dicen que esta iglesia se edificó sobre el solar de la que fuera la casa natal de Joao Cidade, y se hizo en su honor cuando ya había llegado a Portugal su fama de santidad. Solo se puede visitar cuando hay misa, y su interior alberga una decoración barroca de gran mérito, con alusiones al santo y a la orden hospitalaria que se estableció en este lugar. Del convento-hospital quedan apenas algunos reflejos, pues cuando las desamortizaciones del siglo XIX fue suprimida la comunidad religiosa y sus bienes pasaron al Estado. Por ello hoy tiene la función de biblioteca municipal, y anteriormente la tuvo de juzgado y otras dependencias oficiales. La iglesia se salvó porque pasó a sustituir la función parroquial de la iglesia de Santa María do Bispo, en el castillo, por ello conserva la pila gótica donde fuera bautizado Juan de Dios.

El patrono de los enfermeros vivió en este lugar muy pocos años. Se cree que sus padres regentaban una posada, por lo que conocía a mucha gente que transitaba por la villa camino de la capital del reino. Dicen que no se llevaba bien con sus progenitores, por lo que un día, con solo ocho años de edad, se marchó sin decir nada con un clérigo que se alojó en su posada y que debió apiadarse del muchacho. Pasó a Castilla y el resto de la historia la conocemos bien: su infancia como pastor, su carrera militar, su llegada a Granada, su conversión y entrega al cuidado de los más pobres. También se dice que de regreso de su periplo como soldado pasó por Montemor a visitar a sus padres, pero decidió continuar su camino. No es mucho lo que se puede conocer de aquellos primeros años en el Alentejo, solo lo que nos hablen los venerables edificios. Uno de ellos que aún se conserva es la Casa da Misericordia, de exuberante portada manuelina, que ya existía junto a su casa natal, y en la que suponemos que el joven Joao entraría con frecuencia como objeto de curiosidad o juego. Quién sabe si la actividad que contempló en su interior sembró la semillita de lo que en su madurez convirtió en su gran obra: la protección y asistencia de los más desfavorecidos.

Merece la pena una visita a Montemor o Novo, aunque solo sea por conocer la autenticidad de sus ruas y largos sembrados de pequeños monumentos que su concejo ha sabido valorizar señalando con una placa explicativa sobre su historia y hazañas. Transitar por las mismas calles y empinadas cuestas, algo destartaladas ahora, que San Juan de Dios andorreó como niño, es una experiencia gratificante. Entrar en sus colmados y saborear sus quesos frescos, contemplar los ondulados horizontes alentejanos desde su imponente castillo, escuchar en sus gentes la musicalidad de las palabras que sin duda debió dejar rastro en el habla del loco de Granada. Si alguna vez camináis hacia Lisboa, haced una parada en Montemor o Novo, la tierra natal de Juan de Dios.

Una versión ampliada de esta entrada aparece publicada en 
Amezcua, Manuel. En Montemor-o-Novo, cuna del fundador de la enfermería moderna. Temperamentvm. 2019; 15:01-4. Disponible en: https://ciberindex.com/c/t/e42023

Ethel Bedford Fenwick

Autora: Ainara García del Paso, 1ºC (2014/15)

Ethel Bedford Fenwick, escocesa, vivió de 1857 a 1947. Durante sus 90 años de vida tuvo un notable impacto en los círculos de la enfermería británica, teniendo una gran influencia en el cuidado del paciente en Enfermería.

Desde comienzo de 1920 tuvo una baja actividad como enfermera clínica pero hasta su muerte siempre influenció a hombres y mujeres, con los aspectos de la contratación de enfermería especialmente.

 

Trayectoria

Ethel Gordon Manson nació en Moratshire, Escocia, en 1857. Su padre, doctor de medicina retirado, quien decidió vivir en una gran granja, moría antes de que ella cumpliera su primer año de vida. Su madre, la señora Harriete, de fuerte personalidad, indudablemente influyó en la vida de Mason. Al volver Harriete a casarse con un hombre adinerado del parlamento, ella y su familia se trasladaron a Inglaterra; lo que permitió a Manson crecer en un medio de la clase alta con una buena educación y sin preocupaciones por el empleo.

Probablemente Manson escogió Enfermería debido al hecho de ser hija de un médico y por su visión idealista de la vida, pues en su juventud fue influenciada por su contemporánea Florence. A los dos años ingresa al Nottingham Childrem´s Hospital como una “Practicante Pagada”. Manson, con la ya adquirida experiencia en el Nottingham Childrem´s Hospital, se trasladó a la Enfermería real en Manchester. Durante este tiempo fue requerida como Dama Superintendente de la División de la Enfermería Real del Barner Convalescente Hospital.

Con las experiencias ganadas se trasladó, en 1879, a la capital donde trabajó en el London Hospital. Después de un año en el London se preparó y aplicó para el cargo de Matrona en el Richmand Hospital, pero fue rechazada. Al cabo de unos meses se traslada al Sant Bartholomew´s Hospital. Durante la primavera del 81 a los 24 años fue elegida Matrona de dicha institución.

Desempeñando el cargo de Matrona vio la necesidad de establecer los estándares de enfermería en el Hospital; pensó que se requerían cambios en el método de entrenamiento de dos años, desarrolló entonces una forma sistematizada de entrenamiento que ayuda a proveer una instrucción didáctica. Luego solicita a la Junta de Gobernadores del estado que se hicieran algunas previsiones para financiar el programa de Graduados a fin de pagar y asegurar en ese hospital un equipo de enfermeras, práctica que era inusual en ese tiempo.

En 1884 Ethel empezó a aceptar algunas “Practicantes pagadas” dentro del Programa de entrenamiento, estas estudiantes eran requeridas para proveer cuidados en casa de pacientes que no regresaban a los hospitales. En el año siguiente inició su trabajo sobre los derechos de las enfermeras que operaban bajo supervisión del hospital.

A lo largo de sus experiencias con este programa, y visualizando las condiciones degradantes en las cuales los estudiantes bajo su cargo trabajaban, consideró que todo debía mejorarse. Sus hallazgos la llevaron a dos convicciones que mantuvo el resto de su vida. La primera era que solo las mujeres entrenadas podían considerarse a sí mismas “Enfermeras”, la segunda era que los administradores hospitalarios y los médicos, antagonistas a la idea, buscaban explotar a las enfermeras.

La visión de Manson del entrenamiento de las enfermeras comprendía tres grandes aspectos:
-Las enfermeras que asumían el entrenamiento necesitan tener un cierto nivel de educación.
-El entrenamiento debía ser estandarizado en cada programa.
-Las enfermeras que se graduaban en estos programas debían tener Licencia del Estado.
En 1887 decide casarse con el médico Bedford Fenwick, quien trabajó junto con su esposa en los asuntos del entrenamiento y del registro. Obligada a renunciar al cargo de Matrona por su matrimonio, la señora Fenwick contó con el mayor tiempo para dedicarse a su proyecto “La causa de las Enfermeras”.

Un trabajo arduo

Con el trabajo de Fenwick, los avances de la ciencia y la nueva visión del rol de mujer, la Enfermería tuvo un cambio. Ella pensaba que el registro realizado en cada estado debía ser obligado por el Parlamento, la educación estandarizada debía ser exigida a las enfermeras que deseaban estar registradas y de esta manera eliminar a las mujeres sin entrenamiento que se denominaban a si mismas “enfermeras”.

Al año siguiente de su matrimonio, y de su salida de Bart`s, ella y otras Matronas consiguieron una posición en la Oficina de la Asociación de Hospitales. El comité seccional después de largas deliberaciones llegó a la conclusión que las enfermeras deberían ser registradas cuando tuvieran al menos tres años de entrenamiento o de lo contrario no. El consejo de la Asociación de Hospitales desconoció la opinión del comité, considerando que el requisito de un año de entrenamiento o menos sería más que suficiente. Las Matronas renunciaron a la Asociación de Hospitales, rechazando rotundamente lo ocurrido.

Como una reacción a la inflexibilidad de la Asociación de Hospitales, Fenwick se hizo a si misma más inflexible. A finales de 1887 creó su propia coalición, la Asociación de Enfermeras Británicas (BNA). La BNA fue la primera organización “profesional de Enfermeras” que existió. La meta de la BNA era asegurar un estatus legal y un reconocimiento estatal de las enfermeras. Sus acciones en la BNA predicaban su creencia en que las enfermeras debían tener su propio cuerpo de conocimientos antes de ser enteramente enfermeras, que el entrenamiento de estas mujeres debía estandarizarse a través de todo el país y para asegurar las mejores calidades estas enfermeras debían someterse a exámenes o pruebas periódicas para completar su entrenamiento.

Siempre como aguda observadora, Fenwick puso en práctica lo que había aprendido de sus padrinos políticos y usó la publicidad y la propaganda a su ventaja. A comienzos de 1888 invitó a la hija de la Reina Victoria, Alice, como presidenta de la Asociación Británica de Enfermeras, Fenwick se convirtió en su secretaria y su esposo fue nombrado tesorero. El objetivo de la BNA era abrirse a las enfermeras calificadas y a los médicos. Tuvo oposición de esas mujeres que no conocían el estándar de tres años de entrenamiento y que creían que el registro no era importante. Tuvo también resistencia de los médicos y administradores hospitalarios que consideraban que estas mujeres con entrenamiento disminuirían su autoridad y podrían ser rivales potenciales en lo económico.

Bibliografia

Sin autor. Siglo XIX – Ethel Gordon Manson. Mujeres que hacen la historia – breves biografías (blog), 22/05/2009. VER

Zambrano Plata, Gloria Esperanza.  Ethel Fenwick una mujer del siglo XXI en el siglo XIX. Investigación en Enfermería: Imagen y Desarrollo 2003. 5(1-2): 79-85. VER

 

La historia del beso de Times Square

Autoras: Ana Olvera García y María Mota Guerrero, 1ºB (2014/15)

Todos hemos visto esta imagen miles de veces, ¿pero sabemos realmente que expresa?Vamos a hacer un repaso sobre su curiosa historia.

beso-enfermeraEl fotógrafo, Alfred Eisenstaedt, originario de Prusia, transmitió al mundo en agosto de 1945 la alegría de un marinero y una enfermera, a través de una imagen que ha quedado inmortalizada.  Los protagonistas de la imagen celebraban con un apasionado beso el triunfo definitivo de las tropas estadounidenses sobre las fuerzas japonesas en la Segunda Guerra Mundial. Lo más importante es lo que se esconde detrás de esta foto, ¿por que besa a una enfermera? No es que fuese su pareja, es más, ni si quiera se conocían, pero el propio marinero asumió que fue una manera de agradecimiento por todos los sacrificios que estas mujeres realizaron a lo largo de aquellos duros años durante la guerra.

Así lo relató Alfred Eisenstaedt: «En Times Square durante el día de la victoria, vi a un marinero a lo largo de la calle que agarraba a todas y cada una de las chicas que se ponían a su alcance. Tanto si pudieran ser su abuela, fueran altas, delgadas o viejas, no hacía distinción. Fui corriendo atrás mirando por encima del hombro con mi Leica pero ninguna de las tomas que hacía me agradaba. De repente, como un destello, vi algo que se me grabó. Me di la vuelta y capturé el momento justo en que el marinero besó a una enfermera. Si ella hubiera llevado un vestido oscuro jamás me habría dado cuenta. Nunca habría disparado la toma, o si el marinero hubiera llevado uniforme blanco, lo mismo. Realicé cuatro tomas. Fue en apenas unos segundos.»

Más información

-La más completa historia del beso y sus protagonistas, con motivo del fallecimiento del marinero VER

-En el siguiente blog se pueden ver las cuatro tomas originales de la famosa fotografía, además de la realizada por otro fotógrafo que se encontraba en el lugar. Se incluye un reportaje de la CBS News sobre el reencuentro de los protagonistas. VER

-Sobre la reproducción de la escena del beso en forma de escultura de 25 pies realizada en San Diego VER

-No todo son alabanzas, en este blog se realiza una visión crítica de la escena del beso, que asemeja a un acto de violación VER

Científicos que cambiaron la historia de la ciencia siendo sus propios ratones de laboratorio

Autora: Sandra Pérez Rodríguez,1ºA (2014/15)

La historia de la ciencia está siempre en continuo cambio. Los avances en este campo a veces pueden discurrir con métodos poco “ortodoxos”, técnicas de dudoso resultado y mucha, muchísima curiosidad. Pero en ocasiones la curiosidad puede “matar al gato”. A continuación veremos algunos ejemplos de valientes eruditos, que utilizaron como ratones de laboratorios a si mismos y a los que, en gran medida,  les debemos mucho.

John Scott Haldane (1860-1936)

Fisiólogo británico, nació en Edimburgo en 1860 y murió en Oxford en 1936, realizó sus principales trabajos sobre la fisiología de la respiración. Fue profesor de fisiología en Universidades de Escocia e Inglaterra, y posteriormente ejerció el cargo de director de un laboratorio de investigación minera.

haldaneDescubrió los efectos que diversos gases peligrosos tienen en el cuerpo y en el estado mental, muchas veces experimentándolos en sí mismo (e incluso en su hijo). Uno de estos episodios tuvo lugar en 1893, cuando se metió en una caja hermética y se mantuvo allí durante ocho horas, respirando el mismo aire, para anotar los efectos que eso tenía sobre él. A partir de este experimento, Haldane concluyó que la desoxigenación de la sangre aumenta su capacidad de transportar dióxido de carbono, un fenómeno que pasó a ser conocido como “efecto Haldane”.

Después, investigó los gases peligrosos presentes en las minas. Para esto empleó pequeños animales y descubrió que el más letal era el monóxido de carbono. Solo para asegurarse, también se envenenó con el gas en una cámara cerrada, con la finalidad de verificar los efectos esperados. Eventualmente, se le ocurrió la idea de emplear animales pequeños (particularmente a los canarios) como detectores de gases, toda vez que sus cuerpos sufrían los estragos del envenenamiento mucho más rápidamente.
Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, el ejército alemán empezó a emplear un gas venenoso como arma. Haldane fue llevado al frente de batalla para que investigara el gas en cuestión (cloro) y le pusiera una solución al asunto. Nuevamente, usaría su propio cuerpo para los experimentos, y sus esfuerzos llevaron al desarrollo de la primera máscara de antigás.

David Pritchard

Mientras trabajaba en Papúa Nueva Guinea a finales de la década de 1980, el Dr. David Pritchard notó que un parásito conocido como Necator americanus, que provoca anquilostomosis, tenía algunos efectos secundarios positivos. Los pacientes infectados se volvían menos propensos a tener problemas con enfermedades autoinmunes, especialmente asma y fiebre del heno.

Pritchard190Al regresar a la Universidad de Nottingham, el médico estaba ansioso por probar su idea y verificar si de hecho existía algún tipo de conexión entre los dos factores. Sin embargo, había un problema: el parásito era muy peligroso y responsable, en esa época, por unas 65.000 muertes en las zonas tropicales cada año, así como de cientos de miles de cuadros de anemia.

El comité de ética no le permitió que empleara sujetos humanos, a menos que tuviera la certeza de que fuera seguro. Entonces Pritchard hizo algo radical: se utilizó a sí mismo como sujeto de pruebas. Se infectó con 50 parásitos para desarrollar una técnica de prueba segura en condiciones de laboratorio, y llegó a la conclusión de que los participantes deberían ser infectados con solamente 10 parásitos para que dieran resultados sin colocarlos en peligro.

Hasta el año 2006, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido finalmente permitió realizar los estudios en seres humanos.

Horace Wells (1815-1848)

El 10 de diciembre de 1844, Horace Wells y su esposa Elizabeth asistieron a un show donde a un grupo de voluntarios les suministraron óxido nitroso (gas hilarante), quienes luego de inhalarlo comenzaron a reír descontroladamente y a hacer cosas estúpidas.

WellsUno de los voluntarios comenzó a perseguir a un enemigo imaginario y en su alocada carrera tropezó. Cuando regresó a su asiento se dieron cuenta que tenía la pierna desgarrada, pero el individuo no sintió dolor hasta que los efectos del gas se disiparon. Esto le dio a Wells una gran idea.

Para probar la eficacia del gas, se extrajo los dientes. El proceso resultó todo un éxito, y Wells hizo varias otras extracciones sin ningún tipo de complicación. Así, sintió que debía mostrar su don al mundo. Preparó una exhibición en el Hospital General de Massachusetts, en los Estados Unidos, pero el gas no se administró correctamente, y su paciente comenzó a retorcerse de dolor.

Wells se mudó a Europa con todo y su mala fortuna para continuar sus investigaciones. Cuando regresó a los Estados Unidos, descubrió que el óxido nitroso había sido sustituido por éter y cloroformo en anestesias. Entonces, comenzó a experimentar con cloroformo de la mejor forma que sabía: en sí mismo. Desafortunadamente, en aquella época, los efectos de la exposición prolongada a la sustancia eran totalmente desconocidos. Tras inhalar el gas por una semana, Wells quedó totalmente loco – llegó a arrojar un recipiente con ácido sulfúrico sobre dos prostitutas. Fue a parar a prisión y, más tarde, cuando finalmente volvió en sí, Wells se sentía tan culpable que se suicidó.

Lazzaro Spallanzani (1729-1799)

Este biólogo italiano del siglo XVIII estudió una amplia variedad de temas, incluyendo la biogénesis y la ecolocalización. Sin embargo, sería su trabajo sobre las funciones corporales lo que le valió un lugar en esta lista.

spallanzaniAntes de su investigación, se creía que la digestión era un proceso mecánico llamado trituración. Pero él mostró que había una reacción química involucrada en el proceso. Específicamente, demostró el proceso realizado por el jugo gástrico en el estómago. Empleó una variedad de animales para sus experimentos. Para obtener muestras del jugo gástrico, provocaba el vómito en los animales o les empujaba una esponja atada a una cuerda por la garganta.

También llevó a cabo esos experimentos en un único ser humano: él mismo. Spallanzani tragaba muestras envueltas en bolsas de tela o tubos de madera y las regurgitaba después de un tiempo. Si se requería, engullía la misma muestra más de una vez.

Henry Head (1861-1949)

Henry_Head_2El neurólogo Henry Head realizó enormes avances a principios del siglo XX en el conocimiento de nuestro sistema nervioso y en particular del sistema somatosensorial mediante un método muy poco ortodoxo: con ayuda de un colega cortó y reconectó sus propios nervios para estudiar el proceso de recuperación de las sensaciones.

En seguida, pasó sus próximos cuatro años documentando su recuperación. Cada fin de semana, viajaba para la Universidad de Cambridge y se sometía a un examen de sus brazos afectados y no afectados para anotar las diferencias.

Cuidadosamente, Head monitoreaba todas las alteraciones sensoriales que experimentaba. Finalmente, se convirtió en uno de los primeros médicos en hablar sobre disociación sensorial, especulando sobre la existencia de dos sistemas sensoriales diferentes, que llamó sistemas epicrítico y protopático.

FUENTES

Bermejo Bermejo, María Isabel. Haldane, John Scott (1860-1936).La web de las Biografías. VER

Sin autor. El neurólogo que se cortó los nervios. NAUKAS Ciencia, escepticismo y humor, 16/IX/2010. VER

Sin autor. La triste historia de Horace Wells. Sentado frente al mundo, 25/IV/2010. VER

Sin Autor. 10 Casos de valientes científicos que fueron sus propios ratones de laboratorio. Difundir, 9/XII/2014. VER

Andando los pasos de San Juan de Dios en Granada: algunas reflexiones

Autor: Lauro Quesada Jiménez, 1ºB (2014/15)

En la fría tarde del jueves 28 de noviembre un grupo de alumnos nos disponíamos a las tres de la tarde  a emprender un recorrido que nos llevaría tras los pasos de una de las figuras más importantes que en cuanto a avances en el campo de salud se dieron hace ya más de quinientos años. Una de las figuras más importantes y a la vez de las más desconocidas. ¿Por qué? Tal vez sea alguno de esos caprichos que la historia nos “regala” de vez en cuando, o cualquier otra razón ni mucho menos justificada, más cuando indagamos un poco en la vida y el legado de este hombre.

El mejor método para saber por qué somos hoy lo que somos es la memoria, volver la vista siglos atrás y en un alarde de imaginación intentar comprender como seríamos hoy si aquello tan lejano en el tiempo (que no en el espacio) no hubiese sucedido.

De todos modos nosotros, estudiantes de primero de Enfermería que estrenábamos una facultad absolutamente moderna e innovadora (incompleta también, todo hay que decirlo) hace pocas semanas, aquel viernes gris acompañados por nuestro profesor, Don Manuel Amezcua nos disponíamos a introducirnos en las entrañas de aquella Granada vieja, medieval, que despertaba poco a poco de ese sueño largo del que nunca pareciera que iba a despertar mirando al futuro, con los ojos puestos en una modernidad que llevaba años llamando a la puerta.

Juan ciudad Duarte fue una de esas llamadas y las puertas de aquella Granada con ganas de progresar se abrieron para recibir a aquel hombre nacido en Portugal, que fue un trotamundos hasta que recaló en esta tierra, donde ejerce de vendedor de libros religiosos hasta que es encarcelado en el Hospital Real, al ser tratado de loco. Al salir del reclutamiento, su vocación le lleva a dedicar su vida a los más pobres: pide limosna, atiende los enfermos…

Con el tiempo se le van uniendo algunos compañeros y se comienza a gestar una orden hospitalaria que llega hasta nuestros días, que nació en Granada y tuvo y tiene su centro en esta tierra: la orden de San Juan de Dios. Juan de Dios muere el ocho de Marzo de 1550, víctima de una pulmonía tras intentar rescatar a un niño que se estaba ahogando en el rio Genil.

Pues bien, nuestro recorrido será guiado por los pasos de este hombre, llevándonos a conocer los lugares más emblemáticos de la Granada de San Juan de Dios, comenzando por el hospital que lleva su nombre, un proyecto que San Juan de Dios no llegó a ver terminado y que sería el culmen de su obra en la ciudad que  “sería su cruz”. Es una pena que un edificio tan importante se encuentre es las condiciones que pudimos verlo, dejado de la mano de Dios por las instituciones.

Nada más entrar pasamos a un gran patio de estilo renacentista con una fuente ricamente ornamentada en el centro a través del cual se distribuía todo el hospital. Después pasamos a otro patio de menores dimensiones y con una decoración más pobre y de un estilo más cercano al barroco. Este patio fue construido para ampliar el hospital que se estaba quedando pequeño. Cabe destacar la importancia de este edificio, tanto en su función como en su influencia, ya que el hospital de San Juan de Dios ha estado operativo durante siglos y su influencia a lo largo del tiempo ha sido enorme, tomándolo como modelo para construir hospitales por todo el mundo.

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Pero antes de construirse el hospital de San Juan de Dios, Juan Ciudad se dio cuenta de la necesidad de tener un lugar fijo donde poder atender de forma digna a sus enfermos. Por ello, antes de iniciarse este gran proyecto, San Juan de Dios no atendería a los pobres en la calle, sino que su vocación le llevaría a alquilar diversos locales por Granada como en la plaza de Bibarrambla, el local de la calle Lucena y el de la cuesta de Gomeres.  Sus pasos nos llevarían por las citadas calle Lucena y plaza de Bibarrambla hasta llegar a Plaza Nueva donde pudimos ver la cuesta de Gomeres (y casi imaginarnos a Juan Ciudad vestido con su sotana cargando enfermos a cuestas, subiendo por esa empinada calle que llega a los pies de la Alhambra).

Llegamos por ultimo al lugar donde murió San Juan de Dios, la casa de los Pisa. Y aquí sí, nada más entrar a este lugar se respira que estás entrando a un lugar especial. Aquí el alarde de imaginación al que hacíamos referencia antes se hace más llevadero ya que en el momento en el que cruzamos esa pequeña puerta de madera, pudimos notar como el paso de los siglos allí no había hecho tanta mella. Notábamos que estábamos en un lugar especial y lo confirmamos en el momento en que empezamos a descubrirlo, a desentrañarlo. El edificio estaba de nuevo articulado por un patio central a través del cual se distribuían todas las estancias.

Tuvimos el placer de descubrir un lugar donde se respiraba historia, un lugar que conservaba algunas obras de arte únicas y documentos que han resistido el paso de los años para llegar a nosotros y contarnos como era la vida hace quinientos años. Pudimos ver uno de esos documentos, recientemente restaurado: el  libro 3º de Registro de Hombres y Mujeres, de 1566-1567, en el que aparecían los nombres, apellidos, dirección  y pertenencías de todos los enfermos que eran atendidos.

Por último vimos la capacha con la que San Juan de Dios pedía limosna (por lo que a su grupo de seguidores se les conoció en los primeros años como los hermanos de la capacha), su primera pintura, su bastón y la habitación donde murió, de rodillas con un crucifijo entre las manos.

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Cuando tenemos la oportunidad de tener un contacto tan directo con estas obras de arte y estos documentos me vienen a la mente dos cosas: en primer lugar, el hecho extraordinario de que un libro débil, de papel apenas resistente, que parece que se rompe con solo dirigirle la mirada pueda sobrevivir quinientos años y “dejar tiradas por el camino” a decenas y decenas de generaciones; y en segundo lugar, me viene a la mente la necesidad de dejarle esas obras que nos hablan de como éramos  y de por qué somos lo que somos a las generaciones venideras en mejores condiciones de como los encontramos, para que ellos también puedan aprender y descubrir su propia identidad a través de la historia.

 

 

The Knick: “House” a principios del siglo XX

Autor:  Amaru Jiménez, 1º A (2014/15)

Dirigida por Steven Sodenberg (“Traffic”, “Ocean’s”) The Knick nos remonta al Nueva York de principios del siglo XX, al hospital Knickerbocker, hospital real laico (pero con presencia eclesiástica en su interior) que estuvo de servicio en la zona norte de Manhattan hasta 1979. La primera temporada nos desplaza a una época médica donde se empezaban a aplicar técnicas cruentas que distaban décadas de los avances que hoy las han convertido en procedimientos casi rutinarios.

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Clive Owen (“Closer”, “Sin City”) es el doctor John W. Thackery, basado en William Halsted, una de las figuras más importantes de la cirugía moderna (responsable de la primera transfusión sanguínea de emergencia en EEUU, incorporación de guantes en los quirófanos y diversas técnicas quirúrgicas). Un protagonista antiheroico, cirujano brillante pero con matices y facetas que te harán odiarlo (o amarlo); es arrogante, misógino y racista, siendo estos comportamientos la norma en aquella época

Cada uno de los capítulos aborda objetos de estudio clínicos o subraya aspectos de la historia de la medicina (en el episodio piloto “Method and madness” se realiza una intervención de placenta previa; en “They Capture the Heat” se visita a un barbero-sangrador; mientras que en Crutchfield, el último episodio, se atreven con una trepanación en carne viva).

The Knick es asimismo una serie con una fuerte agenda revisionista en términos de género y de raza, que explora el campo médico a través de la mirada masculina blanca y heterosexual, pero también experimenta tramas sobre la inclusión y la exclusión en la institución de cuerpos sociales marginales como los afroamericanos y las mujeres.

