“Ver el miedo a los desconocido en sus ojos a través de nuestras pantallas protectoras era el motivo que nos empujaba a seguir”
Ana María Moya Bravo
Enfermera. Servicio de Neumología, Hospital Universitario San Cecilio, Granada, España.
Creo que nadie se imaginaba en Febrero y Marzo lo que estaba por venir. Todos hablabamos, lo comentábamos con los compañeros en los cambios de turno, veiamos en las noticias lo que estaba pasando en otros paises como China e Italia pero no lo vimos venir. Yo, al menos, no lo ví. Trabajo en el servicio de Neumología de un gran hospital en mi ciudad y en ocasiones anteriores había visto los preparativos que se realizaron para otras temibles epidemias como la gripe aviar o la gripe A, que al final no fueron tan graves como se esperaba. Por eso pienso que este virus nos pilló desprevenidos, sin preparar, sin los recursos necesarios. Muy pocos sospechaban lo que se avecinaba, lo que se nos venía encima. Y cuando nos lo contaban pensabamos que eran unos alarmistas.
En Marzo trabajaba en una consulta de enfermería del servicio de Neumología y todos los dias esperaba la llamada de mi supervisora diciendo que se cerraban las consultas y que pasabamos a la sala de hospitalización. Y ese dia llegó. El hospital dejó de funcionar con normalidad. Se cerraron consultas, se suspendieron cirugias y se abrieron todas las camas disponibles para pacientes con COVID-19. Mi primer turno de trabajo con este tipo de pacientes fue un turno de noche en el cual teniamos la sala vacía y la llenamos por completo, en esa noche tuvimos 30 ingresos. Pacientes jovenes, mayores, hombres o mujeres, con patologias asociadas o sin ningun tipo de patología previa. Daba igual, a este virus le daba igual. Aunque estabamos exhaustos y cansados, ver el miedo a los desconocido en sus ojos a traves de nuestras pantallas protectoras era el motivo que nos empujaba a seguir; para tranquilizarlos, animarlos y sacarles una sonrisa.
Lo más duro de sobrellevar para los pacientes y familia además de la incertidumbre y el miedo, era la soledad. Esa soledad impuesta que nosotros intentabamos llenar realizando videollamadas, cantando cumpleaños feliz o simplemente, conversando con ellos, dedicandoles unos minutos de nuestro escaso tiempo y dandoles la mano para darles un poco de calor humano en esa dificil situación. A pesar de esta situación de miedo, soledad y angustia y de su dolencia, tengo que decir que han sido los pacientes más empaticos y compresivos con nosotros. Nos han animado, felicitado y comprendido tambien nuestro miedo. Procuraban llamarnos solo cuando era necesario, evitando llamadas triviales que todos sabemos que en ocasiones se realizan porque sabian lo que “sufriamos” dentro de los EPIs. Esos EPIs en los que costaba trabajos hasta respirar, en los que acababas empapada en sudor. Pero ahí estuvimos las enfermera y auxiliares de enfermería, a pie de cama. Cuidando, aliviando, curando.
Cómo citar este documento
Moya Bravo, Ana Mª. Cuidando. Narrativas- Covid. Coviviendo [web en Ciberindex] 04/09/2020. Disponible en: https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=1641