Diario reflexivo COVID-19 de una casi enfermera.

“Este virus, también nos ha hecho ganar de forma cruel”

Julia Mellado García
Estudiante de Enfermería. San Juan de Dios, Bormujos, Sevilla, España.

Recuerdo la primera vez oí hablar del virus en las redes sociales. No se le prestaba especial atención. Unos días más tarde aparecía en el telediario. “¡Bah! Estos asiáticos son unos exagerados”. Una gripe que se ha ido de madre en China, pensamos todos. Bromeamos a lo largo de los días sobre como los propios chinos construían hospitales especiales para tratar la epidemia. ‘¡Seguro que no es para tanto!’ Una gripe, decían. Recuerdo también que un día alguien me dijo: “yo creo que estamos subestimando la situación”. Y me reí para mis adentros. Ahora lo entiendo, y ojalá alguien con el poder suficiente hubiese visto venir la situación con ojos críticos y hubiese tomado las medidas necesarias a tiempo. Un día cualquiera de prácticas junto a mi compañera Marta recibimos una llamada totalmente inesperada: teníamos que abandonar el sitio de prácticas. Era el lugar que habían asignado para ingresar a pacientes con Covid. Para entonces he de decir que no entendía las medidas tan drásticas, me enfadé con la situación, sentí pena y rabia a la vez. Era de las primeras veces que me sentía prácticamente independiente y valorada en un sitio de prácticas. Volver a ganarte la confianza de la gente en otro sitio, volver a empezar… aunque no fuese mi decisión tenía que acatar las directrices. Y así fue, nos adaptamos a una nueva planta en tan solo dos días. Y tras eso, nos comunicaron que teníamos que abandonar temporalmente las prácticas. ¡Otra vez! “Es por vuestra seguridad y por las de vuestra familia”, nos decían para intentar calmarnos. “Tenéis que entenderlo”. Y lo terminamos entendiendo, con el tiempo.

Los primeros días en los que se decretó el estado de alarma he de reconocer que lo pasé francamente mal. A pesar de la incertidumbre de lo que iba a pasar con mi último año de carrera y todas las preguntas sin respuesta, era inevitable sufrir con los datos que nos ofrecían los medios de comunicación. La situación era surrealista. Muertes, un aumento incesable de casos, sanitarios sin protección… Ni en las mejores películas, ni en los peores sueños lo podría haber imaginado. Además, cuento con la suerte de tener un padre sanitario que cada día sale de casa para luchar. Y que cada día regresa con miedo, pero con esperanzas. Si le preguntas por su mayor miedo en estos momentos, no duda en responder que es contagiarnos a nosotros, su familia. Es un poco irónico, mi mayor miedo sin duda es que sean tanto él como mi madre los que se contagien ya que ambos son personas de riesgo. Ver a mi padre sufrir y preocuparse ha sido, sin duda, la peor parte de estas semanas. Pero también pienso que me ha hecho valorar muchísimo más su esfuerzo y dedicación. Estoy eternamente agradecida y orgullosa de él.

Mi rutina ha cambiado bastante, de pasar toda la mañana en las prácticas y por las tardes trabajar y hacer ejercicio, ha pasado a: ayudar en casa, hacer ejercicio, ver series, leer libros, comer (cocinar no se me da muy bien), hacer el TFG y echar muchísimo de menos a personas importantes en mi vida. Como mi hermana, que a pesar de vivir varias calles de mi casa, no he podido verla. Algo que me gustaría compartir aquí, es la sensación y los sentimientos que me han generado las redes sociales estos infinitos días. Siempre he considerado las RRSS imprescindibles en la sociedad que vivimos, pero el uso que a veces le damos no es el más adecuado. He tenido, en muchos momentos, una relación amor- odio durante el confinamiento por varias razones: En primer lugar por las personas irresponsables e inconscientes que no acataban órdenes y lo publicaban orgullosos. En segundo lugar por las críticas incesables a cada paso o decisión que se tomaba. Por politizar una situación crítica para TODOS los habitantes del mundo. Por intentar sacar beneficio político de algo que es una cuestión humanitaria. Pienso y creo que las situaciones extremas sacan la parte bonita del ser humano, pero también la más desagradable. Han sido muchas cosas las que nos ha arrebatado el virus: Si hablo de mi caso, me ha arrebatado el que esperaba que fuese el mejor año de mi vida. Cuarto de carrera: miles de planes (festivales, planes con amigas, barbacoas, días en familia), viaje de fin de curso a Punta Cana, graduación, últimos momentos con mis compañeros, el contacto con la gente que quiero, la rutina (que ahora tanto añoro), los almuerzos al sol, disfrutar de la terraza de un bar… Pero también nos ha hecho ganar de forma cruel: nos ha hecho valorar lo que teníamos, valorar la rutina, el placer de pasear, de dar abrazos, de sentarnos a tomar algo con amigos, de ir a la playa, de pasear en bici, de ir a comprar al supermercado sin estar en tensión. Nos ha hecho valorar a las personas que hacen más amenas nuestras vidas. Nos ha hecho conocer más a nuestra propia familia. A pasar tiempo de calidad juntos. Nos ha hecho conocernos mejor a nosotros mismos, aprender a pasar tiempo solos y aprender a gestionar emociones y sentimientos. Nos ha hecho aprender a cocinar, retomar ese libro que habíamos dejado por falta de tiempo, ver mil series, hacer deporte, comer muchos dulces y no sentirnos mal por eso.

¿Qué espero del resto de 2020? Lo que espero de este año es que volvamos a la normalidad lo más pronto posible, que disminuyan las cifras de muertos y afectados. Que las familias que han sufrido tanto en este tiempo encuentren alivio con el paso del tiempo. Que todos los sanitarios que han dado el 300% de su capacidad encuentren consuelo, tranquilidad y sepan que los que no hemos podido hacerlo estamos infinitamente agradecidos y orgullosos de ellos. Y por supuesto, que se valore más nuestra labor como profesionales sanitarios y en sí a la Enfermería. Ha sido un chute de energía y motivación el sentirnos “parte” o casi, de este colectivo que se ha entregado de todas las formas posibles. Mi aplauso más sincero, hoy y siempre.

Cómo citar este documento
Mellado García, Julia.  Diario reflexivo COVID-19 de una casi enfermera. Narrativas-Covid. Coviviendo [web en Ciberindex], 12/05/2020. Disponible en: https://www.fundacionindex.com/fi/?page_id=1001

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