Crónicas de una pandemia.

“Es difícil luchar sin que nos apoyen y nos den armas para combatir el fuego”

Mª Teresa López Navarro
Enfermera. San Juan de Dios, Sevilla, España.

Como todos sabemos, estamos viviendo una situación excepcional en todo el mundo. Este virus ha cogido por sorpresa a toda la humanidad, no sabe la diferencia entre razas, poder económico, ni clase social. Todo el mundo está afectado por este bichito que ha aparecido de repente en la otra punta del mundo. Que lejos lo veíamos cuando aparecía en las noticias el brote de un virus raro en china. Y es que la verdad, todo el mundo al principio lo veíamos como algo lejano y que no podría afectar nuestra vida. Hasta que llegó, pero incluso cuando llegó, seguimos sin tomarlo en cuenta, yo me incluyo la verdad. Al principio lo tomamos como una gripe, “anda que no pasa nada, que es igual que la gripe”,” solo mueren las personas mayores”, “los jóvenes y personas sanas no lo cogen y si lo cogen, no tienen mayor afectación”. De decir esto a los 800 muertos diarios, solo pasaron varios días. Nos dimos cuenta, que no, no era una simple gripe. Si en parte es verdad que a las personas que más les afectan, son personas con una edad elevada y personas con patologías previas. Pero no son las únicas, por supuesto. Han fallecido personas jóvenes, muy jóvenes, muchas de ellas sin patologías previas. Algunos de los que han tenido la suerte de sobrevivir, han pasado largos periodos de ingreso, tanto en UCI como en planta.

Hay personas, que se han llevado intubada 50 días, con las consecuencias que ello conlleva. También señalar esas personas que no han podido despedir a sus seres queridos. Algunos hospitales y sus sanitarios han facilitado la comunicación de algunos pacientes con sus familiares a través de aparatos electrónicos, otros han fallecido sin escuchar la última palabra de su ser querido. También ha afectado a la economía, al sector turístico, al sector de la restauración y a los miles de familias que se han quedado sin trabajo y sin ingresos durante esta pandemia. Sin embargo, aquí estamos nosotros, los sanitarios. Las personas que de un día a otro hemos visto como se ha llenado plantas y plantas de hospital con personas que tienes este maldito virus. Como las UCI se han colapsado y se han tenido que habilitar pabellones. Como se ha trabajado sin parar y hablando de manera clara, sin protecciones adecuadas. Es como si nos hubieran mandado a una guerra sin armas.

Hemos visto como algunos compañeros han caído y que lo único que les preocupaba era no poder ayudar durante un tiempo. Hemos visto también como algunos han caído y no se han vuelto a levantar. Es difícil luchar sin que nos apoyen y nos den armas para combatir el fuego. Incluso tenemos que vivir con el rechazo de algunas personas porque somos sanitarios y no nos quieren en bloque de pisos o comunidad, vaya a ser que lo infectemos. Esos son los mismos, que se dan palmadas en el pecho a las ocho de la tarde para aplaudir por los sanitarios. Ellos quizás no saben o no han vivido lo que vivimos día a día. Es un desgaste tanto psicológico como físico. Grandes cargas de trabajo, largos turnos que parecen no terminan, condiciones extremas y numerosas muertes que llevamos a nuestras espaldas. Que sí, que podemos estar medianamente acostumbrados, pero sinceramente, creo que ningún sanitario se acostumbrará a ver morir a una persona y menos en las condiciones que lo han hecho durante estos meses. Es muy difícil tener paz en esta situación, porque cuando trabajas y estas tan expuesta, sabes que puedes llevar el virus a cualquier lado. Aún así nunca das la espalda y pones todo tu ser para trabajar día sí y día también.

Muchas familias han decidido separarse durante este estado de excepción para evitar contagiar, muchos padres han tenido que abandonar su casa en la que vivían con su familia para que no se contagiaran. Muchas personas se han marchado de casa, porque alguien de su familia es persona de riesgo y corre un mayor peligro. Yo por ejemplo tengo a mi padre con una cardiopatía y a mi madre con hipertensión. Es muy duro, aislarse como persona y más en esta situación, donde lo único de que deseas cuando llegues a casa es que alguien te abrace y te diga que todo va a ir bien y que al final saldremos de esta juntos. Sin embargo, se debe realizar un llamamiento a la responsabilidad, pero no a la mía o ala de cualquier sanitario, si no al de toda la población. Nosotros no estamos arrancándonos los pelos día a día, para que otros hagan lo que les da la gana. Es cierto que ha día de hoy, parece que los estamos consiguiendo, las cifras de personas fallecidas, la cifra de infectados, las cifras de personas en UCI y de personas en planta, están disminuyendo, pero no podemos bajar la guardia.

Debemos seguir luchando, pero todos juntos. Debemos llamar a la responsabilidad social para no volver atrás, debemos ayudarnos y apoyarnos mutuamente, solo así saldremos de esta definitivamente. Lo único que espero, es que hayamos aprendido bastante de todo esto, que valoremos más lo que nos rodea. Que aprendamos que la vida se pierde y no se recupera. Que los momentos con las personas que queremos son únicos y no se repiten. Que una cerveza al sol con tu mejor amiga significa más que el viaje más caro del mundo. Que un abrazo y un beso a la persona que quieres libera más felicidad que comprarte el iPhone más caro. Que la libertad es esencial y que cuando nos la reducen o la quitan de repente, no damos pie con bola. Pero sobre todo me gustaría que recordaran a todos los sanitarios, aquellos que han hecho todo lo que han estado en sus manos y más. Pero no recordarlos por esto que ha pasado, para nada, recordarlos siempre, y digo siempre porque siempre hemos estado ahí, no solo ahora, también estamos cuando alguien ha sufrido un infarto o un ictus. Siempre vamos a estar pase lo que pase.

Cómo citar este documento
López Navarro, Mª Teresa. Crónicas de una pandemia. Narrativas- Covid. Coviviendo [web en Ciberindex], 27/05/2020. Disponible en: https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=1410

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2 comentarios en “Crónicas de una pandemia.

  1. Bueno esta pandemia es horrible la veíamos tan lejos cuando de repente llegó a venezuela y por todo el mundo cuando la nombraba se escuchaba tan lejos y todos al principio lo tomamos como una gripe pero es algo peligroso hay que cuidarse mucho de este COVID 19

    1. La gente ya sabia sobre el covid, pero como dices se, oyó como una gripe y al pensar eso no lo tomamos en serio y tomamos las precauciones, si las hubiéramos tomado no estaríamos en pandemia

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