Lo que se vive en mi segunda casa

¿Por qué se visten así, tan grave estoy, acaso voy a morir?

Ana María Benítez Ojeda
Enfermera. Jefa de Urgencias de Hospital General de Culiacán, Sinaloa- México

A finales de febrero ya se escuchaba de un monstruo que se veía venir, llamado COVID-19 más conocido como coronavirus; ¿será real? ¿Llegará a otros países? ¿Tocará a nuestro México? Estos entre otros cuestionamientos se escuchaban por los pasillos de mi segunda casa. Transcurrían los días y en mi primera casa había planes para el mes de marzo, los mismos que se fueron desvaneciendo al ver como ese monstruo avanzaba a pasos agigantados expandiéndose en poco tiempo a todo el mundo sin importarle cuántos planes destruía a su paso, desde ese momento entendí que era el momento de un cambio de planes.

Estando a cargo de un número considerable de enfermeras y enfermeros, sentí la gran necesidad de aplicar los conocimientos integrales, que con el paso del tiempo en la experiencia laboral y secular se van adquiriendo en los diferentes contextos de la profesión y al ver como la incertidumbre sobre lo desconocido azotaba aquel grupo de profesionales se me vino en mente la teórica Marle Mishel con su teoría de la incertidumbre a lo desconocido dirigida hacia el paciente, pero en esta ocasión es necesario aplicarla en forma inversa, debía transmitirla al profesional a cargo, esta teoría es una herramienta fundamental para desenvolvernos en la práctica y entender a los colegas en los momentos de crisis, a conocer los factores que pueden influir positiva o negativamente sobre la estabilidad emocional del personal y así tener la respuesta oportuna a dudas e inquietud que surjan ante el covid-19.

Un día más en mi segunda casa, con todo el ánimo y la fortaleza necesaria para transmitir a los que me rodean (ánimo que en ocasiones no sentía) era un ir y venir en reuniones administrativas, de jefaturas, de insumos etcétera; donde se tratarían las medidas, las rutas ante la llegada de aquel monstruo, conocido por sus síntomas pero desconocido por su comportamiento incierto, pasaban los días y la preocupación seguía en aumento al no presentar estrategias contundentes para la prevención de contagio del personal ante el aumento de pacientes que cada día acudían a solicitar atención médica. Ante todo esto recuerdo escuchar cada momento ¡jefa como atenderemos a esos pacientes! ¡Jefa que equipo debemos portar! ¡Jefa que manejo se dará al material que se utiliza! Jefa…jefa…jefa… Era lo que día a día hacía eco en mi cabeza, cuando llegaba a mi primera casa el panorama cambiaba un poco, pero no se apartaba de mi sentir lo que dejaba en mi segunda casa, el simple hecho de imaginar el día siguiente

¿Cómo ira a ser ese día? ¿Qué estrategia utilizaré para seguir animando y mostrándome fuerte ante el personal que seguía al frente de la batalla y así en medio de esos pensamientos agotadores me sucumbía el sueño quedándome profundamente dormida. Otro día en mi segunda casa, me agobiaba el saber que el equipo de protección personal aún no se tenía en su totalidad, al igual que al personal que debía esta justo ahí, otorgando la atención directa al usuario sin estar protegidos, mi función era proveerles lo necesario para proporcionar el cuidado de un forma holística sin perder la ética y la estética de los cuidados. Otro factor que debía lidiar a diario era la resistencia del profesional a dar la atención por el temor al contagio, ante esa situación debía ser enérgica e imponer la autoridad que se requería, aunado a provocar un cambio de mentalidad de lo negativo a lo positivo. ¡Ánimo todo estará bien! Llego hacer la frase favorita del equipo, al paso del tiempo (un mes) nunca les había visto tan unidos fue bajando el nivel de estrés, en medio de constantes cambios conforme se iban presentando los casos, sentía una gran Fe en lo sobre-natural aquello que es difícil de entender y que no tienes palabras para explicar, y que poco a poco fue trascendiendo en cada uno de los compañeros, produciendo motivación positiva ante el COVID-19. No se puede dejar pasar la otra parte que se vive en mi segunda casa, la experiencia sentida del propio paciente que padece la enfermedad y la familia que le acompaña.

Recuerdo de un usuario que expreso lo siguiente: ¿porque se visten así, tan grave estoy, acaso voy a morir? mostrando una expresión de angustia y desesperación; qué decirles, cuando casi tienes la seguridad que solo un milagro le podría salvar del monstruo del COVID, voltear hacia la familia y no poder evitar pensar que el tiempo de la separación ha llegado y que por ningún motivo debes expresar lo que sabes que sucederá a corto plazo, así te lo cuestionaran una y otra vez, lo único que queda es dar lo mejor que poseemos, preparar la mentalidad del cuidador para un desenlace triste utilizando lo mejor que tengo en mi interior para transmitir palabras de consuelo, de paz y tranquilidad que solo el gremio de enfermería somos capaces de adoptar y así poder compartir en el momento que más se necesite. Lo último que esperé que sucediera en mi segunda casa fue ver a colegas caídas, ¿que si hubo? Claro que hubo, fueron sacadas de la batalla muy a tiempo, ahora se encuentran en aislamiento total (familia, amigos, sociedad etcétera) es el precio de la profesión profesionalizante, darlo todo a cambio de nuestra propia satisfacción, en el momento que otorgas el cuidado lo único que se piensa es si lo estás haciendo bien, si nuestro usuario se siente agradecido con el trato que se le otorga y sienta una atención de calidad y no solo de compromiso.

Posdata ellas se recuperan favorablemente ante la enfermedad. En cada uno de nosotros siempre habrá de existir un grado de incertidumbre, frente a una experiencia nueva. Así como en mi primera casa me esperan mis hijos y esposo con la certeza de un día más haber ganado la batalla, en mi segunda casa desafiamos día a día al COVID con mentes positivas y actitud de certidumbre al actuar. Esto y más se vive… en mi segunda casa.

Cómo citar este documento
Benitez Ojeda, Ana Mª. Lo que se vive en mi segunda casa. Narrativas-Covid. Coviviendo [web en Ciberindex], 03/05/2020. Disponible en: https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=923

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