Enfermera en las buenas y en las malas.

“Sentí como me reclutaban para una guerra para la que no estaba preparada”

Reyes Martínez Sánchez
Estudiante de Enfermería. Centro Universitario de Enfermería San Juan de Dios, Sevilla, España

“Coronavirus”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esa palabra? ¿Cuántas veces la hemos pronunciado nosotros mimos? “Coronavirus”. Una palabra, que a muchos como a mi abuelo, les costaba pronunciar, y que ahora, se ha convertido en las cinco sílabas más usadas en nuestro día a día. Pero, ¿sabrías describir qué ha provocado este virus? Muchos dirán que es el virus que ha acabado con la vida de millones de personas, sin discriminación. Otros dirán que es el virus que ha acabado con la economía del país. Pero, ¿Qué ha provocado en tí este virus? “Ansiedad”, “Descontrol”, “Renovación”, “Valorar”, “Echar de menos”, “Tiempo”, “Madurar”, “Desintoxicación”, “Responsabilidad”, “Autoconocimiento”. Estas son algunas de las respuestas que me han dado al realizar esta pregunta a personas de mi entorno. Sin embargo, creo que todos estaremos de acuerdo en que la palabra que mejor describe a este virus es “cambio”. De un día para otro, nuestra vida ha cambiado por completo.

Un día estaba riéndome de mi madre por comprar más comida de la que hacía falta, y al siguiente estaba a las nueve de la mañana esperando a que el supermercado abriera sus puertas y viendo cómo un grupo de personas corría para coger cuántos más desinfectantes de manos mejor. Aun así, seguía sin creerme la importancia de esta situación, y entonces, es cuando empezaron los cambios de verdad. Una noche, un correo, “Estimados alumnos/as, no podréis seguir asistiendo a vuestras prácticas”. A la siguiente mañana, una decisión, “Creo que debo irme a casa de los abuelos para estar con ellos y que no se sientan solos”. Con ella, varias consecuencias, no ver a mi hermana y a mis padres en meses, dejar mi casa, mi cuarto, mis cosas…

Es entonces, cuando mi vida se cargó de responsabilidades por ser “casi enfermera”. Explicación de síntomas, toma de decisiones acerca de mis abuelos, explicación de la colocación y retirada de guantes y mascarilla… Reconozco haber llorado muchas noches por el agobio que me causaba esta situación, en la que todas las responsabilidades estaban cayendo sobre mí como un jarro de agua fría, y que ya nunca iban a desaparecer. Tres meses y tendría mi título de Enfermera. ¿Qué iba a hacer yo, en un hospital, en medio de esta situación, sin acabar mis prácticas, con mil dudas y sin querer estorbar? Y, de repente, la universidad nos laza la oportunidad de elegir si, en caso de que fuera necesario, estábamos dispuestos a ayudar en esta crisis sanitaria. Recuerdo perfectamente mi reacción: llamé a mi novio y le dije “tengo miedo”. Miedo por mis abuelos, por mi familia, por no estar a la altura.

Sentí como me reclutaban para una guerra para la que no estaba preparada. Y una vez que me desahogué pronunciando en alto esas dos palabras, dije: “Pero tengo que hacerlo. He elegido la profesión más bonita del mundo, pero también una de las más sacrificadas. Soy enfermera en las buenas y en las malas”. Fueron pasando los días, y comparaba imágenes y noticias que salían en los medios de comunicación, con la realidad de las redes sociales, de personas que conozco personalmente, y me fui dando cuenta de que no hemos aprendido nada. Primero fueron parejas, amigos y familiares juntos, luego empezaron los parques llenos, los bares abarrotados, abrazos y besos por la calle, mascarillas colocadas en la cabeza o la barbilla… Cada vez que lo veía, me quedaba sin palabras. “Qué sociedad más inconsciente” me repetía. ¿Qué más tiene que pasar para que seamos conscientes de la situación que estamos viviendo? Hasta que me di cuenta de que nuestra guerra ha sido quedarnos en casa, haciendo vídeos para las redes sociales, cocinando, haciendo ejercicio… esta guerra la han librado quienes estaban en la calle, parando al virus.

Es por ello que, a día de hoy, a un mes de ser oficialmente enfermera, estoy ansiosa por poder salir al campo de batalla, porque quiero tener voz, poner mi grano de arena hacia el camino correcto, por todos los que no lo han hecho, ya que piensan “a mí no me va a pasar”. Estoy impaciente por aprender de quienes siempre han estado ahí, quienes siempre han hecho su trabajo de manera impecable, quienes han cuidado de sus pacientes, han estado a su lado y los han apoyado en todo momento. La enfermería siempre ha estado ahí, y me da pena que tenga que venir una pandemia para que se la reconozca. Por otro lado, creo que dentro de este oscuro pozo en el que nos encontramos, están saliendo varios rayos luz, en forma de una larga charla con tu abuela, un te echo de menos de tu madre, la risa de una hermana, o el esperado primer beso de tu pareja cuando esto acabe.

Estamos cerca aun estando lejos, y creo que estamos empezando a valorar lo cotidiano, lo que creíamos normal, echamos de menos cosas simples, como la playa, el sol, una cerveza entre amigos, una noche fiesta, una comida familiar o incluso quejarnos por tener que ir a clase. Espero que no caigamos en el olvido de la importancia de valorar nuestro día a día, a nuestros abuelos, a nuestros padres, hermanos, parejas, amigos, profesores… Muchos dicen que esta pandemia ha llegado con el fin de tomar conciencia y hacernos mejores, otros que es un aviso del planeta… Creo que esta es una de tantas preguntas sin respuesta que existen. Aun así, sigo esperanzada en que cada día, seamos más conscientes, hagamos las cosas un poco mejor, y que no se nos olvide. Y llegará el día en que volvamos a abrazarnos, tenemos que aguantar un poco más, ser responsables, hacer las cosas bien, y el camino será más corto y un poco más fácil, si lo hacemos unidos. Para finalizar, creo que todos cuando fuimos niños, soñábamos con ser superhéroes o princesas empoderadas, y a día de hoy podemos serlo tomando conciencia. Es por ello que me gustaría que tras leer esto, respondas con sinceridad a esta pregunta: ¿El niño que fuiste, estaría orgulloso de la persona que eres hoy?

Cómo citar este documento
Martínez Sánchez, Reyes. Enfermera en las buenas y en las malas. Narrativas- Covid. Coviviendo [web en Ciberindex], 21/05/2020. Disponible en:  https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=1239

 Volver a Sumario de narrativas
Elabora tu propia narrativa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *