¿Quién nos lo iba a decir?

“Ya habrá tiempo de cumplir nuestros sueños”

Javier Valladares Díaz
Estudiante de Enfermería. Centro Universitario San Juan de Dios Aljarafe, Sevilla, España.

Ya a comienzos de enero nos llegaban noticas desde China, aquel país que nos parecía tan lejos y que todas las situaciones y medidas que se tomaban a causa del coronavirus eran motivo de chiste y de gracia entre nosotros.  “¿A nosotros nos van a tener confinados sin poder ir con nuestros amigos a tomarnos unas cervezas? Eso aquí no pueden permitirlo”. “En casa confinados no aguantaríamos ni una sola tarde”. Pues tan solo un mes más tarde nos levantábamos con las noticias mas temidas. El número de contagios y de fallecidos aumentaba día tras día. Ya no nos tomábamos con tanta gracia aquellos chistes sobre lo que ocurría en China. Y si, aquella situación que tanto nos hacia gracia llegó. Se decreta el estado de alarma y se ordena el confinamiento de toda la población, en principio sin fecha límite y desconocida. Todos nuestros planes y acontecimientos importantes quedaron atrás, ¿Quién iba a pensar que nos quedaríamos sin nuestras fiestas tan señaladas? Quien pensara eso hace unos meses diríamos que estaría loco. Sin embargo, nos encontramos con la realidad de esta pandemia. Comenzamos a ver como los hospitales se transforman e incluso se crean de la nada para atender en exclusiva a pacientes con Covid-19.

Muchos se preguntaban donde estaban el resto de los pacientes con otras patologías que frecuentaban los hospitales día a día. Este problema cada momento se agravaba más, aumentaban los fallecidos, el número de contagios y el resto de la población confinada. Veíamos por las noticias a todos los profesionales sanitarios exhaustos, indefensos e impotentes por no poder hacer todo lo que podían. En mi situación, como estudiante de cuarto curso de enfermería, nos encontramos en la situación en la que de un día para otro dejamos de asistir a nuestro lugar de prácticas.

Al inicio, al no existir apenas casos y no conocer la magnitud que alcanzaría semanas después, nos resultaba un tanto extraño no volver como cada día al hospital. Pensábamos que se trataría de días o incluso un par de semanas, pero a medida que avanzaba la situación nos sentíamos cada vez con más impotencia al ver en las noticias en las situaciones extremas en la que se encontraban los que hasta hace unos días eran nuestros tutores y compañeros. Una situación en la que mejor que nosotros nadie puede comprender ya que sabemos y conocemos la situación en la que se pueden encontrar. Teníamos la esperanza de volver lo antes posible a nuestros sitios de prácticas y así poder echar una mano en todo lo posible para contribuir a la causa. Quizás no en primera línea de batalla, pero si en aquellas tareas que pueden ser complementarias y que aliviarían al personal. Debido a esta situación tanto mis compañeros como yo estábamos preocupados sobre qué pasaría con nosotros. Estábamos a las puertas del final y de repente todo parecía descomponerse.

Toda nuestra ilusión sobre nuestras prácticas, viaje de fin de curso, graduación… todo quedó en un segundo plano de incertidumbre y oscuro. Pero por otra parte al ver la situación en la que se encontraba nuestro país y el mundo entero esto era insignificante por lo que, aunque con nos diera mucha pena no poder cumplir nuestras ilusiones, lo aceptamos y comprendimos que lo importante es la salud y el bienestar de todos. A nivel personal, esta situación por suerte no ha tenido repercusión en la salud mi familia, algo que me preocupaba en todo momento. En cambio, gente conocida si ha padecido esta terrible situación lamentando el fallecimiento de un conocido. Esta situación ha afectado a todas las familias de un modo u otro, desde el ámbito de la salud hasta situaciones laborales y limitaciones a nivel personal.

Todo cambió desde que se decretó el estado de alarma, mis padres ya no acudían a su trabajo, lo realizaban desde casa, veía como el trabajo de mi hermano era fundamental ya que pertenece a los denominados “trabajos esenciales´´ algo que anteriormente apenas me planteaba. Y en mi situación, cualquier tema relacionado con la universidad era tratado de forma telemática. Esta situación hizo algo más complicada la elaboración del trabajo de fin de grado, ya que el estar pendiente de horarios disponibles para realizar video llamadas, tiempos de esperas para contestar los mensajes a través de la plataforma suponen barreras a la hora de poder elaborar de la mejor forma el trabajo de fin de grado. Desde el momento en el que se paralizaron las prácticas me replantee mi futuro profesional. Esta situación de inactividad no me parecía adecuada, por lo que aproveche para formarme a través de los cursos que las universidades ofertaban de forma gratuita por la situación. Por lo que decidí formarme mediante cursos de metodología online, algo que hoy en día agradezco ya que además de no sentirme que perdía el tiempo, me ayudo a ampliar mis conocimientos sobre diversos ámbitos.

Finalmente veía como ya todo comenzaba a tomar color, las cifras que tan alarmantes eran al principio comenzaban a descender, retomábamos poco a poco nuestra vida diaria, comenzamos a salir, ver a amigos y en relación con mis estudios ya teníamos el camino marcado. Ya teníamos terminado nuestros trabajos de fin de grado, a pesar de la cancelación de nuestras prácticas, estas fueron sustituidas por trabajos, cursos y otras actividades complementarias. A pesar de que algunas de nuestras ilusiones no se cumplieron, tenemos la suerte de poder encontrarnos bien y poder afrontar el final del curso, quizás de una manera distinta, pero al fin y al cabo lo terminaremos. Ya habrá lugar de cumplir aquellos sueños e ilusiones que quedaron pendientes. A pesar de la gravedad de esta situación, hemos sacado conclusiones positivas en todos los ámbitos. Conocemos carencias y puntos a reforzar, maneras de afrontar diversas situaciones, la importancia de sentirse unidos, los pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos y que ahora valoramos más que nunca… una serie de lecciones que nos ha dado esta pandemia que sin duda marcará nuestras vidas para siempre.

Cómo citar este documento
Valladares Díaz, Javier.  ¿Quién nos lo iba a decir? Narrativas-Covid. Coviviendo [web en Ciberindex], 08/05/2020. Disponible en: https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=948

Volver a Sumario de narrativas
Elabora tu propia narrativa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *