Decir si a la vida.

“Los ojos de los sanitarios transmiten felicidad y esperanza”

Lucia Romero Paz
Estudiante de Enfermería. Centro Universitario San Juan de Dios, Sevilla, España.

Saber afrontar grandes adversidades, es un reto que no alcanza cualquiera. Pienso que esta profesión no es más importante que otra cualquiera, pero sí más especial. Esta pandemia, coincidiendo con el año de la enfermería ha sido un momento para hacer ver una vez más de lo que somos capaces, porque nosotros ya lo sabíamos, pero ahora nos ha tocado demostrárselo al mundo. Soy estudiante de 4º de Enfermería y desgraciadamente no he podido ayudar en esta lucha contra el Covid-19. Escuchar a través de redes sociales y medios de comunicación la situación de los profesionales sanitarios… me parte el alma. Están cansados y exhaustos, pero aun así siguen al pie del cañón. Por ello, aunque no he podido sentir en mi propia piel la lucha contra el coronavirus y el sudor y lágrimas que eso provoca, te dedico a ti enfermero/a no solo de profesión sino enfermero/a como manera de vivir, esta narrativa. Estoy segura de que habéis conseguido humanizar hasta la muerte. Pienso que lo más duro de perder a un familiar a parte de haberlo perdido para siempre es no poder despedirte de él y no poder apoyarte y pasar el duelo con tus seres queridos. Por ello pienso que en la medida de lo posible la enfermería ha sabido acompañar como siempre ha hecho hasta el último suspiro de los pacientes. Creo que aun dada la frialdad de la situación reconforta pensar que, aunque hayas perdido a un familiar y tú no hayas podido acompañarle, sí lo ha hecho alguien y esa figura es la del enfermero/a.

Estando tan limitada la libertad, añoramos la cercanía de nuestra profesión, el poder abrazar, sentir, oler… pero entre tantos plásticos, resulta casi imposible. Pero es ahí cuando la enfermería demuestra la fuerza que invierte en calmar tragedias, y usa palabras que casi acarician y ahí sentimos que nada es tan terrible. Una vez leí en un libro, y cuánta razón, que los seres humanos nos creamos necesidades absolutas irreales para ser feliz. Y con esta pandemia, lo he corroborado. Realmente, nos hemos dado cuenta de que la clave para ser feliz en primer lugar es tener salud, y en segundo lugar es sentir amor por lo demás. Sí pienso que el amor mueve el mundo, que nunca habíamos sentido tan profundamente la necesidad de sentirnos acompañados y esta es la cara buena que nos ha dado esta crisis sanitaria. A pesar de la lucha, de las lágrimas y del cansancio, los ojos de los sanitarios transmiten felicidad y esperanza, porque, aunque la situación sea trágica dentro de ella ha habido momentos de alegría y buenas noticias. Además, en cuanto al ser humano en general, esta pandemia ha sabido darnos tiempo para detenernos, para saber disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, de los detalles, de apreciar y valorar realmente lo que tenemos y de aprender a vivir disfrutando de la vida, porque sin vida, no hay nada. Y afortunadamente, nuestro trabajo es vocacional y eso lo habéis demostrado millones de veces, vosotros, enfermeros/as, pero también es importante recalcar que la vocación no excluye la cualificación personal y la profesionalidad que desempeñamos diariamente y que, aunque lo hagamos con mucho gusto, lo hacemos porque estamos capacitados no solo actitudinal sino técnicamente. Personalmente, he apreciado las delicias de la soledad.

Todo este tiempo me ha dado la oportunidad de saber si lo que iba haciendo día tras día era lo que me iba a llevar a conseguir mi objetivo, si quería seguir siendo la misma persona que era. Me ha dado la oportunidad también de poder dedicarle más tiempo a las personas a las que quiero. Además, me reitero en la vocación de nuestra profesión pues aun viendo la parte más dura, tengo más ganas que nunca de formar parte de este colectivo. Donde la muerte se relaciona con “Neumonía bilateral”, ahora más que nunca debemos llenar la vida de aire. Aire en todos los sentidos. Aire en carcajadas de risa, aire en suspiros de esperanza, aire de libertad. El aire calma y renueva. Y aquí, los enfermeros son capaces de llevar aire a cualquier parte. En una situación donde el miedo y el dolor paraliza y te hace dudar, han sabido mantener la compostura, han seguido dando lo mejor de cada uno y han seguido regalando su sonrisa. Desgraciadamente le ha hecho falta al mundo una pandemia para darse cuenta de la función de la enfermería y de su importancia.

A lo largo de mis prácticas clínicas he vivido en primera persona en muchas ocasiones la diferencia de actitud que muestra un paciente al dirigirse al médico o al enfermero. Todo el equipo sanitario es fundamental pero desafortunadamente no todo el mundo sabe apreciar la figura de un enfermero de UCI que tras una noche de 12 horas de turno sin dormir llega a su casa para descansar y en sueños sigue escuchando el pitido de las bombas… y así, mil situaciones más. Y una vez más nos damos cuenta de la fragilidad de la vida, y de la necesidad de protegerla. El ser humano lleva mucho tiempo sintiéndose intocable y la naturaleza nos acaba de dar una lección. Quizás tenemos que cambiar un poco nuestro ritmo de vida. Pienso que nunca nos habíamos sentidos tan susceptibles hasta que llegó esta pandemia, yo, desde mi experiencia personal, y siendo mi padre miembro de las fuerzas y cuerpo de seguridad del estado, viviendo la falta de recursos y materiales de primera mano, he sentido mucho miedo. Miedo porque aun habiendo profesionales de riesgo trabajan día tras día sin las protecciones necesarias poniendo en riesgo su vida para salvar otras muchas, pero algo importante debemos tener en cuenta, la muerte no forma parte de nuestro trabajo.

Si nosotros morimos, ¿Quién se encarga de cuidar y salvar vidas? El mundo necesita seres más humanos, nos hace falta recuperar valores. Afortunadamente aquí, solo una pandemia vírica. En muchos otros lugares del mundo, guerras interminables que dejan millones de fallecidos. A partir de ahora, deseo y espero que otro mundo mejor sea posible. Que se valore la sanidad y que prime la vida por encima de cualquier otra cosa.

Cómo citar este documento
Romero Paz, Lucía. Decir si a la vida. Narrativas-Covid. Coviviendo [web en Ciberindex], 19/05/2020. Disponible en: https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=1217

 Volver a Sumario de narrativas
Elabora tu propia narrativa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *