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Teoría Hipocrática de los Humores

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López Huertas, Noelia. La Teoría Hipocrática de los Humores. Gomeres: salud, historia, cultura y pensamiento [blog]. 17/10/2016. Disponible en https://index-f.com/gomeres/?p=1990

La teoría de los cuatro humores o humorismo fue una teoría acerca del cuerpo humano adoptada por filósofos y físicos de las antiguas civilizaciones griega y romana. Arranca con Hipócrates (460 aC-377 aC), se desarrolla ampliamente con Galeno (130 – 216) y llega con plena vigencia hasta el siglo XVII. Desde Hipócrates, la teoría humoral fue el punto de vista más común del funcionamiento del cuerpo humano entre los físicos o médicos europeos hasta la llegada de la medicina moderna a mediados del siglo XIX.

Esencialmente, esta teoría expresa que el cuerpo humano se compone de cuatro sustancias básicas, conocidas como humores (aunque se refiere a líquidos), y que se debe mantener un perfecto equilibrio entre estos para evitar todo tipo de enfermedades, tanto de cuerpo como de espíritu. De esta forma, la aparición de enfermedades o discapacidades serían el resultado de un exceso o déficit de alguno de estos cuatro líquidos o humores. Autores posteriores de Europa occidental que adoptaron y adaptaron la filosofía médica clásica, consideraban que cada uno de estos humores aumentaría o disminuiría en función de la dieta y la actividad del individuo. Cuando un paciente sufría un desequilibrio de líquidos, su personalidad y su salud se veían afectadas.

Los humores fueron identificados como bilis negra, bilis amarilla, flema y sangre. Había una estrecha relación en entre los humores y los cuatro elementos: el fuego, el aire, el agua y la tierra, y además a esta relación se le atribuían otras tantas cualidades: caliente, frío, húmedo y seco.

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Teofrasto (filósofo griego) y demás discípulos de la escuela Peripatética, elaboraron un estudio donde relacionaban dichos humores con el carácter de las personas. De este modo y según cuentan en sus escritos aparecen los cuatro temperamentos: aquellos individuos con mucha sangre eran sociables; aquellos otros con mucha flema eran calmados; aquellos con mucha bilis eran coléricos y aquellos con mucha bilis negra eran melancólicos.

Según esas teorías, vigentes aun en muchos países especialmente en zonas rurales de la India, podemos clasificar a los seres humanos por su temperamento de esta forma:

1. El hombre flemático es reflexivo, tranquilo, muy justo e incorruptible, poco comprometido, simpáticos. Adoran la buena vida y les gusta poco el trabajo.
2. El melancólico es inquieto, muy reflexivo, inestable y ansioso. Adoran el silencio y la soledad, se olvidan de su entorno y se distraen fácilmente.
3. El sanguíneo es alegre, enérgico, vigoroso, con potencia. Son personas de buen humor, apasionados y que brindan confianza.
4. El colérico es perseverante, rápido en sus decisiones, que aspira a lo grande, activo y extrovertido. Son personas ambiciosas, individualistas y exigentes consigo mismas.

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Durante el período neoclásico en Europa, la teoría humoral dominó en la práctica de la medicina, en ocasiones resultando en situaciones un tanto dramáticas. Prácticas típicas del siglo XVIII como el sangrado o la aplicación de calor eran la solución de la teoría de los cuatro humores (en estos casos, para tratar los excesos de sangre y de bilis, respectivamente). Por otro lado, mucha gente pensaba que existía una cantidad infinita de humores en el organismo por lo que era muy normal creer que la pérdida de fluidos era una forma de muerte.

Temperamentos y escritura

s19-ciencia-hipocratesAunque la teoría de Hipócrates fue relacionada en un principio con el temperamento o el carácter de los individuos, un médico francés llamado Periot, fue capaz de relacionar el temperamento con la grafología de las personas. Aunque su teoría ha sido tachada de desfasada, podemos relacionar los cuatro temperamentos con las características grafológicas de la persona.

Temperamento sanguíneo. Letra grande, donde predominan las curvas con mayúsculas adornadas. Escribe rápido, con letra firme o en relieve, inclinada hacia la derecha y de forma ascendente. Tiene una firma grande que suele ir en la parte derecha

Temperamento flemático. La letra tiene un tamaño normal, con curvas y redondeces, letra sencilla, con un conjunto monótono, de escritura lenta a mesurada. Mantiene unos márgenes ordenados. Tiene una firma grande que suele estar situada a la izquierda y lejos del texto.

Temperamento colérico. De letra pequeña y angulosa, con ordenados márgenes y condensado texto, escritura sobria. Escriben rápido y con firme presión. Firma que va de normal a pequeña y suele situarse en el centro o ligeramente hacia la derecha del texto.

Temperamento melancólico. De letra normal, márgenes desiguales, con velocidad rápida en la escritura e irregularidades en la escritura. Las letras son desligadas. Su firma es angulosa, normalmente ilegible, situada en el centro o a la izquierda del texto.

Bibliografía

  • Cerro, Sandra Mª. Los temperamentos hipocráticos. Grafología Sandra Cerro [sitio web]. Disponible en: https://www.sandracerro.com/files/Articulos/artic-teorias/Hipocraticos.pdf
  • Fernández Vita, Mariana. Temperamento colérico/temperamento bilioso. Grafologia y Personalidad [sitio web]. Disponible en: https://www.grafologiaypersonalidad.com/temperamento-colerico-bilioso/
  • Moya Guirao, Dra. Teoría de los Humores. Psicoterapeutas.eu [sitio web]. Disponible en: https://psicoterapeutas.eu/teoria-de-los-humores/
  • Sin autor. Teoría de los cuatro humores. SCRIBD [sitio web]. Disponible en: https://es.scribd.com/doc/26386900/teoria-de-los-cuatro-humores

Esta entrada ha sido realizada por alumnado de 1º  de Enfermería de la Universidad de Granada en el marco de la asignatura “Evolución Histórica de los Cuidados. Teorías y Modelos”, curso 2016-17.

La Reina Victoria Eugenia, Enfermera

Autoras: Aurora Cano Perea y Marta Garzón Navarro-Pelayo, 1ºB (2015/16)

Biografía

Victoria Eugenia Julia Ena de Battemberg, reina consorte de España entre el año 1906 y 1931, nació el 24 de octubre de 1887 en el Castillo de Balmoral en Escocia. Nieta de la reina Victoria I, e hija del Príncipe Enrique de Battemberg y de la Princesa Beatriz de Inglaterra. Era la bisabuela paterna del actual monarca español Felipe VI.

Se casó con Alfonso XIII de Borbón, hijo de la segunda mujer de Alfonso XII, el cual la conoció en la primavera de 1905 en Londres, a los 18 años de edad, ya que la princesa asistió a una fiesta organizada por su tío Eduardo VII en honor a Alfonso XIII de España. El monarca cortejó a la joven a pesar de la oposición que existía, y también a pesar de que su madre, la reina María Cristina, no era partidaria de este enlace, debido a los oscuros orígenes de la línea Battemberg.

A los pocos meses, concretamente el 9 de marzo de 1906, se proclamó el enlace, que tuvo lugar el 31 de mayo de 1906 en la iglesia madrileña de San Jerónimo Real en Madrid.
La Reina era portadora del gen de la hemofilia, algo que Alfonso XIII sabía, sin embargo, cuando varios de los hijos salieron hemofílicos, el amor del rey acabó y le retiró la herencia a la reina. El matrimonio tuvo cinco varones y dos mujeres.

A esta reina se le conocía como la “Reina Enfermera”. La Historia de la Cruz Roja está muy ligada a la historia de las enfermeras y a la historia de la reina Victoria Eugenia como enfermera, la cual vistió durante un tiempo el uniforme de las Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española.

Victoria Eugenia de Battenberg muere en 1985, siendo sus restos  trasladados desde Lausana y depositados en el pudridero de reyes, donde permanecerán largo tiempo, hasta que, una vez reducidos, puedan ser depositados en la tumba que tiene asignada, junto a la de su esposo, Alfonso XIII.

La Reina Enfermera y la Cruz Roja

Hasta finales del siglo XIX las bases de la enfermería, en el mundo católico, eran la religión y la caridad y no tanto el conocimiento científico. Pero en la Europa protestante, Florence Nightingale trataba de integrar la Enfermería de forma independiente permitiéndole la elaboración en un futuro y dentro de los limites científicos una síntesis doctrinal. Esto fue posible gracias a la fundación y expansión de las Escuelas de Enfermería de las que ella fue pionera.

La serie de Nueva Gales conmemora el Jubileo de la Reina Victoria de Inglaterra, la cual promovió en la Enfermería una cuestación popular, con ocasión de su Jubileo e inició con su propia aportación, instando al gobierno que el resultado de la cuestación se destinase para la construcción de una Escuela para Enfermeras en el Hospital Antituberculoso.

La Cruz Roja fue fundada en 1863 por el masón Henry Dunant con el nombre de Comité Internacional de Socorros a los Militares Heridos, e inspirada por Florence Nightingale y su labor en la Guerra de Crimea. Concebía una organización internacional con un cuerpo de enfermeras voluntarias para ayudar a los heridos durante los conflictos bélicos. La creación de la Cruz Roja Española tardó en llevarse a cabo a causa de los cuidados de enfermería en España, ya que estaban asignados a comunidades religiosas, hasta 1915 cuando oficialmente nace la figura de la enfermera.

Además, la Cruz Roja Española se extiende en España por iniciativa de la reina Victoria Eugenia, un cuerpo de enfermeras a semejanza de otros países de Europa, con la finalidad de desarrollar funciones de voluntariado sociosanitario: el Cuerpo de Damas Enfermeras. El periodo de existencia del Cuerpo de Damas Enfermeras abarca desde la impartición de las primeras “conferencias” formativas, en 1914, hasta 1985, cuando es sustituido por el colectivo mixto: Cuerpo de Auxiliares Sanitarios Voluntarios.

Las Damas Enfermeras nacen al estallar la Primera Guerra Mundial, donde la reina destaca por su importante papel dentro de la enfermería española. Consiguió despertar y animar en las damas de la alta jerarquía social española el anhelo de ayudar a los enfermos con el trabajo personal junto con las limosnas.

Con el Real Decreto del 16 de enero de 1916, que aprobaba las bases para la reorganización de la Cruz Roja en España, se establecieron dos secciones, la de Caballeros y la de Señoras, presidida esta última por la Reina Victoria Eugenia. Ejercía además la Autoridad Suprema por autorización del Rey Alfonso XIII. El Real Decreto de 29 de junio de 1916 aprobó el reglamento de la Asamblea Central de Señoras.

-La labor de las Damas Enfermeras se desarrolla en hospitales, aunque también colaboran en otros servicios de diferentes centros (dispensarios antituberculosos, ambulancias…

-Se dedican a la promoción de la salud pública y colaboran en situaciones de emergencia como accidentes, catástrofes o desastres naturales y  en situaciones de peligro epidemiológico.

-Intervienen en tiempo de guerra, como en el conflicto de África, en el que tienen un importante papel, en la Guerra civil, atendiendo heridos en los hospitales de la Institución. Como bien se ha dicho anteriormente.

Bibliografía

Barranquero Fernández, Alejandro. La reina Victoria Eugenia y las enfermeras de la Cruz Roja. Prezi, 14.05.2015. Disponible en  https://prezi.com/1nssdutgl1ej/la-reina-victoria-eugenia-y-las-enfermeras-de-la-cruz-roja/

Expósito González, Raúl. Ena “La Reina Enfermera”. Enfemería Avanza (blog), 12.09.2010. Disponible en  https://enfeps.blogspot.com.es/2010/09/ena-la-reina-enfermera.html

Mas Espejo M, Siles González J, Pulido Mendoza R. ¿Qué sabemos de las Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española? Rev Metas de Enfermería 2015; 18(8): 12-19.

Miralles Sangro, Mª Teresa. La enfemería según los documentos filatélicos. Revista Enfermería en Desarrollo. Disponible en  https://www.enfermeriaendesarrollo.es/index.php/en-sociedad/119-la-enfermeria-segun-los-documentos-filatelicos

Victoria Eugenia de Battenberg. Wikipedia. Disponible en  https://es.wikipedia.org/wiki/Victoria_Eugenia_de_Battenberg

Las Siervas de María, Ministras de los Enfermos

Autoras: Cristina Contreras Teva,  Fátima Ruiz Calvo, 1ºC (2015-2016)

Historia de la congregación

Las Siervas de María Ministras de los enfermos es una congregación de religiosas que se fundó en 1851 en Madrid gracias a la colaboración de Miguel Martínez Sanz (1811-1890), Cura Párroco del barrio madrileño de Chamberí. Don Miguel es considerado el inspirador de esta congregación, pues una tarde de charla con unos amigos surgió, casualmente, el tema de que la hija de un amigo estaba enferma y no había ninguna institución que pudiera cuidarla; este, impresionado, ideó la fundación de una congregación que se encargara de cuidar a los enfermos gratuitamente, siguiendo la formula evangélica: “Estuve enfermo y me visitasteis” (Mt. 25,36).

Don Miguel quiso iniciar la fundación con 7 fundadoras, siguiendo los consejos de los Siervos de María, siendo la última incorporación la joven Manuela Torres Acosta, que al fundar oficialmente la congregación pasaría a llamarse Sor María Soledad. Finalmente, el 15 de Agosto de 1851 las siete fundadoras recibieron los hábitos y profesaron sus votos: castidad, pobreza y obediencia, a manos del Cardenal Arzobispo de Toledo, Don Juan José Bonel y Orbe.

En sus inicios tuvieron muchos impedimentos y oposiciones por parte del gobierno para crear la institución, entonces Don Manuel, viendo que sus aportaciones no daban resultado, decidió dedicarse a las misiones llevándose con él a unas cuantas religiosas de la congregación y dejando a Sor María Soledad, con 30 años de edad, como Superiora General al mando. Pero al poco tiempo, María Soledad fue destinada a Getafe por el párroco que llegó a sustituir a Don Manuel, volviendo en 1857 a retomar su puesto como Superiora General.

Las Siervas de María en Granada

Dª Josefa López Moreno de Eguilaz dejó reflejado en su testamento su deseo de crear una comunidad de religiosas dedicada a la ayuda de enfermos denominada “Siervas de María”.

El día de la fiesta de los apóstoles San Pedro y San Pablo se procedió a la fundación de la comunidad en la calle Solares nº4 en la cual se alojaron tres Siervas de María. Al día siguiente llegaron a Granada el resto de hermanas que formarían parte de dicha congregación. Estas fueron recibidas por personas de la alta sociedad, la fundadora, Madre Soledad y por la hermana Araceli. Días después se dirigieron todas a la Basílica de la Virgen de las Angustias ya que la Madre Soledad quería que todas se encontraran bajo la custodia de la patrona de Granada. Cuando la Madre Soledad tuvo que abandonar Granada dejó plasmado todo aquello que concernía a la fundación.

La comunidad sufrió muchos cambios de dirección hasta que finalmente en el año 1928 se instalaron en la calle Niños Luchando, n º 8. La acción de las Siervas de María en Granada siempre ha sido muy destacada debido a su gran dedicación y  a su ayuda a los enfermos más necesitados. Las Siervas de María continúan transitando los caminos de Granada localizando y socorriendo: “enfermos solos con frío, dolor y soledad”.

Título de Enfermería

Desde que la Madre Soledad empezó a ser madre superiora, junto con otras hermanas de la congregación, estaban muy interesadas en que todas las monjas estuvieran formadas; pero esto no se hará realidad hasta 1911 cuando, siendo papa Pío X, el Vaticano creó la Scuola di San Giuseppe y fue a finales de ese año cuando dos de las Siervas de María comenzaron su formación.

Una vez que varias de las monjas obtuvieron sus títulos, volvieron a España para poder llevar a cabo la fundación de una escuela en la casa de Chamberí. De la mano de cuatro doctores que se interesaron por la causa y de la madre Fernanda Iribarren se escribió la solicitud al Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, tal día como el 19 de febrero de 1915.

Sin demora alguna, el día 7 de mayo del mismo año se recibió una respuesta afirmativa a la solicitud, dando lugar a la fundación de la primera escuela de Enfermería en España donde las Siervas podrían formarse además de instruir a otras religiosas de otras congregaciones. En 1977, pasó a ser escuela de ATS, por la nueva ley franquista.

Algunos testimonios de las Siervas

Sor Manuela Montalvo. Natural de Moreda, un pequeño pueblo de Granada, nos cuenta su experiencia como sierva de María. En primer lugar nos cuenta que desde pequeña sabía que quería ser enfermera o monja y descubrió, cuando las Siervas de María visitaron Moreda, que ambas profesiones se podían unir.

En su testimonio nos dice que tanto en la recuperación como en la muerte del paciente se siente bien, porque en el primer caso ve que ya la familia ni el enfermo la necesitan y en el otro, se siente satisfecha por haber acompañado al enfermo en sus últimos momentos y por ayudar a los familiares en su dolor. Por último, concluye diciendo que ha merecido la pena dejar a la familia y a su entorno pero que todo lo que vive, dejando al margen la experiencia religiosa, con los enfermos y la gratitud que estos, los más vulnerables, le demuestran.

Sor Francisca. Nos cuenta cómo fue su ingreso en la comunidad de las «Siervas de María». Lo que más le llamó la atención de aquella congregación era el hecho de ayudar a los enfermos de manera altruista.

A los 19 años entró a la comunidad como postulante y poco a poco fue haciendo su profesión temporal. Todo esto lo realizó en Madrid y a continuación se trasladó a Andalucía donde continuó con su aprendizaje y comenzó a asistir a los enfermos en sus respectivos hogares. Finalmente, Sor Francisca confiesa que es muy feliz dando su vida por los demás.

Bibliografía

Amillano Urdiain, Sor Mª Asunción. Síntesis de mi Experiencia. 60 Años de vida dedicados a la Asistencia a los Enfermos, como Sierva de María. Rev Paraninfo Digital, 2015; 22. Disponible en: https://www.index-f.com/para/n22/v003.php [Consultado el 10/02/2016].

González Iglesias, María Elena; Amezcua, Manuel; Siles González, José. El título de enfermera en España a través del análisis documental: el caso de las Siervas de María, Ministras de los Enfermos. Temperamentvm 2010, 12. Disponible en https://www.index-f.com/temperamentum/tn12/t1210.php [Consultado el 10/02/2016].

Sin Autor. Historia de la Congregación. Siervas de María Ministras de los Enfermos, Provincia de Cataluña. 12.02.2011. Disponible en: https://www.siervasdemaria.es/index.php/historia/la-congregacion [Consultado el 10/02/2016].

Sin Autor. 100 años de Enfermería. Siervas de María (blog), 14 mayo 2015. Disponible en: https://www.siervasdemaria-andalucia.com/?p=3563  [Consultado el 10/02/2016].

Diez «Tesis» para una Historia de la Enfermería visible

Cómo citar este documento

Amezcua, Manuel. Diez Tesis para una Historia de la Enfermería visible. Index de Enfermería 2015; 24(4):199-201. Disponible en https://www.index-f.com/index-enfermeria/v24n4/199201.php

Las actividades que a lo largo del año 2015 se han venido realizando en España para conmemorar el centenario de la creación del título de enfermera, en un número relativamente discreto (https://index-f.com/gomeres/?p=861), han puesto de manifiesto una realidad un tanto desconcertante: el escaso conocimiento que las enfermeras tenemos sobre los principales hitos que han marcado el devenir histórico de esta profesión.1 O también la escasa importancia que se les otorga cuando se conocen. Para muchos ha resultado una sorpresa saber que el arranque oficial de la versión laica de la Enfermería fuese promovido en España por una modesta comunidad de religiosas, las Siervas de María Ministras de los Enfermos.2 De hecho no estaba en el catálogo de congregaciones vinculadas al ejercicio enfermero. O al menos no era tan conocida como otras mucho más estudiadas, como las Hijas de la Caridad, los Hermanos Obregones o los Hermanos de San Juan de Dios. También ha resultado chocante la constatación de que el título de enfermera haya estado en nuestro país vinculado siempre al entono universitario, en contra de lo que muchos piensan, de que apenas acaba de entrar con el nuevo título de Grado.3

Desde que Domínguez Alcón inaugurase en los años 80 la primera generación de historiadores de la Enfermería española,4 los hallazgos han ido sucediéndose a la par que aumentaba el interés por la historia de la profesión, en buena parte desvirtuada por la ideología dominante en cada época.5 La construcción de la nueva historia de la Enfermería, como afirma Siles, solo es posible en marcos políticos democráticos en los que la ideología predominante está en consonancia con el sistema político.6 En este caso la historia de la profesión se pone al servicio de un empeño ubicado en plena transición democrática: la restauración de los estudios de Enfermería, que habían sido abolidos y sustituidos por un desempeño subalterno (Ayudante Técnico Sanitario) durante la dictadura franquista.

En los años siguientes la producción española sobre Historia de la Enfermería va a experimentar un crecimiento exponencial, tanto en forma de monografías como en las nuevas revistas especializadas que van a ir surgiendo (Index de Enfermería, Híades, Cultura de los Cuidados, Temperamentvm). Más recientemente, la posibilidad de doctorarse en programas específicos de Enfermería está generando una sólida producción sobre líneas muy concretas de la historia de los cuidados y de la profesión enfermera, sirva como ejemplo la colección “Arte y Ciencia de la Sanación. Historia de la  Educación”, dirigida por Hernández Conesa (Universidad de Murcia).

Hemos avanzado mucho en la definición de la imagen social e histórica de la Enfermería, pero aún queda mucho más por desentrañar sobre el conjunto de comportamientos, pensamientos y sentimientos implicados en el proceso de satisfacción de necesidades de los grupos humanos.7 En este sentido y con un fin estrictamente docente, he venido trabajando en los últimos años con mis alumnos de Historia de la Enfermería en la identificación de áreas de interés y lagunas de conocimiento que tienen un gran potencial para explicar los cambios que se han operado a lo lago de la historia en el ejercicio del cuidar.

Se trata de afirmaciones teóricas o ejercicios especulativos que inducen al estudio y la indagación, que invitan a confirmarlas o refutarlas de manera racional y científica, apoyándose en el pensamiento reflexivo y la investigación. Por ello les llamamos Tesis (conclusión o proposición que se mantiene con razonamientos, DRAE), porque estamos seguros que tienen un gran potencial para estimular líneas sólidas de investigación en el campo de la historia y el pensamiento enfermero.

Mostramos a continuación nuestras diez tesis con la esperanza de que resulten lo suficientemente provocadoras para que logren estimular el interés entre investigadores y doctorandos por los aspectos más complejos de la historia de nuestra profesión: la identidad, la memoria colectiva, la ideología, el poder, el sistema político, etc. Y cuando menos, que sirvan para lo que hasta ahora han sido utilizadas, como estrategia pedagógica para cultivar el espíritu crítico entre el alumnado y para hacer visible el potencial del legado que la Enfermería aporta a la humanidad.8 Cada tesis se acompaña de un breve comentario que solo pretende aclarar la idea, sin desarrollarla.

Diez Tesis

 1. El cuidar es una actividad tan antigua como la humanidad.

El primer llanto del niño al nacer es la expresión más elocuente de la necesidad de cuidado. El cuidado es inherente a la condición del ser humano.9 A nivel familiar o institucional, el cuidado siempre está presente entre nosotros.

2. En todos los periodos de la historia se documentan actividades profesionales orientadas a proporcionar cuidado de unas personas a otras.

Se constata en los hallazgos arqueológicos más remotos de todas las culturas, donde aparecen evidencias de la existencia de aflicciones y enfermedades, y de que estas se han encarado de forma individual o colectiva, desde un plano doméstico o profesional.

3. La palabra Enfermería siempre ha estado asociada a una dimensión profesional.

Por tanto, cada vez que aparezca el término enfermera o enfermero no ha de dudarse de su condición de profesional del cuidado, con independencia de su contexto, el marco legislativo, las condiciones políticas o religiosas. No se concibe el cuidado de Enfermería fuera de la profesión enfermera, aunque existan otras formas de cuidado.

4. La evolución del cuidado de Enfermería ha estado condicionada por la manera en que la sociedad satisface sus necesidades, de forma individual y colectivamente.

En este sentido, la historia de la Enfermería es la historia de una adaptación. Las enfermeras (laicas o religiosas, mujeres u hombres) siempre han antepuesto el compromiso social a sus posibilidades de desarrollo profesional, aunque para ello hayan tenido que cuidar en el seno de instituciones, profesando en una religión, o de forma laica sin percibir remuneración alguna. Este es un fuerte rasgo identitario que a veces se ha confundido con una debilidad como profesión con dificultades para defender sus intereses corporativos.

5. Desde que se tiene constancia documental, el cuidado de Enfermería aparece regulado en normativas institucionales.

En cierta forma, es la Enfermería en su diversidad de expresiones la que ha generado instituciones de salud para poder desarrollar su actividad cuidadora en plenitud. El caso de los hospitales es el más elocuente. El proceso de medicalización de los sistemas sanitarios se ha producido de manera mucho más reciente.

6. Los poderes instituidos siempre han aspirado a instrumentalizar el ejercicio de la Enfermería.

El reino de la Enfermería es el mundo cotidiano del paciente y su familia,10 que algunos poderes han contemplado como un espacio de dominación. Así lo entendió la Iglesia Católica cuando a partir del concilio de Trento determina que el cuidado ante la adversidad ha de ser ejercido por personas consagradas.11 Posteriormente, también lo han hecho las instituciones médicas en un proceso inacabado de medicalización de la vida cotidiana donde pretende ejercer su hegemonía.12,13

7. La mentalidad y la ideología establecidas han tenido un influjo determinante en el grado de autonomía de las enfermeras.

Acorde con la etimología de la palabra cuidar (del lat. cogitare, pensar), la práctica de la Enfermería ha de sustentarse en formas de pensamiento y por tanto habrá tantas enfermerías como mentalidades puedan concebirlas. A diferencia del conocimiento científico-técnico, que tiende a sustituirse en función de sus avances, el pensamiento enfermero tiene un efecto agregatorio, lo que explica la yuxtaposición de modelos que se produce conforme la sociedad avanza (es propio de nuestra sociedad la convivencia de modelos de cuidados de tipo doméstico, con otros de origen mágico-religioso, o con prácticas asistencialistas e institucionales, y en todas ellas se dan formas de práctica profesional. Ver figura 1).

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8. Solo cuando socialmente se ha identificado la capacidad transformadora de la Enfermería como actividad procuradora de salud, ha sido posible legislar el título de enfermera.

No fue la posición administrativa de Florence Nightingale lo que hizo posible la creación de la escuela de Enfermería del Saint Thomas Hospital de Londres, cuyo modelo de formación influiría en casi todo occidente. Lo que habilitó la posibilidad de un ejercicio enfermero socialmente reconocido fue los resultados de la labor realizada por las enfermeras nigthingalianas en el Hospital de Scutari (Turquía) durante la guerra de Crimea, puestos de manifiesto en las primeras estadísticas sanitarias que Florence envió a Londres para demostrar el espectacular descenso de la mortalidad entre los heridos. Puede ser interesante analizar la creación del título de enfermera en cada país a la luz de esta proposición.

9. El mayor grado de desarrollo profesional de la Enfermería se ha logrado cuando el ejercicio enfermero ha estado regido por principios profesionales, enseñado por las propias enfermeras y gestionado con autonomía.

Por el contrario, las realidades basadas en la dependencia hacia otras disciplinas han oscurecido el devenir de la profesión, debilitándola a tal extremo que se ha llegado incluso a suplantarla por otros perfiles subalternos. Durante años, organismos internacionales tan influyentes como la Organización Mundial de la Salud, han instado a los países a fortalecer la Enfermería por su impacto en la salud de los ciudadanos.

10. Una visión integradora (no selectiva) de la Historia de la Enfermería ha de contribuir a normalizar la identidad de las enfermeras como profesionales llamados a prestar un servicio esencial a la humanidad.

La Enfermería es una profesión que ontológicamente entronca con los orígenes del ser humano como especie. De esta manera, el conocimiento cabal de su historia permite comprender una dimensión importante de la evolución humana, la que tiene que ver con la forma de satisfacer nuestras necesidades relacionadas con la supervivencia.

El conocimiento de la historia de la Enfermería cumple también una función esencial para los propios profesionales, la de desobstruir su proceso de socialización como grupo y la creación de su memoria colectiva.6 Nos ayuda a comprender los conceptos centrales que configuran la disciplina enfermera y las formas de pensamiento que la han hecho evolucionar como ciencia aplicada.

Finalmente, la historia hace visible la verdadera naturaleza de la Enfermería, a la vez que combate las falacias que tanto estropean la identidad profesional. Ni la Enfermería se encuentra en un estado embrionario crónico (los fundamentos de la profesión ya están formulados), ni es una profesión propia de mujeres (aunque dominan sobre su quehacer los valores de la feminidad), ni ha surgido de la subalternidad (aunque en su independencia comparte con otros profesionales las relaciones de interdependencia necesarias para resolver los problemas complejos de la salud).

La historia de la Enfermería no puede entenderse como una suma de acontecimientos cronológicos aislados, flotando en el pasado como casualidades sin relación aparente. ¿Cómo ha de hacerse entonces? La Enfermería se ha construido en la historia a partir de demandas sociales expresadas de manera muy concreta cuando se trata de satisfacer necesidades básicas alteradas por enfermedades u otras aflicciones, o como consecuencia de calamidades, crisis y carestías. Desarrollando intervenciones enfermeras culturalmente congruentes, con arreglo a las formas de pensamiento, los usos de la vida cotidiana y la influencia de los conocimientos bio-médicos. Y concretándose como saber práxico-prescriptivo en el marco legislativo de cada época, normalizándose en el contexto gubernamental, incorporándose en los ordenamientos institucionales, hasta finalmente alcanzar la autorregulación como una de las profesiones más consolidadas y socialmente más reconocidas.

En la pedagogía de la historia, los profesionales de Enfermería tenemos que apartarnos de discursos lastimeros para sentir la necesidad de establecer sólidas alianzas con la ciudadanía,14 de asumir el compromiso que como ciencia aplicada nos corresponde:15 devolver a los ciudadanos el conocimiento que ellos nos prestaron, transformándolo en soluciones creativas y efectivas para mejorar su bienestar.

Bibliografía

  1. Amezcua, Manuel; González Iglesias, Mª Elena. La creación del título de Enfermera en España: ¿cien años de una incoherencia histórica? Index de Enfermería 2015; 24(1-2): 7-9.
  2. González Iglesias, María Elena; Amezcua, Manuel; Siles González, José. El título de enfermera en España a través del análisis documental: el caso de las Siervas de María, Ministras de los Enfermos. Temperamentvm 2010; 6(12). Disponible en https://www.index-f.com/temperamentum/tn12/t1210.php [acceso: 10/08/2015].
  3. Amezcua, Manuel. La integración de la Enfermería en la Universidad: una historia inacabada. Temperamentvm 2015, 22. Disponible en https://www.index-f.com/temperamentum/tn22/t2200.php [acceso: 10/08/2015].
  4. Domínguez Alcón, Carmen. La infermería a Catalunya. Barcelona: Ed. Rol, 1981.
  5. Amezcua M. «Los estudios y los estudiosos de los cuidados en España: lo histórico como elemento de identidad». Index de Enfermería. 1993; 2 (4-5):16-24.
  6. Siles González, José. La construcción social de la Historia de la Enfermería. Index de Enfermería 2004; 13(47): 7-10.
  7. Siles J. Antropología narrativa. Alicante: CECOVA, 2000.
  8. Reina Leal, Liliana Marcela; Amezcua, Manuel; y Red Internacional de Centros Colaboradores de la Fundación Index. Comentarios a DEGRA Declaración de Granada sobre Conocimiento Enfermero. Index de Enfermería 2013; 22(4):246-247.
  9. Waldow, Vera Regina (comp.). El Cuidado de Enfermería: reflexiones entre dos orillas. Granada: Fundación Index, 2014.
  10. Amezcua, Manuel; Hernández Zambrano, Sandra Milena. Investigación sobre el cotidiano del sujeto: oportunidades para una ciencia aplicada. Texto Contexto Enferm 2012; 21(3):675-683.
  11. Hernández Conesa, Juana M; Maldonado Suarez, Enrique; Navarro Perán, María Ángeles; Beneit Montesinos, Juan Vicente. El modelo educativo y sanitario de la España tridentina: entre la auctoritas y la potestas. Murcia: Diego Marín Ed., 2013.
  12. Illich, Ivan. Némesis Médica. La expropiación de la salud. Barcelona: Barral ed., 1975.
  13. Foucault, Michel. El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica. Madrid: Siglo XXI, 2007.
  14. Amezcua, Manuel. Enfermeras y Sociedad, ¿son pensables las alianzas? Index de Enfermería 2014; 23(1-2): 7-9.
  15. Amezcua Manuel. From production to discovery: looking for the social impact of publications. Texto contexto – enferm.  2015  June;  24( 2 ): 299-300.

La Gota de Leche

Autoras: Laura Zafora Roque, Virginia Sánchez-Cañete Martínez, Cristabel Castillo Valdivia, 1º B;  Laura Ruiz Gómez, 1ºA (2015-2016)

Los Consultorios de Lactantes y Gotas de Leche fueron el lugar de trabajo de los puericultores, los cuales eran especialistas en pediatría, dentro de la medicina social de la época. Jesús Sarabia y Pardo definió la puericultura como “una acción mecánica y social que es necesaria para la defensa de la natalidad, disminución de la mortalidad y, por tanto, el progreso demográfico de las naciones”.

En las últimas décadas del siglo XIX surgió una gran preocupación por la mortalidad infantil que azotaba a las ciudades de España, más acusada en el medio rural, según se demostró en un estudio realizado por el Instituto Geográfico y estadístico entre 1900-1905. En consecuencia a la gran preocupación, Francia fue pionera en la creación de leyes para proteger la infancia. Entre 1877 y 1904 surgieron leyes que abarcaron desde la regulación de la lactaria regulada por nodrizas, hasta ciertas limitaciones en el trabajo desempeñado por niños y mujeres embarazadas en distintos países europeos.

La Gota de Leche corresponde a una iniciativa francesa, cuya finalidad era el suministro diario gratuito o semigratuito de leche esterilizada para la alimentación infantil. Esta idea se fue extendiendo, por Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos. En España existen a partir de 1902 en Barcelona.

Por otra parte, los consultorios, cuya finalidad se basó en el cuidado de los recién nacidos basados en la alimentación e higiene llegó a 1904, e incluyó el servicio de esterilización y reparto de leche. Entre 1902 y 1912 se abrieron en toda España aproximadamente 34 consultorios o gotas de leche. En 1916 se instauró la Gota de Leche en Granada. Dichos centros fueron subvencionados en parte por los ayuntamientos y por la caridad privada, y en algunas ocasiones incluyendo a Granada colaboraron las juntas provinciales de protección a la infancia.

Se creó la Escuela Nacional de Puericultura que supuso un avance positivo en la atención preventivo-social a la infancia.

Primera Gota de Leche en España: Madrid

Rafael Ulceia y Cardona (1850-1912) fue pediatra en la segunda mitad del s. XIX. Debido a la gran mortalidad infantil, Ulceia decidió formar en Madrid una institución para mejorar la vida copiándose de las Gotas de Leche en Francia y Bélgica, siendo la primera Gota de Leche de España. Ulceia contó con el apoyo de los marqueses de Casa-Torre y con la protección de la Reina Madre de doña María Cristina de Habsburgo.

El día 22 de enero del 1904 se abre el primer Consultorio de Niños de Pecho y Gota de Leche en Madrid. Este consultorio era mantenido por las cuotas de la Junta de Señoras además por donativos anónimos e ingresos de ciudadanos voluntarios pero el gran ingreso era el cobro de la leche. El Dr. Dionisio Gómez Herrero fundó la Institución Municipal de Puericultura y Gota de Leche.

En la Gota de Leche había dos compartimentos, uno para proporcionar la leche y otra de “lactancia vigilada” cuyas madres daban de comer a sus hijos o repartían su leche para una lactancia mixta pero a su vez eran separadas, uno para niños sanos y otro para niños enfermos. La leche procedente de granjas y lecherías eran manipuladas por la maquinaria del Centro y se repartían a las mujeres la cantidad para un día y en envases esterilizados para cada toma. Controlaban a las madres en la forma de criar a sus hijos obligándoles ir una vez a la semana para pesar al niño. Una de tantas críticas a estas Gotas de leche era el daño moral a la lactancia materna.

La Gota de Leche de San Sebastián

Esta Gota de Leche fue pionera en España en elaborar la leche esterilizada, estaba unida a la Casa-Cuna central de Expósitos y a la granja de Fraisoro. El dueño de la granja, Henri Delaire, aprendió la técnica de maternización y pasteurización de la leche para llevarla a cabo en la granja. Debido  a esto había una Gota de Leche para los expósitos de Fraisoro, además se beneficiaban los niños del Asilo de San José de la capital guipuzcoana. Debido a la cantidad de leche los beneficiarios se extendió a hijos de familias pobres.

El alcalde de San Sebastián, que era además el presidente de la Caja de Ahorros Municipal, propuso a dicha caja la apertura de una Gota de Leche en la ciudad. Publicitaban la leche a precios muy económicos e incluso gratis a las familias que no pudieran permitírselo. La Gota de Leche de San Sebastián desapareció en 1984.

La Gota de Leche de Sevilla

El Consultorio de Niños de Pecho de Sevilla fue creado el 8 de Enero del año 1906. Fue fundado por Ciriaco Esteban, Jerónimo Oliveras Piscol y José Román Chico. Además estos mismos eran los que se encargaban de las consultas. El Consultorio se encuentra en el barrio Santa Cruz, más concretamente en la calle Manuel Rojas Marcos, 6. Más tarde, en los 90, se crea la Fundación Gota de Leche, la cual estaba interesada en la erradicación de la pobreza en la infancia y la desnutrición.

Consta de una serie de programas que tienen como fin la mejora de la calidad de vida en familias con pocos recursos, y por supuesto en los menores. Algunos de estos programas son: Proporcionar desayunos a los niños que se encuentren en situación de riesgo social, esto lo hacen en centros educativos; Brinda apoyo a la integración de adolescentes que proceden de otros países, así como a la integración laboral de madres jóvenes de otros países.

La Gota de Leche de Logroño

Se inaugura el 10 de abril de 1905 y se encuentra situada en la calle Once de Junio, 2. Desde que se originó ha ido adaptándose a las necesidades del municipio de Logroño.  Actualmente La Gota de Leche es un centro de actividades culturales y recursos juveniles.

La Gota de Leche de Alicante

Constituida en el 1923  y fomentada por Carlos Manero y creada por el Ayuntamiento de Alicante. Fue posible gracias a la acción decidida de tres doctores, Pascual Pérez, Ángel Pascual y Rafael Gandulla, conscientes de los graves problemas que a la más temprana edad producía la malnutrición de los niños huérfanos o de familias desfavorecidas.

El dispensario de la Gota de Leche fue construido en  el recibidor del Consistorio, en la Plaza Santísima Faz.  Cada mañana los doctores les proporcionaban a los cuidadores los biberones, pesaban y median a los niños y daban consejos a las madres sobe el cuidado de sus hijos para así favorecer su salud. Acudían al día más de 100 lactantes.

Se crearon posteriormente las ‘Tómbolas’, las cuales eran verbenas que se realizaban en la calle en verano. Se desarrollaban en la Plaza de Gabriel Miró. Allí los ciudadanos adinerados  cooperaban donando dinero u objetos para su posterior subasta para así recaudar fondos para institución. Esta idea prosperó de tal manera que consiguió costear los gastos de ‘La Gota de leche’ y además permitió construir un edificio para la institución, que se construyó en el solar de la actual biblioteca alicantina Paseíto Ramiro.

La Gota de Leche de Granada

El Consultorio de niños de pecho y Gota de Leche fue fundado y dirigido por D. Rafael García Duarte González en 1916. Se instaló en la Gran Vía y más adelante fue trasladada a la calle Ancha de Sto. Domingo.

La Gota de Leche de Cartagena

La Casa del Niño fue creada el 14 de octubre de, sita en la calle Tolosa Latour, 2, en la que se encargaban de la actividad “gota de leche” debido a la carencia de alimentación entre los niños de esta ciudad. Sigue activa actualmente repartiendo pañales y leche maternizada a madres que no pueden dar de mamar a sus hijos o que no disponen de recursos suficientes para adquirir su alimentación. Brindan ayuda a un centenar de niños de entre 0 y 2 años.

La Gota de Leche de Gijón

La Gota de Leche se encuentra situada en la calle Palacio Valdés. Fue creada en 1922 impulsada por el Doctor Avelino González aunque no fue hasta el 2 de septiembre de 1927 cuando se inauguró. Se trataba de un Instituto de Puericultura. Entre las funciones de este destacaban una casa cuna, se proporcionaba leche maternizada, además poseía una clínica infantil, laboratorio, clínica prenatal, un consultorio de maternidad y una escuela para la formación de enfermeras.

En el año 1923 se crea una Casa – Cuna para los hijos de madres trabajadoras. En 1927 comienza a funcionar la Escuela Provincial de Puericultura, de la que fue fundador y director el Dr. D. Avelino González.

La Gota de Leche de Gijón fue un modelo ejemplar. Sus servicios fueron un ejemplo para otras instituciones españolas. En 1941 D. Avelino funda la segunda Gota de Leche junto a Juan Bosch Martín, y se inaugura en el año 1949. Se le bautizó como ‘Hogar Maternal e Infantil’. Estaba provisto de un comedor para embarazadas y madres en periodo de lactancia, una escuela para madres, guardería y hogar infantil. Gracias al Dr. Avelino, Gijón consiguió colocarse entre las poblaciones con menor mortalidad infantil.

La Gota de Leche de Melilla

En 1915, preocupado y sensibilizado por la miseria en la que se encontraban la mayoría de habitantes en Melilla, el Presidente de la Junta Arbitrios, el Señor General D. José Villalba Riquelme, convocó para una reunión a las personalidades más destacadas de la ciudad. El resultado fue la idea para formar una Asociación General de Caridad, uniéndola a la Protección de la Infancia y Represión de la Mendicidad que él presidía, los estatutos de estas sirvieron de base para redactar los de la nueva Asociación. Quedó fundada el 21 de enero. A los dos días se inauguró el Comedor de Caridad.

Desde su fundación, su nombre oficial fue el de Asociación General de Caridad, pero era conocido popularmente como “Gota de Leche”. En 1977 sufrió un cambio de nombre a “Centro Asistencial de Melilla”, siendo este su nombre actual. En 1918 se proyecta una Escuela-Asilo, como complemento, de forma que continúen los acogidos hasta formarles como hombres útiles a la sociedad. Este año también se habilita una sala-cuna para niños pobres.

Desde su inicio, su obra se fue ampliando y construyéndose distintos departamentos, según surgían necesidades. En 1922 empezaron a acoger los primeros niños huérfanos. En este año se iniciaron los trámites para crear el Asilo de Niños y Ancianos, inaugurado dos años más tarde y que con el paso de los años se fue ampliando.
En este mismo año la Asociación contaba con un Comedor Popular, destinado a obreros, de los cuales algunos pagan una cuota diaria y otros no podían hacerlo. Llegó a contar con 800 comensales. Con el tiempo pasó a Auxilio Social.

Organizaban gran cantidad de tómbolas, festivales, cantinas escolares… ya que las fuentes de ingresos eran muy pequeñas ante las pocas posibilidades de las personas beneficiarias, también recibían donativos. En 1928, ante la dificultad de las madres trabajadoras de cuidar a sus hijos, se creó una Casa-Cuna donde podían dejar los hijos durante todo el día, pudiéndolos recoger por la tarde. Se admitían niños entre 6 meses y 3 años de edad.

En 1936 se fundó el Comedor de Madres Lactantes, de donde se llevaban leche para sus bebés. También se creó, para niñas necesitadas, el taller de puericultura para niñas  aunque más tarde como consecuencia de las nuevas legislaciones sobre la enseñanza y colegios desapareció, al igual que pasó con la Casa – Cuna.

En 1940 se amplía la estancia de los menores de 6 a 14 años, para que terminaran el Bachillerato. El número de acogidos ascendía a 238 internos y 1.031 externos.
También se barajó la construcción de una Residencia para Matrimonios.

En 1986 vuelve a implantarse la Casa-Cuna, aunque esta vez con características diferentes, por los problemas fronterizos entre Melilla y Marruecos. Acogen a niños entre 0 y 3 años, que han sido maltratados, abandonados o que los padres tengan retirada la patria potestad. Los niños que llegan al centro es a través de Protección de Menores. En 1990 se crea el Centro de Acogida, acogen a jóvenes entre 14 y 18 años, que sufran cualquier clase de marginación. Este centro solo duró un año debido a la falta de medios que causó su cierre.

En 1992,el Ministro de Asuntos Sociales plantea la necesidad de acoger a mayores de 14 años que no puedan estar acogidos por su familia. El resultado fue la creación del Centro Hermano Eladios, existiendo aun en la actualidad. En 1944, se crea un nuevo centro de Menores: Lucas Lorenzo, en este centro se acogen a chicos mas conflictivos que en el centro anterior.

Hermandad del Refugio de Zaragoza

Bibliografía

Alicante Actualidad. La historia de “La Gota de Leche” en Alicante. Alicante Actualidad [página web], 26/7/2013. Disponible en https://www.alicanteactualidad.com/actualidad/la-historia-de-la-gota-de-leche-en-alicante/ [acceso: 9/2/16].

Banco Mediolanum, S.A. Fundación Gota de Leche. Mediolanum@proxima [página web], 11/11/2014. Disponible en https://mediolanumaproxima.org/fundacion-gota-de-leche.html [acceso: 10/2/16].

García Nieto, V.M; Arana Amurrio, J.I; Fernández Menéndez, J.M; Fernández Teijeiro, J.J: Gorrotxategi Gorrotxategi, P.J; Ponte Hernando, F; et al. Historia y significación de las Gotas de Leche en España. Número 8. Asociación Española de Pediatría, 2014.

González, Antonio. La “Gota de Leche” del siglo XXI. La opinión de Murcia [página web], 10/1/16. Disponible en https://www.laopiniondemurcia.es/cartagena/2016/01/10/gota-leche-siglo-xxi/704901.html [acceso: 10/2/16].

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Lady Sterling. La Gota de Leche. Lady Sterling [blog], 31/1/2012. Disponible en https://lady-sterling.blogspot.com.es/2012/01/la-gota-de-leche.html [acceso: 12/2/16].

Pérez Rojas, Javier; La Arquitectura. En Martín Ceballos, J (edit). Cartagena, 1874-1936 (transformación urbana y arquitectura). Murcia: Editorial Regional de Murcia, 1986: 284.

Rodríguez Ocaña E, Ortiz Gómez T, García-Duarte Ros O. Los consultorios de Lactantes y Gotas de Leche en España. JANO 1985; 29 (663-H): 1066-1072.

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Universidad de Granada. Departamento de pediatría, historia. Universidad de Granada [página web], 2014. Disponible en https://www.ugr.es/~pwpedia/historia.php [acceso: 9/2/16].

Vélez Berenguer. Adiós a las Hijas de la Caridad de la ‘Gota de Leche’. El Faro Digital, 22.11.2011. Disponible en https://elfarodigital.es/melilla/sociedad/74155-adios-a-las-hijas-de-la-caridad-de-la-gota-de-leche.html#sthash.sOd2G69m.JnWCz4U2.dpuf  [acceso: 9/2/16].

Wikipedia. La Gota de Leche. Wikipedia. Disponible en https://es.wikipedia.org/wiki/La_Gota_de_Leche [acceso: 9/2/16].

Stanisława Leszczyńska, la partera de Auschwitz

Autora: Julia Kuziemska, 1ºA (2015-2016)

Biografía

Stanisława Leszczyńska (Sierva de Dios, es decir una persona considerada especialmente pía en su fe) nació el 8 de mayo en el año 1896 en Lodz (Polonia), en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Cuando Stanislawa tenía cinco años de edad, su padre fue reclutado por el ejército ruso, y durante cinco años sirvió en Turquestán. La carga de mantener a la familia cayó por completo en Henryka, que trabajó duro en una fábrica durante catorce horas al día. En tal situación, Stanislawa tomó sobre sus hombros la responsabilidad de cuidar a sus hermanos y realizar muchas tareas de la casa. Al cumplir siete años Stanislawa asistió a una escuela privada, donde las clases se impartían en polaco; lo que no es tan obvio dado que  durante este periodo la ciudad de Lodz se encontraba bajo la influencia rusa (en el 1795 las estructuras gubernamentales de Rusia, Prusia y Austria llevaron a la eventual desaparición del país. Polonia recobró su independencia tras la Primera Guerra Mundial, en el 1918).

En el 1908 para ganarse la vida su familia emigró a Brasil donde residía una familiar de su madre. Ahí Stanisława asistió a una escuela de Río de Janeiro, en la que las clases se impartían en portugués y alemán. El conocimiento de este último resultó  extremadamente importante durante la Segunda Guerra Mundial. Después de dos años, junto con su familia regresó a Polonia.

Durante la Primera Guerra Mundial durante los años 1914-1916 trabajó en el Comité para la Ayuda a los Pobres. En el año 1916 se casó con un impresor, Bronislaw Leszczynski, y tuvieron cuatro hijos. Ya estando casada realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Maternidad en Varsovia, que terminó con Matrícula de Honor. Tras graduarse comenzó el trabajo de partera; ese trabajo trató más bien como una vocación y ministerio que como una profesión. En el periodo de entreguerras Stanislawa asistía a partos en casas particulares – en ese tiempo el dar a luz en casa fue algo natural. Durante los 38 años de su trabajo como partera no murió ni un solo niño que nació, y ni una sola madre que dio a luz.

Durante la Segunda Guerra Mundial frecuentemente ayudaba a los judíos y las personas amenazadas por la Gestapo (la policía secreta oficial de la Alemania nazi): proporcionaba alimentos y documentos falsos producidos en secreto por su marido en su imprenta. En 1943 fue arrestada y llevada al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Recibió el número 41335.

Partera de Auschwitz Birkenau

En Auschwitz Birkenau, Stanisława Leszczyńska trabajó de partera hasta la liberación del campo por el Ejército Rojo el 27 de enero del año 1945. Las autoridades nazis (entre otros el famoso médico Dr. Mengele, quien realizó investigaciones genéticas con humanos) exigían que Stanislawa practicase la eutanasia de los recién nacidos: a los niños judíos después del nacimiento no había que cortar el cordón umbilical, sino con la placenta tirarlos a la basura. Ella nunca cumplió esa orden. Leszczyńska no mató ni a un solo niño, y siempre que fuera posible, intentaba envolverlos en retazos de tela o papel y ponerlos bajo las mantas ásperas de la madre.

Las condiciones que predominaron en el campamento estaban lejos de la esterilidad. Para acentuarlo hay que mencionar que por 1200 pacientes al día había solo unas pastillas de aspirina. Partos de las madres agotadas, hambrientas, asustadas fueron recibidos en condiciones inhumanas, en la tierra, en el frío, entre diferentes insectos y enfermedades. A pesar de eso, Stanislawa Leszczynska se hizo famosa gracias al hecho de que las mujeres, a las que acompañó durante el nacimiento del parto, a pesar de la extrema falta de higiene nunca tuvieron infección o complicación alguna.

El equipamiento inseparable de esta matrona polaca, en sustitución de los apósitos, fue un rosario. Trabajaba con una oración en sus labios. Lo que es más, bautizó a todos los niños. Asistió a alrededor de 3.000 partos. Unos 2.500 recién nacidos murieron, unos pocos cientos con los ojos azules fueron enviados a Alemania para ser germanizados, unos treinta salieron del campo por su propia fuerza.

Fuentes y Bibliografía

-Gnacikowska W, Podolska J. Przybądź w jednym pantofelku. Gazeta Wyborcza Łódź. 2010. (artículo disponible solo en polaco).
– Sin autor. Stanisława Leszczyńska. Wikipedia. Disponible en: https://pl.wikipedia.org/wiki/Stanis%C5%82awa_Leszczy%C5%84ska
-Sin autor. Stanisława Leszczyńska 1896–1974. Wirtualnym Muzeum Pielęgniarstwa Polskiego (Museo de la Enfermería en Polonia, página en polaco). Disponible en https://www.wmpp.org.pl/pl/pielegniarki-na-frontach/ii-wojna-%C5%9Bwiatowa/stanis%C5%82awa-leszczy%C5%84ska.html
-Szkudelska I. Stanisława Leszczyńska. Głos Ojca Pio [revista], 65/5/2010. Disponible en: https://glosojcapio.pl/index.php?option=com_content&task=view&id=2433&Itemid=75

Nightingale y las Diaconisas de Kaiserswerth

Autora: Maribel Viñas Jurado, 1º A (2015/16)

A principios del siglo XIX, un pastor protestante de la parroquia alemana de Kaiserswerth, Theodor Fliedner, junto con su mujer Friederike Munster, quisieron consagrar su servicio al cuidado de los enfermos, así como a la enseñanza de la asistencia sanitaria. Tras varios años dedicados a su instrucción sobre la atención médica y de enfermería abrieron en 1836 un pequeño hospital en Kaiserswerth, donde pusieron en marcha una escuela de formación para diaconisas.

Las Órdenes de Diaconisas fueron reavivadas por las iglesias protestantes durante el siglo XIX. Las diaconisas prometían trabajar por Cristo, sin recibir salario a cambio. Con estas premisas que regían a las Diaconisas, Fliedner, desarrolló un sistema por el que consiguió contar con un grupo de mujeres que cuidaban a los enfermos más necesitados. Se distinguían por su uniformidad, que consistía dentro del hospital en un vestido azul, delantal blanco, cuello vuelto, y cofia blanca con un volante alrededor del rostro que se ataba bajo la barbilla mediante un lazo blanco. Cuando salían fuera de los hospitales llevaban capas negras, con tocas del mismo color encima de la cofia.

En la Escuela de Kaiserswerth se impartía una importante formación ética referida a la labor que realizaban las diaconisas enfermeras, estudios de farmacología, teoría y práctica del cuidado de enfermos, y doctrina religiosa. El programa de estudios duraba 3 años.

Todo el sistema se basaba en una fuerte disciplina profesional, de forma que las alumnas debían de cumplir un periodo de prueba que duraba de tres meses a un año al principio. Al finalizar los tres años se les exigía superar una prueba estatal, además de haber aprobado todos los exámenes. Las graduadas del programa se repartieron por todos los rincones del mundo para ayudar en el cuidado de los enfermos y necesitados. La importancia de este centro traspasó fronteras, recibiendo muchas visitas, entre las que destacó la de Florence Nightingale.

A partir de esta visita, siguiendo el modelo de las Diaconisas de Kaiserswerth, y su método de enseñanza de los cuidados, Nightingale desarrolló en el Saint Thomas de Londres un programa formativo de Enfermería basado en normas profesionales muy estrictas. Florence Nightingale sentó las bases de una nueva Enfermería profesional, dotada de un cuerpo de conocimiento propio.

Nightingale dedicó su vida al servicio de la humanidad, siendo una persona muy significativa en la mejora de los procesos sociales de aquella época. Pero fue en el ámbito de la Enfermería donde destacó su labor. Llegando a convertirse en el verdadero icono de la historia de la Enfermería moderna.

Bibliografía

– Fondón Robledo, Lucio. Primera Escuela de Enfermería: las Diaconisas de Kaiserswerth. Disponible en:
http//issuu.com/luforo/docs/primera_escuela_de_enfermer_a [Consultado en enero de 2016].
–  karolynG.  El Nacimiento de la Enfermería Moderna. ClubEnsayos.com [blog], 14/11/2012. Disponible en:
https://www.clubensayos.com/Historia/El-Nacimiento-De-La-Enfermeria-
Moderna/418423.html [consultado en enero de 2016].
– González Escudero, C.; González Santos, P.; Mañas Rueda, C.; Suárez Castañón, J.L.; Theodoro Fliedner, «Padre de las Diaconisas» de Kaiserswerth, y su aportación a la enfermería profesional; Híades: Revista de Historia de la Enfermería 2000; 7: 229-238.

La Viruela

Autora: Claudia Casanova Del Vas 1º (2015-2016)

Se trata de una enfermedad muy grave que se puede transmitir de una persona a otra, es decir, es una enfermedad contagiosa (que se transmite por contacto directo o por fluidos). Es provocada por un virus, el variola virus. Variola es un término que proviene del latín y significa moteado, refiriéndose a los bultos que salen por el cuerpo y la cara. Además, se trata de una enfermedad que puede ser mortífera, las personas que sobreviven quedan gravemente afectadas: ciegos, estériles con recalcadas cicatrices, etc. Se puede clasificar en una de las enfermedades más devastadoras de la humanidad, ya que provocó la muerte de más del 30% de las personas que la contraían y el declive de civilizaciones. Fue declarada como enfermedad erradicada en 1979 tras un programa de vacunación.

Las primeras víctimas

Gracias a diferentes estudios se cree que la viruela apareció en la India o en Egipto hace 3000 años. Una de sus primeras víctimas conocidas fue el Faraón Egipcio Ramsés V, que murió en 1157 a.C. Sus restos nos muestran marcas de viruela en su piel.

La enfermedad se expandió por Asia, África y Europa, debido a las rutas de comerciantes, llegando hasta las Américas en el siglo XVI y causando el 90% de las muertes durante la colonización. Además, fue una de las causas del declive Azteca a partir de 1519 con la llegada de los conquistadores españoles. Se cree que la viruela causó la muerte de 60 millones de personas en Europa, en el siglo XVIII. Y en el siglo XX, acabó con unos 300 millones de personas en todo el mundo.

Causas

Se trata de una enfermedad muy contagiosa que se transmite mediante saliva, por contacto directo con la persona contagiada u objetos de su propiedad (sábanas, ropa, etc.). La etapa más contagiosa es en sus inicios, durante la primera semana, pero lo sigue siendo hasta que se cae la última costra de la piel. Esta enfermedad es causada por el virus: “variola virus” y el virus “variola minor” provocaba una forma de viruela con menor gravedad. De manera que hay dos formas de viruela:

La viruela mayor: es una enfermedad muy grave, causa de la muerte de muchas personas que la contraen y que no hayan sido vacunadas.
La viruela menor es una infección leve que rara vez causa la muerte.

Síntomas

Los síntomas se inician de los 12 a 14 días, tras haber sido infectado por el virus, se suele empezar con fiebre seguido de dolor de espalda, diarrea, sangrado excesivo, fatiga, fiebre alta, náuseas y vómitos, dolores de cabeza y el síntoma más destacable: erupciones cutáneas de color rosado que llegan a formar úlceras, pústulas llenas de líquido (algunas capaces de unirse y formar grandes encharcamientos) y la formación de llagas en la boca, nariz, garganta, etc. A la tercera semana aproximadamente, se empezaban a despegar las costras de la piel.

Generalmente, durante la segunda semana morían alrededor de un 30% de las personas infectadas por viruela del tipo viruela major. La mayoría de los sobrevivientes mantenían grandes cicatrices. Además, podían darse otras deformidades, como la pérdida de tejido labial, nasal y cartilaginoso. Debido a las costras en las córneas, el infectado podría quedarse ciego. La viruela minor era menos grave y provocaba menos muertes. También, la viruela puede desencadenar una serie de complicaciones, tales como: artritis e infecciones óseas, encefalitis, infecciones en los ojos, neumonía. Sangrado grave, infecciones en la piel, etc.

Tratamiento

No existe un fármaco específico para el tratamiento de esta enfermedad, pero es posible suministrar antibióticos para las infecciones que se den en personas que la padezcan. La batalla humana contra la viruela inició hace 2.000 años. En Asia se usó una técnica conocida como “viruelización”, que consistía  en infectar a la persona, introduciendo con aire a presión, costras de viruela, por la nariz. Las personas que recibían este tratamiento, contraían un tipo más benévolo de viruela y desarrollaban una inmunidad de por vida.

En 1796, se realizó un descubrimiento muy importante en la historia de esta enfermedad, tras a un experimento del doctor inglés Edward Jenner, que mostró que la inoculación de una variedad similar de la viruela, presente en vacas, era capaz de protegernos contra la enfermedad. Este descubrimiento fue clave para el posterior programa de vacunación, tratamiento más eficaz capaz de prevenir esta enfermedad.

Tras el contagio de más de 10 millones de personas en 1967, la OMS puso una campaña de erradicación de la viruela que se basaba en la vacunación. De manera que los casos de viruela se redujeron en gran medida, quedando exclusivamente en el Cuerno de África y ocurriendo el último caso conocido en Somalia en 1977.

La vacunación contra la viruela terminó en Estados Unidos a inicios de la década de 1970, ya que se había conseguido disminuir la incidencia de la enfermedad. Actualmente solo la reciben trabajadores sanitarios y del servicio de urgencias, y además miembros del personal militar y algunos trabajadores civiles por la amenaza del bioterrorismo, siendo la viruela un arma biológica.

Fuentes

-National Geographic. Viruela. (Fecha no especificada). Disponible en: https://nationalgeographic.es/ciencia/salud-y-cuerpo-humano/viruela
-Sin autor. Viruela. Medline Plus. 2015. Disponible en: https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001356.htm
-The Collage of Physicians of Philadelphia. Historia de la viruela. The History of Vaccines, 2014. Disponible en: https://www.historyofvaccines.org/es/contenido/articulos/historia-de-la-viruela

La enfermedad de la Tuberculosis

Autor: Raúl Rodríguez García 1ºC (2015/2016)

Introducción

Se trata de una enfermedad infecciosa causada principalmente por la bacteria  Mycobacterium tuberculosis, y que dependiendo del órgano al que afecte, producirá una serie de síntomas de gran variedad. A lo largo de la historia, la tuberculosis ha sido conocida por diversos nombres como pueden ser peste blanca o mal del rey.
La tuberculosis afecta principalmente al pulmón, por lo que la principal vía de infección son las secreciones respiratorias que profieren personas ya infectadas con esta enfermedad. Con tan solo respirar el mismo aire que respira un enfermo de tuberculosis, una persona puede quedar infectada.

Historia

Para saber sobre el inicio de la tuberculosis tenemos que retornar a la época del paleolítico, donde datan evidencias de casos de esta enfermedad en restos neolíticos precolombinos. En la Edad Media se hicieron las primeras pruebas que permitieron saber más sobre esta enfermedad. También en esta época se propagó la creencia de que reyes como el de Inglaterra o Francia podían curar la enfermedad con tan solo tocar a los enfermos, es por ello que se conozca también como “mal del rey”.
Fue en el siglo XVIII cuando la tuberculosis alcanzó su máximo apogeo, concretamente en Europa Occidental. Este crecimiento fue causado entre otros motivos por malas ventilaciones, una mala nutrición, un pobre saneamiento… En este tiempo se dio a conocer la enfermedad también como “peste blanca”.

El punto más importante a destacar en la historia de la tuberculosis tiene lugar en el año 1882, cuando Robert Koch identifica al causante de este mal, un microorganismo al que le puso el nombre de bacilo tuberculoso. El experimento de Koch consistía en una tinción, y a continuación se cultivaba el bacilo para su reproducción tras ser inyectado en animales destinados a la experimentación. Este avance permitió el desarrollo de la investigación, el tratamiento y la cura de esta enfermedad.
El primer sanatorio para el tratamiento la tuberculosis surgió en Silesia (Alemania). Gracias a la implantación de estos sanatorios, se propagaron una serie de antibióticos que fueron fundamentales para la cura de la enfermedad.

Síntomas

En algunos casos la tuberculosis suele ser crónica y los síntomas de esta enfermedad son muy diversos, aunque pueden tardar en aparecer entre meses y años. Algunos de los síntomas son:
– Cansancio muscular.
– Pérdida tanto de apetito como de peso.
– Tos intensa con sangre o esputo.
– Fiebre, diarrea.
– Dolor torácico.

Tratamiento

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tuberculosis es una enfermedad que aunque es muy peligrosa y contagiosa, tiene tratamiento y por lo tanto cura. Una intervención quirúrgica es algo complicado y poco eficaz, por lo que el tratamiento principal se basa en la distribución de medicamentos durante un período aproximado de seis meses. Los medicamentos son exactamente cuatro: isoniazida (INH), rifampicina (RIF), etambutol (EMB) y pirazinamida (PZA). Este tratamiento incluye el seguimiento, el apoyo y la supervisión de personal sanitario experimentado; ya que sin esta ayuda la cura de la enfermedad es inviable, e incluso puede provocar propagación mayor.
Según datos de la OMS, se estima que se han salvado alrededor de 43 millones de vidas a través del tratamiento específico para la enfermedad, en un período estimado entre los años 2000 y 2014.

Curiosidades

– Uno de los descubrimientos acerca de la tuberculosis fue que gracias a la pasteurización de la leche que procedía de animales infectados de tuberculosis bovina se terminó con la propagación de esta en los humanos.
– Una tercera parte de las personas que padecen VIH, también padecen la enfermedad de la tuberculosis
– Existe una tuberculosis multirresistente que no responde al tratamiento basado en el suministro de los medicamentos que sí son eficaces contra la tuberculosis corriente (isoniazida y rifampicina).
– La tuberculosis también es conocida como tisis, debido a que uno de los síntomas de la enfermedad es la importante pérdida de peso. Una persona con gran delgadez es conocida como tísica, de ahí el origen del nombre.

Conclusión

Cuando hablamos de tuberculosis, pensamos en una enfermedad que tuvo su apogeo muchos años atrás y no le “tenemos miedo” ya que no vemos numerosos casos en nuestro entorno, es decir, en los países desarrollados. Pero la realidad es otra, ya que la tuberculosis aunque no lo parezca sigue siendo un problema en los países en vías de desarrollo. Como hemos dicho anteriormente y según datos de la OMS, la mortalidad mundial ha disminuido un 40% desde 1990.
Lo realmente preocupante es que aunque los casos de la enfermedad de la tuberculosis han descendido de forma considerada, están aumentando de manera progresiva los casos de tuberculosis multirresistente. Aún no existe una vacuna para esta enfermedad, debido a que la infección tiene lugar en los macrófagos de los alveolos.
Es por todo ello por lo que debe aumentarse la inversión en el estudio de la enfermedad de la tuberculosis para poder conseguir al fin erradicar totalmente este mal.

Bibliografía

Cartes Parra, Juan Carlos. Breve historia de la Tuberculosis. Revista médica de Costa Rica y Centroamérica 2013; LXX (605): 145-150, Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/revmedcoscen/rmc-2013/rmc131z.pdf
Mandal, Ananya. Historia de la tuberculosis. 2014. Disponible en: https://www.news-medical.net/health/History-of-Tuberculosis-(Spanish).aspx
OMS. “Tuberculosis”. Organización Mundial de la Salud, Nota descriptiva N°104, Octubre de 2015. Disponible en: https://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs104/es/
Sin Autor. Tuberculosis. Cresa, del laboratorio a la granja [blog] 2008. Disponible en: https://www.cresa.es/granja/tuberculosis_sintomas.php

Videografía

Prevención de la tuberculosis en Español (acento de España). SAWBO™ Scientific Animations Without Borders. YouTube, 31 ene. 2014; Disponible en  https://www.youtube.com/watch?v=lM9RoevrT-M

Clorosis o Mal de Amor

Autor: Lázaro Álvarez García 1º C (2015/16)

Introducción

La clorosis es una patología que tuvo su mayor apogeo durante los siglos XVI al XIX. Esta patología fue presentada en algunas pinturas como tema principal de las obras de numerosos maestros holandeses. En un principio se consideró como una anemia por deficiencia de hierro y actualmente no se presenta en los textos de medicina, esto no se explica ni por el tratamiento de sales ferrosas, ni porque ahora sea menos común. Por otra parte, hay otro significado que posee la palabra clorosis. Así se llama a la falta de actividad de los cloroplastos de una planta que le provoca un color amarillento.

Mal de amores, oil on canvas, 265 x 160 cm, painted 1912
Mal de amores, oil on canvas, 265 x 160 cm, painted 1912

Historia

La clorosis ya había sido tratada en los escritos hipocráticos. En Asia, en tiempos de Galeno, se llamaba clorosos a los hombres de cara pálida. La primera descripción amplia de la clorosis fue hecha en 1554, por el profesor de Heildelberg, Johannes Lange, de Silesia (1485-1565), bajo el epígrafe De morbo virgineo (morbus virgineus). Ambrosio Paré (1510-1592), la llamó cachexia virginium. La reseña del padecimiento, ya con el nombre de clorosis, fue hecha por Jean Varandal (Varandaeus), de Montpellier (1560-1617), en su libro De morbis et affectibus mulierum, en 1615.

JanSteen-Doctor'sVisit(1658-1662)Durante estos años surgen dos teorías diferentes de su causa:
1. Alteraciones en la sangre: se considera que su causa es la anemia que afecta a las mujeres debido a su condición o sexo. La mala higiene, alimentación, falta de hierro son los factores que provocan esta enfermedad.
2. Psicología: se cree que otra causa puede estar relacionada con el mito de la virginidad, con deseos y sentimientos reprimidos.

A principios del S. XX va disminuyendo el interés, y pasa por verse como una «pseudoclorosis», para terminar como la «consecuencia de una enfermedad» (no como enfermedad en sí misma), causada por infecciones (muy probablemente tuberculosis), por alteraciones hormonales (ovarios, tiroides), úlceras gastrointestinales, déficit alimentario, endocarditis… En 1936, F.M. Fowler escribre sobre su desaparición y finalmente, se ha concluido que se trataba de anemia hipocrómica.

Síntomas y signos

Se pensaba que era una enfermedad crónica que afectaba solamente a mujeres de entre 14 y 24 años que eran vírgenes. También podía afectar a cualquier mujer que estuviera embarazada o con la menopausia. Además esta clorosis podía recibir otros muchos nombres como: “mal de amor” o  “enfermedad de la virgen”.

Los síntomas observados por los médicos en aquella época fueron:
-Palidez que se prolongaba por todo el cuerpo.
-La piel adquiría una coloración amarillo-verdoso.
-Las extremidades inferiores sufrían tensión y lasitud.
-Se producen hemorragias nasales, palpitaciones, dolores de cabeza, somnolenncia, hinchazón de la cara, edemas en los tobillos.
-Trastornos en el apetito, tanto por exceso(obesidad), por ingerir cosas nocivas (ej:tierra) o por defecto (anorexia).
-Síntomas de tristeza, nerviosismo, hipocondría, ganas de llorar, irascibilidad…
-Reducción de la líbido, lipotimias, amenorrea, sofocaciones…

steen19Tratamiento

Los tratamientos que se llevaban a cabo para curar esta enfermedad eran:
-Sangrías, en algunos casos con sanguijuelas.
-Recomendaciones dietéticas.
-Píldoras de hierro.
-Pediluvios.
-Descargas eléctricas en el útero.
-El matrimonio o el embarazo.

Conclusión

Por una parte, con este tipo de tratamientos las mujeres no sentían ningún placer como señalaban algunos médicos de la Antigüedad, sino más bien sentían un gran dolor y el lógico abandono del tratamiento. Además, los beneficiarios de estos tratamientos era el patriarca, ya que así controlaba más aún a la mujer, y los farmacéuticos, que obtenían mayores ganancias con la venta de las píldoras de hierro.

Por otra parte  es importante destacar que la imagen de la mujer desde la visión de la medicina está teñida de discriminación de género. La mujer siempre ha sido vista como un ser frágil, débil e incluso limitada por sus genitales. Hoy en día este asunto no ha cambiado demasiado ya que muchas mujeres tienen que sufrir de parte de los médicos diagnósticos de `nervios` o causas patológicas en patologías orgánicas claras. Esto tuvo su mayor apogeo entorno al siglo XIX. Época en la cual las mujeres debían ser delicadas, entregadas, sacrificadas y embarazadas.

Se observa que la mujer estaba reprimida y sometida a las malas condiciones de higiene y alimentación, al corsé que estrangulaba el tronco. Esta situación desembocaría en que las mujeres padecieran anemia, astenia y depresión más que los hombres.

Finalmente quiero añadir un hecho importante de esta época, y es que se consideraba que la clorosis tenía como solución el matrimonio, ya que decían que las relaciones sexuales estimulaban el aparato genital y afluía sangre hacía él. Además, se consideraba que la masturbación era otra posible causa de la aparición de esta enfermedad.

Bibliografía

Asun. Clorosis: un caso de violencia institucional. Salud y género (blog), 8 de enero de 2012. Disponible en https://elgeneroenlasalud.blogspot.com.es/2012/01/clorosis.html

Bernabeu-Mestre, Josep; Cid Santos, Ana Paula; Esplugues Pellicer, Josep Xavier; Galiana Sánchez, María Eugenia. Una enfermedad de mujeres: medicina e ideología en el ejemplo histórico de la clorosis. Symposium: Well-being as a Social Gendered Process. Session 3: Health [Modena, Italy, June 26th-28th, 2006]. Disponible en https://www.ub.edu/tig/GWBNet/ModenaPapers/BernabeuEsp.pdf

Carrillo, Juan L. Medicina vs Mujer o la construcción social de una enfermedad imaginaria: el discurso médico sobre la clorosis. Historia Contemporánea 2007; 34: 259-281. Disponible en https://www.ehu.eus/ojs/index.php/HC/article/view/4153/3703.

Murillo-Godínez, Guillermo. La clorosis. Enfermedad (es) ¿desaparecida (s)? PortalesMedicos.com (blog), 31/05/2012. Disponible en https://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/4387/1/La-clorosis-Enfermedad-es-desaparecida-s.html