San Juan de Dios y su celda en el Hospital Real

Autores: Carmen Suarez Urquiza, Mariluz Jijón Carretero, Manuel Jesús Cardona Expósito, Daniel Castro Moral, Ana Isabel Campos Sánchez, 1º B (2014/15)

Vida de San Juan de Dios

Juan Ciudad Duarte nació en Montemor (Portugal) en 1495. Siendo aún un niño, se trasladó a Toledo, ejerciendo de pastor y otras labores del campo hasta los 27, cuando decidió enrolarse en las tropas españolas al mando del capitán de infantería Juan Ferruz que estaba a su vez al servicio del emperador Carlos I.

Su etapa como soldado fue para él una dura experiencia siendo salvado en el último momento de ser ahorcado, por lo que desde entonces Juan Ciudad vivió como aventurero incansable en permanente búsqueda de una vocación desconocida hasta el momento. De regreso volvió a ejercer de pastor en tierras de Sevilla desde donde se desplazó hasta Ceuta para trabajar como peón en la construcción de sus murallas. Poco después regresó a Andalucía y comenzó a recorrer los caminos desde Algeciras a Granada como vendedor ambulante de libros de distintos géneros. Una vez en Granada montó una pequeña tienda de libros en la calle Elvira.

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A Juan de Dios le gustaba escuchar predicar al maestro y predicador Juan de Ávila en la ermita de los mártires, fueron sus predicaciones las que le hicieron pensar y encontrar su verdadera vocación que era la de prestarse a los demás, sobre todo a aquellos que menos tenían.

Esta experiencia le hizo confrontar su vida, los años perdidos, el vacío interior, y sintió tan profundo arrepentimiento que con abundantes lágrimas y grandes muestras de dolor recorrió las calles de la ciudad gritando sus muchos pecados , deseos de penitencia y criticando a los ricos y poderosos de esa época que no hacían nada por los más desfavorecidos hasta el punto de que algunas personas compadeciéndose de él y otras incomodas por sus palabras lo consideraron enfermo mental y lo condujeron al Hospital Real, que se usaba como manicomio en el año 1540 aproximadamente.

Juan de Dios fue conducido a una pequeña celda de apenas dos metros cuadrados con un pequeño ventanuco y le pusieron un cepo inmovilizándole manos y cabeza. Allí estuvo aproximadamente un año en esa celda donde el tiempo que pasó le hizo reflexionar sobre las condiciones en las que se encontraban los enfermos de su época, en los que enfermos de diferentes patologías estaban en la misma estancia. Según parece Juan de Dios consiguió salir del Hospital Real gracias a que San Juan de Ávila intercedió por él para sacarlo de allí.

Tras su salida del hospital empieza a crear pequeños hospitales en diferentes casas particulares de Granada (como el que estaba en la cuesta Gomeres) donde aloja principalmente a enfermos pobres y a la vez que va creando estos pequeños hospitales va acogiendo a varios seguidores, que luego fundarían la orden hospitalaria de San Juan de Dios.

San Juan de Dios no solo se conformaba con fundar hospitales y darse a los demás prestando un servicio sanitario sino que en todo lo que él podía ayudar se implicaba, un ejemplo de esto es la causa de su muerte, se dice que San Juan de Dios vio como un niño se estaba ahogando en el rio Genil y sin pensárselo dos veces se tiró al agua para salvarlo con la mala suerte que enfermó de pulmonía y murió.

Hospital Real y la celda sanjuanista

Recién reconquistada Granada por los Reyes Católicos solo existía un hospital en la ciudad y era musulmán, hospital cristiano como tal no había, tan solo existía un hospital de campaña cerca de la Alhambra por lo que los Reyes Católicos mandan construir en 1492 el Hospital Real, el cual fue construido sobre un antiguo cementerio musulmán. Este hospital se fundó principalmente para asistir a enfermos con bubas y sífilis y a los pocos años de su funcionamiento se comenzó a alojar a los inocentes (enfermos con patologías psiquiátricas, locos). Un dato curioso a destacar es que a medida que se iba construyendo se iban ocupando las habitaciones.

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Desde su construcción el Hospital Real ha sufrido diferentes incendios, en uno de ellos cabe destacar la acción de San Juan de Dios ya que él al haber estado en este hospital como enfermo conocía la estructura del hospital real y cómo estaba distribuido, por lo que tuvo la capacidad y la valentía de adentrarse dentro del hospital y entre las llamas ir salvando a muchas de las personas que estaban encerradas y a punto de morir, sacrificándose a sí mismo y teniendo como resultado numerosas quemaduras por todo el cuerpo. Este hecho ha provocado que una de las imágenes con las que se representa a San Juan de Dios sea la del santo con un hombre en brazos.

El Hospital Real tras la Guerra Civil deja de ser manicomio y pasa a ser el hospital de Maternidad dependiente de la Diputación. Es en los años sesenta cuando se queda casi vacío y por lo que es cedido a la universidad que tenía problemas de espacio y es en 1980 cuando el Rectorado se traslada al Hospital Real.

La única celda que se conserva en el Hospital Real es la celda de San Juan de Dios, ya que la Orden de San Juan de Dios toma este lugar como lugar de peregrinación y hacen por conservarla.

Para hacer un homenaje a la figura de San Juan de Dios, se decidió que en la celda se pusieran todos los libros que hablan de él, su vida, la Orden hospitalaria, sus obras, sus actos… formando así lo que se conoce como biblioteca Sanjuanista, donde no solo encontramos libros en español sino que nos los podemos encontrar en otros idiomas como portugués (lengua materna de San Juan de Dios).

La momia de San Vicente en La Malahá (Granada)

Autoras: Patricia García Garrido y Elisabeth Moreno Vico, 1º A (2014/15)

La capilla de San Vicente está ubicada en una casa, conocida como la casa del Santo (actual restaurante), situada cerca de la iglesia parroquial de La Malahá (Granada).

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En cuanto a la descripción de la momia, podemos observar un uniforme llamativo, que puede pertenecer al ejército romano, que consta de una especie de malla, que le recubre los miembros superiores. Todo el vestido está decorado con bordados dorados, que denotan que podía tratarse de una persona importante. Además,  tiene un casco, un cáliz y una espada. En su mano izquierda sujeta una pluma de color verde ya que se trata de un mártir, porque antiguamente los cristianos eran perseguidos  y torturados para que renegaran de sus creencias, y él no renegó y lo hicieron mártir.

Hemos investigado y encontrado que para albergar las reliquias de estos santos se confeccionaban cuerpos de cera en cuyo interior guardaban los huesos y así exponerlos a la veneración pública. La habitación en la que se encuentra es un de las más antiguas del pueblo. Presenta un artesonado mozárabe original del año 1500 o 1600 aproximadamente.

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Su origen no está aún verificado ya que realmente son historias que se han contado unos a otros, y no hay nada escrito. La historia más creíble de cómo llegó el santo a esta localidad es: “En la casa en la que se encuentra la momia, aproximadamente en el siglo XVIII, vivía una familia adinerada la cual hizo un donativo considerado al Vaticano para arreglar la capilla de San Pedro. En agradecimiento a este gesto, el Vaticano le mandó este santo, que estuvo unos 1500 años en Serna (Italia) en unas catatumbas, con el fin de protegerlos”.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAOtras versiones cuentan: “Este santo fue un legionario romano, un capitán de las legiones romanas que desembarcó en Motril, conquistando todas las tierras de los alrededores hasta que llegó a La Malahá. Quedó enamorado de este pueblo, de sus salinas, que en ese tiempo eran muy valiosas y de sus aguas termales. Por esto decidió quedarse allí y al morir fue momificado”.  “El señor de la casa, donde se encuentra el santo fue a Italia a luchar en una guerra y cuando regresó se trajo a la momia como trofeo de su victoria”.

Según los símbolos y vestimenta de la momia, se ha concluido que puede pertenecer al año 200 o 300 aproximadamente.

Entre los objetos que se encuentran en la capilla, podemos destacar:

OLYMPUS DIGITAL CAMERA-Sumario de indulgencias de 1784, concedidas por varios obispos y arzobispos de varias ciudades de España. Describe que a toda persona devota que rece un Padre Nuestro y un Ave María por la paz de la Iglesia y de los príncipes cristianos, se le conceden 80 indulgencias.

-Cuadro bordado de la Virgen del año 1724.

-Cuadros en los que se encuentran relicarios, que son de marfil tallado o cera. En ellos se encuentran uno o varios huesos de otros santos, cuyos nombres vienen escritos por la parte posterior en latín.

-Relicarios de la parte superior tienen en su interior tres huesos de tres santos diferentes. Los nombres de estos están traducidos al castellano y uno de ellos pertenece a San José.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA-Antiguamente la gente le tenía mucha devoción, le rezaba, le ponía velas, flores… De hecho tiene votos, que eran una especie de chapas de metal en forma de piernas, brazos, etc., según la enfermedad o dolencia que tuvieran para que el santo les curara. También llaman la atención las chapas en forma de animales, por  los que la gente rezaba para que no enfermaran, ya que animales como el burro, caballo, etc. eran su medio de transporte y trabajo.

-Cuadro de Alonso Cano, donativo que le hizo este al santo. Cuentan que antiguamente cuando en el pueblo había épocas de sequía lo sacaban en procesión.

Como curiosidad, este santo tiene un gran parecido con otro localizado en una catedral de México, San Hermión Mártir, cuya historia está verificada.

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